Thatcherismo

Thatcherismo
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Margaret Thatcher

Thatcherismo. Descripción de las convicciones políticas, sociales y la política económica de la ex primera ministra conservadora británica Margaret Thatcher, quien fue líder de su partido desde 1975 hasta 1990.

Historia

El thatcherismo es un adjetivo calificativo y su sombra es alargada. Trasciende al personaje del que derivó, la fallecida primera ministra británica Margaret Thatcher, y sirve lo mismo para etiquetar un pasado –la década de los ochenta del siglo XX– como para poner un poco de luz a nuestro presente. El legado del thatcherismo para sus herederos ideológicos, la derecha neoliberal autodenominada libertaria, es un canto a la libertad individual y la eficiencia económica. Para sus enemigos políticos, por el contrario, representa la tumba de la socialdemocracia, de la igualdad social y el ejemplo más perverso y acabado de lo que sucede cuando se sitúan los intereses privados por encima del bien común.

Concepciones

El thatcherismo es un fenómeno ampliamente estudiado y que ha dado lugar a diversas teorías sobre cuál era la base que lo definía. Por lo que se trata de un concepto del que no existe una corriente mayoritaria y consensuada acerca de su definición, pues se trata de un fenómeno político complejo que penetró en muchas formas y aspectos en la sociedad británica. Se define el thatcherismo como el conjunto de ideas, más o menos cohesionadas, que orientó las políticas de los Gobiernos presididos por Margaret Thatcher. Peter Riddell se fija más en el liderazgo de la persona y en los valores morales que profesaba. En definitiva, se trata de establecer las ideas, ya fuesen políticas o morales, que perfilaron y sustentaron la política emprendida por Margaret Thatcher. No se definía como tory, sino como liberal; lo que más tarde se ha calificado de Neoliberalismo.

Esta se definía por la idea del Rolling Back The State por la que el Estado tiene que replegar su intervencionismo en virtud del desarrollo de la libertad individual. Dicho planteamiento se veía reflejado en la teoría económica por el monetarismo. Por lo que se apoya la iniciativa privada sobre la pública, el Estado debe limitarse a regular mínimamente el mercado, pues este es capaz de crear orden y justicia. Esto iba en consonancia con los valores victorianos que profesaba la Primera Ministra por los que se defendía la cultura del esfuerzo y el trabajo individual. Un ejemplo claro de esta tendencia lo encontramos en la respuesta de Thatcher a los disturbios producidos en disturbios de Brixton argumentando que el desempleo no justificaba esas revueltas, sino que estas se produjeron por una falta de disciplina y orden. Es decir, no se contempla los problemas sociales como colectivos, sino que los conflictos se producen por causas individuales de cada sujeto.

Actualidad

El mundo ha cambiado de forma tan vertiginosa y profunda como para que Thatcher fuera ya poco más que carne de manual de Historia Contemporánea. En cambio, el thatcherismo, como demuestran las reacciones tras el fallecimiento de la Dama de Hierro, sigue despertando adhesiones furibundas y odios congénitos.

Legado

El thatcherismo no sólo sirvió de evangelio a los partidos políticos de la derecha europea y estadounidense. También, aunque en menor medida, logró marcar la agenda de la izquierda durante al menos varias décadas. La desconfianza en el Estado llegó a ser, en algunos momentos, casi una obligación para casi cualquier partido que tuviera aspiraciones de gobernar.

Fuentes