Uva Bonarda

Bonarda
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Nombre Científico:'
Reino:Plantae
División:Magnoliophyta
Clase:Magnoliopsida
Orden:Vitales
Familia:Vitaceae

Uva Bonarda. Variedad italiana, es este caso del Piemonte, que siempre contó en Argentina con una superficie de cultivo. Sin embargo, sólo en los últimos años se la reconoce como apta para elaborar vinos de calidad. Tiene la especial cualidad de mejorar y equilibrar vinos de corte.

Origen

Fue introducida por inmigrantes italianos a fines del siglo XIX y llegó acompañada de la barbera, dolcetto, nebbiolo, grignolino, sangiovesse, buonamico, raboso veronés, tocai friulano, trebbiano, moscato bianco y prosecco. El origen de estas variedades nos remite al Piemonte, Friuli y Toscana donde se habían cultivado desde tiempos inmemoriales llevando denominaciones locales. Allí, existían diversas sinonimias, una misma variedad podía tener diferentes nombres y, también, distintas variedades eran denominadas de la misma manera. El nombre Bonarda se usaba para uvas tan distintas como croatina, nebbiolo o dolcetto. Muchas veces los viñedos no eran puros sino que estaban compuestos por varios cepajes.

Su denominación ha sido motivo de confusión entre cepajes cultivados en el Piedemonte italiano. Aquí, existe una variedad llamada Bonarda Piemontese o Bonarda d' Astigniano. Así, la B. Piemontese sería la única y verdadera Bonarda.

Sin embargo, en Argentina la variedad llamada Bonarda o muchas veces Barbera Bonarda, no es la verdadera, sino que corresponde a una variedad francesa, llamada Corbeau francesa (mejor conocida como Douce noir).

La Bonarda se aclimató perfectamente y fue cultivada cada vez más. En 1936 contaba con 6.000 hectáreas. En 2001 llegó a convertirse en la segunda variedad tinta en extensión, con 15.000 hectáreas, sólo superada por la Malbec.

Tradicionalmente en Cuyo se la conocía como barbera, barbera Bonarda o Bonarda. En los años '60 el ingeniero Alberto Alcalde del INTA determinó que no tenía nada que ver con la verdadera barbera que también se cultivaba en la Argentina.

Por sus características ampelográficas tampoco se asemejaba a las Bonardas que aparecían en los libros italianos. En 1970 el ampelógrafo francés P. Truel determinó, durante un viaje a Mendoza, que correspondía a una antigua variedad francesa, la corbeau noir. Su nombre es una remembranza del cuervo, tal vez por el intenso negro de sus uvas.

Esta identificación no resolvió el dilema, por sus antecedentes, esta Bonarda no parecía provenir de Francia. Existe una explicación probable, la corbeau noir es originaria de la Savoya francesa y del Piemonte italiano, estas son zonas vecinas, separadas por los Alpes, y han estado tradicionalmente muy conectadas. La denominación de los inmigrantes era correcta en Piemonte, la corbeau se denomina charbono, tal vez una deformación dialectal. Con este último nombre es cultivada actualmente en Estados Unidos.

La Asociación de Cultivadores de Cepajes italianos de California sostiene: "Se estima que charbono se originó en la Savoie, región de Francia, algunos piensan que es idéntica a la uva dolcetto del Piemonte y, de hecho, se encuentra allí como impureza en viñedos de dolcetto y barbera".

Caracteristicas

Posee racimos medianos, bien llenos. Las bayas son negro-azuladas, esferoides, con pulpa blanda, aunque su vino no es de coloración muy intensa. Bonarda y Tempranillo, en superficies semejantes, son las tintas de vinificar más importantes después del Malbec en Mendoza. Es muy frecuente hallarla como mezcla en viñedos de Malbec, aunque son numerosas las propiedades con parcelas puras de Bonarda. Se la ha buscado como alternativa frente al Malbec, sin embargo su calidad vínica no la puede comparar.

Esta interesante cepa proveniente del Piamonte italiano o de la cepa francesa corbeau noir, es la uva de mayor proyección en Argentina. Por muchos años se utilizó como base para producción de vinos de corte (mezcla de diversas uvas), pero dadas sus inigualables características, ahora es la segunda cepa más plantada en este país.

Los vinos producto de esta uva son armoniosos, con taninos elegantes, atractivos aromas a frutos negros, cedro y de forma muy específica, helecho.

Es una variedad bastante difícil de obtener. Tiene un ciclo de maduración muy largo. Hay que llegar a un punto de madurez alto de la fruta para lograr un buen vino. El racimo es bastante compacto y apretado, por lo que sufre enfermedades criptogámicas (enfermedades que se producen en la planta) fácilmente.


Uno de los vinos más especiales de la bonarda de Argentina es el Lurton Boyarda, cosecha 2007, de Mendoza (Valle de Uco), que cumple cabalmente con la anterior descripción y adicionalmente presenta interesantes aromas herbáceos, destacando laurel y tomillo. Su proceso de elaboración cuenta con una fermentación alcohólica a bajas temperaturas, poco tiempo de encubado en acero inoxidable, fermentación maloláctica en cuba y clarificación previa al embotellado. .

Variedad de esta uva

La variedad de esta uva era sólo usada para mejorar y equilibrar los vinos de corte. Hasta que comenzó a cultivarse y elaborarse, así lo demuestran los vinos bonarda que hay en el mercado, y los bivarietales como el syrah-bonarda y el bonarda-malbec que logran duplas muy atractivas.

La bonarda llegó desde el Piemonte italiano para arraigarse con gusto en San Juan, aunque durante mucho tiempo pasó inadvertida. Un buen vino bonarda se caracteriza a la vista por sus colores rojo rubí intenso hasta los violetas, pasando por los púrpuras. En nariz es intenso y se pueden encontrar aromas a frutos rojos-negros, o frutos del bosque bien maduros, como frutillas, moras, cassis y cerezas. Suele tener un fondo especiado. Si tiene madera se le suman aromas a vainilla y tabaco. En boca su ataque es agradable y dulce, de buena intensidad. Una de las características más importantes se ve expresada en la suavidad de los taninos bien maduros y amalgamados con la fruta.

Este vino se puede beber sin problemas a unos 17 grados y acompañar comidas medianamente condimentas, picadas o carnes rojas suaves. La variedad bonarda acompaña tan bien al malbec que se dice que es un corte típicamente argentino, ya que se usa desde hace tiempo con mucho éxito. Claro que ahora esa dupla aparece expresada en la etiqueta del producto y los cuidados de su producción en viña y elaboración son más esmerados, logrando alta calidad. El syrah-bonarda es otra de las opciones sanjuaninas que alcanza muy buen equilibrio. En blend o solo, con madera o jóvenes y frutados, ya se está convirtiendo en un clásico.

Fuentes