Víctor Rolando Lima Rodríguez Santana

Víctor Lima
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Escritor y poeta uruguayo
NombreVíctor Rolando Lima Rodríguez Santana
Nacimiento16 de junio de 1921
Salto, Bandera de Uruguay Uruguay
Fallecimiento6 de diciembre de 1969
Salto, Bandera de Uruguay Uruguay
Causa de la muerteSuicidio
NacionalidadUruguaya
OcupaciónEscritor y poeta.
PadresFrancisco Lima y Onetti y de Mercedes Santana.
FamiliaresRodolfo Alberto, Raúl, Nilda y Lidia Renée (hermanos)
Obras destacadasPoemas del Salto Oriental

Víctor Rolando Lima Rodríguez Santana. Poeta y cantor popular uruguayo.

Síntesis biográfica

Nació el 16 de junio de 1921, en Salto, Uruguay en la calle Uruguay Nº 829, frente a la casa donde vivió Horacio Quiroga sus años de niñez y juventud. Hijo de Francisco Lima y Onetti y de Mercedes Santana, teniendo como hermano a Rodolfo Alberto, Raúl, Nilda y Lidia Renée.

Sus primeros años los pasa en la estancia de su abuelo en la zona del Río Arapey Chico, en "Zanja del Cobre". No termina sus estudios secundarios porque su único deseo era ser poeta. Con 16 años se traslada a Montevideo para ingresar al ejército, por dos años, para luego trasladarse a Buenos Aires donde permanece cinco años. Allí realiza todo tipo de trabajo sin dejar un sólo instante de escribir.

Era un hombre de gran inspiración, sencillo, humilde, bohemio, consustanciado con el hombre y el paisaje de su departamento. Cuántas calles de Salto, lo recordarán, deambulando por las noches y porqué no, sentado en un cordón de vereda, departiendo su encanto de artista.

Muerte

Falleció el 6 de diciembre de 1969, cuando se arroja a las aguas del Río Uruguay para poner fin a su vida.

Homenajes

Existe una escuela con la nominación "Víctor Lima", un escenario en el Parque Harriague denominado Víctor R. Lima y un monumento en la costanera sur.

Monumento en su homenaje

La fundamentación de la obra creada por el artista Juan Martínez (Salteño) destaca que consta de una poderosa masa de siete volúmenes cilíndricos donde se cuida la sobriedad de las formas las que serán tocadas por la luz del sol alargando sus sombras y resaltando las suaves y sencillas formas cilíndricas. En la noche, el color artificial de las luces alimentará la imaginería fantástica de los paseantes. Un Universo insondable donde del caos nace una estrella.

Fue Víctor Lima, con sus poemas y lápices en los bolsillos caminando en las madrugadas de Salto. Caos emergente testimoniando noche a noche sobre las hojas. Y luego, asombrosamente, se transfiguró en una estrella.

Y así estas formas sin tiempo fueron naciendo. Los siete volúmenes truncos, por las siete notas musicales tempranamente desaparecidas en el poeta. Las formas cilíndricas como grafitos enormes surgiendo la poesía, la escritura. La surgencia de las cosas. La música y la poesía resumidas y unidas en los siete volúmenes dispuestos en círculos, la forma perfecta hacia lo alto. Y en diferentes niveles por su hundimiento en las aguas. Las formas claras, simples y luminosas como la vida misma de Víctor Rolando Lima. Cada volumen soporta una idéntica presión vertical. Son de filiación no figurativa cargada de sugerencias y del sutil lenguaje de las formas; no pierden altura junto al agua del río, al contrario, cada una busca la suya sobre la superficie y tienen la textura del cemento los cantos rodados de la costa como recuerdo de la sencilla vida mercurial del poeta. Esas formas conservan por algún sortilegio inexplicable toda la rectitud de las proporciones acrecentadas por quién sabe qué grandeza comunicantes hieráticos, solemnes, aunque discretas y de grave voluptuosidad.

Los siete volúmenes cilíndricos se adhieren en un bloque donde dejan circular el aire del río. El autor cree que es una creatura de certeza, vital y alentadora en medio de las inquietudes contemporáneas; cree que expresa con dignidad los sanos principios del poeta. La fina sensibilidad que con lenguaje sobrio expresa el sentimiento de todo un pueblo. Y el tiempo, que todo lo decanta, ha dejado sus versos incólumnes sobre el cemento y la piedra eternos. En su base nacerá el césped sensitivo de la roca. Y la luz latirá al unísono vibrando con el aire y el parpadeo del sol.

Publicaciones

Su primer libro de poemas aparece en 1948, Poemas del Salto Oriental. El hombre y la mujer insertos en el paisaje es uno de los temas prioritarios de su poesía.

En el libro “Canto del Salto Oriental” están publicadas sus primeras canciones que las tituló «Aire Salteño, Vegetal»; «La Naranja»; «Pequeña elegía a un naranjo muerto»; «Tres Momentos»; «Salto Grande, Litoral»; «Canción del Jangador»; «Canción de los dos arroyos». Entre las letras hay canciones dedicadas a los estudiantes, canciones con lavanderas, canciones del niño pobre.

Viaja al Olimar en Treinta y Tres, donde pasa un buen tiempo, allí conoce al maestro Rubén Lena y al dúo Los Olimareños, con los cuales colabora hasta su muerte. Los Olimareños ponen atención a sus poesías y ahí se da el gran salto de éste poeta.

Volviendo a Salto, un poco enfermo continúa escribiendo, llegando a tener 120 poesías en un cuaderno. Su enfermedad se complica y lo internan en el Hospital Salto, pero por ser un hombre libre, andariego y no acostumbrado a estar quieto y encerrado, se sale del mismo. Su vida fue la de un bohemio caminante por los distintos pueblos y ciudades de su país.

Obras

  • A orillas del Olimar.
  • Adiós a Salto o [Adiós, mi Salto].
  • Caminito de la escuela.
  • Candombe mulato."
  • Cosas de Artigas.
  • El aguaterito."
  • El clinudo.
  • El dinero.
  • La canción del estudiante.
  • La despedida.”
  • La piedra, el árbol y el río.
  • La sanducera”.
  • La Segunda Independencia.
  • Las dos querencias.
  • Madre mía
  • Mi condición.
  • Milonga del caminante.
  • No esconda la mano.
  • Nostalgias olimareñas.
  • Para dormir al hijo de una lavandera (Víctor Lima – Braulio López).
  • Sembrador de abecedario.
  • Tierra de Artigas.

Fuentes