Toma de San Juan

Toma de San Juan
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Ataque y toma de esta posición española por fuerzas norteamericanas y cubanas.
Fecha:1ro de julio de 1898


Toma de San Juan. El 1ro de julio de 1898, durante la operación para la toma de la ciudad de Santiago de Cuba, fuerzas norteamericanas y cubanas atacaron y tomaron esta posición española fortificada, ubicada en la periferia de esta ciudad.

Localización

La loma de San Juan pertenece a la Sierra Maestra, ubicada en la parte este de periferia de la ciudad de Santiago de Cuba, municipio de Santiago de Cuba. Altura: 90 m.

Contexto

El 22 de abril de 1898 se declaró el inicio del bloqueo naval norteamericano contra Cuba y por consiguiente, el inicio formal de la guerra contra España, aunque no hubo combates hasta 2 meses después. El 1 de mayo de de 1898, en la zona de Bayamo, se concertó el compromiso de colaboración de los ejércitos cubano y norteamericano, mediante la entrevista del Lugarteniente General del Ejército Libertador Calixto García y el Teniente Andrew S. Rowan quien había desembarcado en la isla con la colaboración de cubanos. El 12 de junio las fuerzas expedicionarias yanquis desembarcaron por Guantánamo.

Aunque el Bloqueo Naval se inició el 22 de Abril, no fue hasta el 20 de junio que se produjo el desembarco del 5to Cuerpo de Ejército, auxiliado por los mambises en la región de Daiquirí y Siboney. El 1ro de Julio se libraron los combates por la toma de los fuertes de El Caney, El San Juan El Viso y de Aguadores. Estos tenían de objetivo tomar las defensas exteriores de Santiago de Cuba y hacer efectivo el bloqueo a la ciudad.

Desarrollo

El 1 de julio de 1898, durante la operación para la toma de la ciudad de Santiago de Cuba, fuerzas norteamericanas y cubanas atacaron y tomaron esta fortaleza ubicada en la periferia del este de esa ciudad.

Los atacantes estaban integrados por efectivos de la 1ra y 3ra Divisiones norteamericanas, bajo el mando respectivo de los generales Kent y Wheeler. Eran un total de cinco brigadas, con cerca de 8 000 hombres, a las que se sumaron las tropas cubanas del Regimiento Baconao, 1ra Brigada 1ra División 1er Cuerpo del Ejército Libertador, bajo el mando del coronel Carlos González Clavel, que sumaban unos 600 combatientes. La guarnición española estaba conformada por dos compañías del Regimiento de Talavera, una del Regimiento Puerto Rico y una sección de artillería, ascendentes a alrededor de 450 efectivos.

Según el plan elaborado por el jefe superior norteamericano, general Shafter, el ataque a El Caney debía comenzar primero por la División del general Lawton y estas tropas, después de cumplir su misión, se incorporarían a las de Kent y Wheeler, pero en realidad hubo que iniciar la acción de San Juan sin contar con Lawton, quien no pudo tomar El Caney hasta las 18:00 horas de ese día.

El ataque empezó con el fuego de la batería dirigida por el capitán Grimes, que tenía sus posiciones en El Pozo. Los españoles respondieron con su artillería bien enmascarada. Esta empleaba pólvora sin humo, lo que hacía casi imposible su localización. La caballería norteamericana de Summer avanzó casi en línea recta, protegida por la frondosa vegetación. A su derecha lo hacía la 1ra División de Kent, en dos columnas que se fueron acercando a la fortaleza hasta ponerse a tiro de fusil sin ser vistas por sus defensores.

Desde allí Kent lanzó sus hombres al ataque, el cual fue respondido vigorosamente por los españoles, cuyo jefe era el coronel Baquero. Las bajas de los atacantes comenzaron a ser numerosas, pero el avance prosiguió sin vacilación. El jefe de una de las brigadas de la 1 División, coronel Wilkoff, resultó muerto de un certero disparo, y su segundo, teniente coronel Worth, asumió el mando, pero poco después cayó gravemente herido y tuvo que entregarlo al teniente coronel Lyscum, jefe del 24 Regimiento, quien al poco tiempo también fue abatido por los certeros disparos de los españoles.

En esa situación el mando pasó al teniente coronel Ewers, jefe del 9 Regimiento. Kent pidió refuerzos a Shafter y este envió a los regimientos 2 y 10, que entraron en combate con tal ímpetu que los hombres de Wilkoff se reanimaron para el asalto final. Al propio tiempo, la 3 División, que atacaba a San Juan por el flanco opuesto guiada por los hombres de Baconao, se aproximaba al objetivo bajo el profuso fuego de los españoles, que defendían la posición con firmeza y valor.

Hubo un momento en que el Regimiento 71 de Voluntarios de Nueva York se detuvo ante las descargas del enemigo y comenzó a retroceder amenazando con convertir el asalto en una fuga desordenada. En ese instante, el coronel Carlos González Clavell hizo avanzar a sus hombres restableciendo la línea de fuego y haciendo que el 71 Regimiento prosiguiera su avance, lo que valió a González una felicitación de Wood en el mismo campo de batalla.

La resistencia enemiga fue cediendo y alrededor de las 15:00 horas la fortaleza de San Juan cayó en poder de las tropas norteamericanas y cubanas. Los españoles sobrevivientes se retiraron a las obras de Canosa, desde donde ese día el capitán Nav Joaquín Bustamante, al frente de los marinos desembarcados de la flota de Cervera, trató de recuperar la posición sin lograrlo y en el empeño fue mortalmente herido.

En el combate de San Juan, las bajas españolas sumaron unos 400 hombres, las norteamericanas unas 650 y las cubanas alrededor de 50, en todos los casos entre muertos y heridos. Esta importante acción decidió prácticamente la suerte de la ciudad de Santiago de Cuba, que más tarde se rindió a las fuerzas norteamericanas, las cuales no permitieron la entrada a la plaza de los cubanos, que con tanto heroísmo habían contribuido a la obtención de la victoria.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
  • Diccionario enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Tomo II. Acciones combativas. Centro de Estudios Militares de las FAR, 2006.
  • Enrique Ubieta. Efemérides de la revolución cubana, 4 t., La Habana, 1920. Tomo III. Págs. 263-265.
  • Miguel Varona Guerrero. Guerra de independencia en Cuba, 3 t., La Habana, 1946. Tomo II. Págs. 1212-1213.