Uva Torrontés

Uva Torrentés
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Nombre Científico:'
Reino:Plantae
División:Magnoliophyta
Clase:Magnoliopsida
Orden:Vitales
Familia:Vitaceae
Hábitat:Bandera de Argentina Argentina

Uva Torrontés. Da origen al vino blanco más típico de la Argentina, ya que sus características se consideran únicas en el mundo. De origen incierto, su parentesco más probable está asociado con los moscateles, con los que guarda un cierto parecido aromático. Se lo cultiva en todas las regiones vinícolas Argentinas, aunque sus zonas preferenciales están en Cafayate (Salta) y el Valle de Chilecito (La Rioja).

Características

Torrontés se convirtió en la cepa blanca emblemática de Argentina. Es el único país que la produce. Forma parte del grupo de los cepajes "criollos". Existen diferentes tipos: el Riojano, el Mendocino y el Sanjuanino, aunque es el primero el que expresa mejores cualidades para la elaboración de vinos finos, muy frutados y a la vez secos, lo que les ha valido varios galardones internacionales.

En cambio, los otros poseen aptitudes para el consumo en fresco. El perfume básico del Torrontés recuerda a la Moscatel, pero de manera más suave y elegante, con una intensa voluptuosidad frutada y tonos especiados y florales. De origen dudoso, se cree que proviene del mediterráneo.

Se piensa que es cruza entre la Moscatel y una variedad criolla, aunque se continua estudiando si es clon de algun cepaje europeo. Algunos estudios ya finalizados aseguran que provendría del cruzamiento entre Moscatel de Alejandría y Criolla Chica. España cuenta también con un Torrontés, pero no se ha demostrado todavía una relación con ésta. No hay que dejar de probar los espumantes de Torrotés que se convierten sin lugar a dudas en una alternativa mas a la hora de brindar. También se producen vinos del tipo de cosecha tardía con uvas sobre maduras.

Vista

A la vista, el Torrontés, es de color amarillo pálido, verdosos o dorados, cuando es joven y dependiendo de la zona de producción estos dorados pueden ser de mayor intensidad. Su color evoluciona a dorados con reflejos brillantes cuando ya ha envejecido.

Olfato

Los aromas característicos del Torrontés recuerdan a la ruda, rosas, los cuales son muy intensos, duraznos, manzañillas, clavo de olor, miel y en ciertos casos se hace presente el aroma a uva moscatel. Los aromas primarios del vino Torrontés están dado por las rosas, duraznos blancos y ensalada de frutas.

Sabores

A la boca el Torrontés tiene presente los sabores a cáscara de naranja, duraznos, ensalada de frutas, miel, orégano, manzanilla y uva moscatel. El equilibrio presente en él, entre la acidez y los sabores a frutas, hacen que el mismo aparezca como un vino dulce pero en realidad es un magnífico vino seco.

Maduración

Al Torrontés es conveniente beberlo joven (en su año de elaboración), ya que el tiempo no lo beneficia.

Maridajes

El Torrontés es ideal para acompañar:

  • Entradas
  • Mariscos
  • Comida china
  • Cocina fusión
  • Platos thai picantes
  • Empanadas salteñas
  • Locro norteño
  • Como aperitivo

Temperatura

La temperatura de servicio de un Torrontés, la cual le permite al vino exponerse delante de nosotros destacando sus aromas y sabores, ronda entre los 8o a 10o.

Historia del Torrontés

La variedad Torrontés riojano forma parte del grupo de cepajes denominados “criollos”. No obstante su amplia difusión y destacada calidad enológica, no existe una caracterización completa de la misma.

Recientes trabajos de caracterización de cultivares mediante el uso de análisis de polimorfismos de microsatélites de DNA han demostrado que tanto el Torrontés riojano como el Torrontés sanjuanino son la progenie del cruzamiento entre el Moscatel de Alejandría y la Criolla chica; mientras que el Torrontés mendocino proviene del Moscatel de Alejandría, pero se desconoce el otro progenitor.

La uva Torrontés se puede considerar como un cepaje mestizo junto con las variedades Torrontés sanjuanino, Torrontés mendocino, Criolla grande, Criolla chica, Criolla mediana, Cereza, Pedro Jiménez, Huevo de gallo, Moscatel rosado y Moscatel amarillo, entre otras. En el presente ocupa el 4% de la superficie vitícola Argentina, con unas ocho mil cien hectáreas cultivadas, fundamentalmente en las provinocias de Mendoza, La Rioja, San Juan y Salta.

En la provinocia de Mendoza la uva Torrontés predomina en la zona nordeste (Lavalle, San Martín, Rivadavia y Santa Rosa), también se encuentra difundida en la primera zona (Maipú y Luján), el Valle de Uco (Tupungato) y el Sur mendocino (San Rafael). Los mayores rendimientos se registran en Maipú y Tupungato con más de 200 quintales por hectárea. Hay que destacar que el bajo rendimiento de San Rafael se debe al efecto del granizo, mientras que en General Alvear se debe a la helada.

Según los análisis efectuados los Torrontés riojano y sanjuanino se encuentran muy próximos y están más emparentados con los Moscateles que con el Turruntes, que estaría más próximo al Torrontés mendocino; éste actuaría como nexo entre dos grupos de variedades.

El vino proveniente del Torrontés riojano es un reconocido varietal, prácticamente producido solamente en la Argentina. En forma general el vino es de color blanco, muy aromático, de paladar silvestre, a veces con un leve retrogusto amargo, moderadamente alcohólico y de buena acidez. El vino fino blanco varietal, elaborado con tecnología moderna ha conseguido numerosas distinciones en concursos nacionales e internacionales, considerándoselo como un vino típicamente argentino.

Comportamiento fenológico

En Cafayate, a más de 1650 metros de altura es de un color amarillo verdoso brillante, límpido; aromas a rosas, con leve fragancia de naranja y durazno, con fuerte ananá y leve miel; a la boca resaltan los sabores a frutas, moscatel, durazno blanco; es equilibrado y seco. Existen vinos con diferentes características, así puede ser elaborado como un vino joven, de color pálido, verdoso, muy frutado o también algo dulce, de color salmonado.

En Mendoza, existen algunas diferencias según la región de origen, ya sea del pedemonte o del llano. En el pedemonte, da un vino de color amarillo con reflejos dorados brillantes; a la nariz surgen aromas delicados de té de manzanilla, rosas muy fuerte y aroma a frutas ácidas y salvaje intensidad, al final un leve aroma dulce; a la boca llegan percepciones amiel, manzanilla, durazno blanco, dulce con algo de limón; al final se siente una agradable dulzura. En el llano tiene deliciosos y vigorosos aromas frutales, especialmente a mandarina y ananá.

Fuentes