Verónica Guerra
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Verónica Guerra: Artista de la plástica cubana nacida en Kazajastán. Su arte pone la defensa de los valores y la historia de nuestro continente.
Síntesis biográfica
Nace en Kazajastán, de padre cubano y madre rusa.
Varias de sus obras de la plástica se exhiben en la Embajada ecuatoriana, pues Veronik muestra incesantemente su amistad con el pueblo ecuatoriano. En la Misión Diplomática se aprecia su obra referida al Chimborazo, la que refleja la crueldad de Chevron contra la Amazonía, el cuadro del Pintor de Iberoamérica, Oswaldo Guayasamín; y de manera especial, el retrato del Presidente Rafael Correa hecho con borra de café.
Trabaja sus pinturas con las manos, pues algunas obras necesita tocarlas, para sentir desde su textura hasta su olor, que estén todas las sensaciones juntas en esa obra; entonces trabaja mucho con materiales naturales que con el tiempo no se descompongan, para lograr que la obra sea más real”, precisó la artista de la plástica.
Resaltó que “se siente muy identificada con Ecuador, y no sólo siente a Correa como parte de su familia, sino que también le ha sucedido con todos los ecuatorianos que ha conocido, con quienes se siente identificada, por lo respetuosos que son, y cómo luchan por defender su entorno, algo que tenemos en común”.
Trayectoria artística
Trabajadora incansable, manifestó que “le interesa y le gustaría muchísimo pintar un retrato del General Eloy Alfaro, "empecé a hacer uno, pero no sentí que me acerqué mucho; entonces lo dejé, pero lo terminaré cuando tenga otras informaciones y me pueda acercar realmente a una personalidad tan grande como él".
También pintó a Manuelita Sáenz, aunque aclaró que “no lo hizo directamente con su imagen. En el Museo Simón Bolívar, en La Habana Vieja, hay un cuadro donde está el retrato de El Libertador, pero alrededor de él está Manuelita, porque están sus cartas, puse su espíritu, su amor, sus ideales en común con Simón, y su fuerza; todo eso está reflejado en la técnica con la que pintó a Bolívar, donde los textos que coloquó a su alrededor van abrazándolo, acompañándolo y protegiéndolo”. Por su parte, el Embajador de Ecuador Edgar Ponce Iturriaga destacó “el valor y el simbolismo de la obra de Veronik, a quien consideramos gran amiga de Ecuador y de su proceso”.
Gran simbolismo encierran las obras de Veronik, el diplomático ecuatoriano manifestó que “el arte incide en los procesos sociales y promueve la plenitud del ser humano; no es un lujo, es una necesidad, por eso uno de nuestros grandes desafíos es oponernos a la mercantilización de la cultura, y la obras de Veronik refleja exactamente esta realidad”.
También opino que “hay que salvar la cultura frente a la globalización pseudocultural que intenta imponer sus productos de consumo homogéneos y banales. En América Latina, las identidades culturales y sus nuevas formas de hacer y de pensar, están definiendo los rumbos de las sociedades en diferentes naciones”. “Concedemos gran importancia a la presentación de muestras como las que nos propone Veronik, porque el arte tiene un papel esencial en el quehacer cotidiano, garantiza la calidad de vida y potencia los valores espirituales que sostienen la estructura básica de las naciones”, subrayó Edgar Ponce.
El Embajador ecuatoriano reiteró que “obras como las que realiza Veronik enriquecen la espiritualidad de nuestros pueblos”.
De manera especial, resaltó “el retrato del Presidente Correa, pues ante esta obra siempre desean fotografiarse, todos los invitados de Cuba, Ecuador y otras partes del mundo, quienes visitan la Embajada”.
