Tripofobia

Tripofobia
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Fobia de patrón repitiente. Miedo o repulsión que causan las figuras geométricas que están muy juntas; especialmente hoyos o círculos pequeños.

Tripofobia. También conocida como "fobia de patrón repitiente" es el miedo o la repulsión que causan las figuras geométricas que están muy juntas; especialmente hoyos o círculos pequeños.

Descripción

Aparentemente es poco conocida pero muy común en la actualidad. En el mundo de la psicología, aún no está listada en el Manual de diagnósticos y estadísticas de los trastornos mentales, pero miles de personas afirman padecer este miedo a los objetos o imágenes con agujeros pequeños aglomerados o cavidades, como por ejemplo, panales, los hormigueros, a baina de semillas de Lopus o cabezas en las semillas de loto, y al sapo pipa de Surinam; siendo estos, los máximos referentes de estas características. Esta fobia también se describe hacia patrones resultantes de huecos, agujeros y oquedades en gran cantidad sobre una superficie, normalmente de apariencia que no tiene una simetría y/u orgánica.

Origen

La investigación en torno a este tema es limitada. El término fue acuñado en 2005, como una combinación del griego trypo (puntazo, perforación o perforar agujeros) y fobia (palabra derivada de Fobos, en griego antiguo «pánico», hijo de Ares y Afrodita en la mitología griega, la personificación del miedo).

Es un trastorno de salud emocional o psicológico que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas)

En el año 2010 una encuesta informal hecha por un grupo de servicios financieros para un programa de marketing citó: «Tripofobia, el temor de los agujeros o grupos de agujeros» como el segundo mayor temor después del miedo a los objetos de madera (xilofobia).

Arnold Wilkins y Geoff Cole, que dicen ser los primeros en investigar científicamente la Tripofobia, creen que la repulsión se basa en una reacción biológica, más que un miedo cultural aprendido.

Incidencia

Esta fobia a pesar de ser poco conocida es muy común encontrarla dentro de los padecimientos de las personas, aunque la mayoría de estás no conocen su significación se han encontrado estudios que muestran que 1 de cada 4 personas sufren de este miedo o repulsión.

Síntomas

Algunos de sus síntomas son cosquilleos, comezón o picazón en el cuerpo, ansiedad, incluso nauseas. En la red suele confundirse imágenes reales o simuladas, de estas dos fobias, en las cuales se muestran patrones de infecciones, erupciones y/o lesiones cutáneas o en el área de los ojos en personas, que pueden producir una impresión fuerte, de miedo, asco o repulsión.

Por otro lado se determina que esta fobia, causa sensación de angustia, malestar, agobio, incomodidad o temor a los agujeros y cavidades cuando están repartidos ya sea de forma regular o irregular.

Forma de presentación

La tripofobia, como muchos temores del ser humano, puede aumentar por niveles, presentándose casos de simple asco, repulsión, y de fobia de forma moderada a extrema, en donde las personas que la padecen, no soportan los objetos o imágenes como un altavoz, una naranja, los macarrones u otras pastas, o el queso gruyere, causando una gran sensación de agobio. Un gran número de personas padeciendo este miedo no saben de la existencia de su nombre propio y de que es un miedo registrado y conocido.

Tratamiento

Aunque muchas personas creen que la tripofobia es un desorden de ansiedad, que no tiene cura, existen muchos estudios sobre el tema que muestran diferentes tratamientos para tal padecimiento. Entre estos se pueden destacar: una terapia de exposición, en donde se confronta al paciente con la situación temida. El estímulo gradual y progresivo ayuda a controlar la fobia exponiendo al sujeto a lo temido.

Otro sería el tratamiento de desensibilización sistémica y que se maneja con la imaginación del paciente. Si el paciente no llegara a controlar la ansiedad se buscan otros modos o se interrumpen momentáneamente estas técnicas. Poco a poco logrará resistir periodos más largos y así se pierde un tanto el miedo.

Otro de los tratamientos conocidos es el que realiza la propia persona afectada ejerciendo un control sobre sus pensamientos e ideas puesto que este miedo es algo irracional que vive en el cerebro y que solo el propio afectado puede eliminar.

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