Vibriosis de los bóvidos

Vibriosis de los bóvidos
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Vibriosis de los bóvidos , se sabe que los vibriones producen frecuentemente abortos en ovejas y vacas. La enfermedad fue entonces diagnosticada también en otros países europeos, tales como Dinamarca, Suecia, Alemania, Austria, Suiza y Hungría. Durante algún tiempo se creyó que el proceso sólo tenía cierta consideración en las ovejas, pero últimamente, ha adquirido una gran importancia en los bóvidos, y desde entonces han parecido una serie de trabajos interesantes que tratan de aclarar la etiología y patología de la enfermedad en las vacas.

Presentación

Las modernas experiencias vienen a demostrar que esta enfermedad se presenta con más frecuencia de lo que se pensaba en los diferentes países, y que tiene una gran importancia desde el punto de vista económico. A tal efecto se han sugerido numerosas observaciones, sobre todo en los últimos diez años. Este proceso es quizás, en muchos países, el de mayor importancia económica como causa de esterilidad. Existen informes sobre la frecuente presentación de la enfermedad en Holanda, Inglaterra, Suecia, Francia, Estados Unidos y Sudáfrica, también en Alemania ha sido objeto, en los últimos años, de una gran atención.

Etiología

La enfermedad se produce por el Vibrio fetus (Spirillum fetus), un filamento fino, de 4-5 µ de largo y de 0,2-0,3 µ de grueso, en forma de coma o de S, que, en cultivos de algunos días, puede presentar también aspecto de largos filamentos espirales, o forma de coco, y que en uno o en ambos extremos lleva una corta pestaña.

Cultivo

Se logra el cultivo en agar con poca presión de oxígeno y en presencia de un 10 % de Co2 con adición de 10-15%de sangre desfibrinada, o en agar-sagre calentado a ebullición, y también en papilla encefálica y en caldo de hígado (según Hubrig 1956), con una adiciónen agar bactofiol, en presencia de Co2, añadiendo glutación, y, según Steger (1956), en un mediopropuesto por Terpstra (1951), el cual evita el crecimiento de gérmenes de asociación tanto grampositivo como gramnegativo. En 270 cc de caldo de vaca se disuelven, a 80° C.., 6 gr. de agar, 525 miligr.de ricinoleato sódico y 900 miligr de aesculina; luego se ssteriliza el medio a 111° C y se añade, después del enfriamiento a 50° C, 30 CC de sangre desfibrinada de vaca, para llevarlo después a las placas.

Infección natural

Generalmente se procede por toros que contienen el Vibrio fetus en el saco prepucial. Por esta razón, la enfermedad se extiende ampliamente entre las hembras cuando conviven con toros en las explotaciones, y también puede transmitirse el germen a varias vacas y novillas por el semen de un solo toro, con motivo de la inseminación artificial. Los toros sanos se contagian al cubrir a hembras infectadas. Otros tipos de contagio (infección de vagina a vagina, transmisión del germen por moscas) tienen escasa importanciapráctica.

Anatomía patológica síntomas

En los toros, los vibriones no originan síntomas patológicos; como máximo puede observarse un enrojecimiento débil y pasajero, que pasa inadvertido, en la mucosa prepucial. En las hembras, después del coito infeccioso, los vibriones pasan, ya en el plazo de 10 días, al útero, y de aquí, a las trompas uterinas. Se multiplican tanto en el útero como en las trompas, y originan una inflamación que, sin embargo, casi siempre sólo puede demostrarse `por el estudio histológico (Huhhes 1956), pero estas lesiones pueden causar una degeneración quística de los ovarios (Mirscheerlich y Forschner 1956). Los factores externos, sobre todo la alimentación en la explotación, no parecen tener una influencia decisiva en la marcha de la infección. Una consecuencia de las lesiones en el tracto genital femenino es la muerte precoz y resorción del feto, así como la ausencia de celo, y también puede ocurrir que el feto muera más tarde; entonces se presenta el aborto. En tales circunstancias, las hembras abortan casi siempre en 4-6 meses de gestación, aunque el fenómeno puede presentarse en cualquier momento, a menudo de forma tan precoz que pasa inadvertido. En estos últimos casos, sólo la falta de celo permite sospechar la existencia de una infección por cubrición. Por lo demás, el aborto para la hembra, no suele acarrear graves consecuencias, aunque a veces sufran retención de secundinas, con las derivaciones conocidas.


Diagnóstico

Como quiera que el aborto y la ausencia de celo sólo permiten sospechar la infección, habrá de ponerse sumo cuidado al sentar el diagnóstico. Cuando sean frecuentes los trastornos de la reproducción, habrá de considerarse siempre también la posibilidad de resistencia de una vibriosis, y una vez excluidas otras causas, se intentará la demostración del Vibrio fetus o de los anticuerpos formados contra el mismo. Sin embargo, no conviene olvidar que la demostración de los vibriones no ofrece, en sí, una seguridad absoluta, ya que muchas veces, tal como se desprende de las recientes experiencias, los gérmenes suelen ser vibriones del tipo de los catalasapositivos, que prácticamente no producen sulfhídrico.

Tratamiento

Las vacas abortadas, sobre todo en los casos en que hay retención de secundinas, se someten al tratamiento corriente indicado para las afecciones uterinas, y se obtienen éxitos manifiestos con la inyección simultánea de penicilina durante 5 días; +-por lo demás, las vacas que han abortado se dejan sin cubrir durante 3 meses. Para el tratamiento de las hembras infectadas se han utilizado diferentes antibióticos. Lawson emplea 500 miligr de clorotetraciclina(aureomicina) en 10 cc de Propilenglicol; Plastidge, Williams, Chernak y Easterbrook (1951) y Adler (1954), 1 gr. de Estreptomicina en 15 cc de agua o en 20 cc de aceite, directamente aplicados en el útero. Voigt utiliza la inyección única de Vetramycina o de Salthion. Steger (1956) aplica directamente para su acción en la mucosa uterina, 100 000 U. de penicilina en suspensión oleosa o 50 000 y de sulfato de dihidroestreptomicina, en 30 cc de parafina líquida, que se inyectan en el útero previa fijación rectal del cuello. Sin Embargo, después del tratamiento es preciso dejar pasar un celo, por lo menos, antes de cubrir a los animales. El tratamiento de los toros es parecido al descrito para la tricomoniasis. Se recubren el pene y la mucosa del saco prepucial tras la aplicación de la anestesia epidural, y provisto el operador de guantes de goma con una pomada antivibriónica, y se frota durante 10 minutos, teniendo cuidado de que llegue a todos los pliegues de la mucosa. Para ello es apropiada la pomada de bovoflavina, que contiene tripaflavina y, según Vandeplas y colaboradores, también una pomada con diferentes antibióticos, que se prepara d la siguiente manera; En 10 cc de agua destilada se mezclan 500 000 U. penicilina- procaína, 1g de estreptomicina, 100 000 miligr. De terramicina y 500 miligr. De cloramfenicol, que se transforma en pomada, lentamente, con 80 gr. de polietilenglicol. También se han propuesto otros métodos de tratamiento menos enérgicos, lavando el saco prepucial con soluciones de penicilina y estreptomicina (según Merkt y Garnica 1952, se aplican 2000 000 U. en 20 cc. De agua durante 3 días consecutivos; según Lofthouse, en los primeros días, 1 000 000 cada uno, y en los 2-5 días consecutivos, medio millón al día. Después de introducir las soluciones, la abertura prepucial será cerrada por una ligadura durante 30-45 minutos). Después de cada uno de estos tratamientos es necesario comprobar que se ha producido la curación, para lo cual, la única solución es la prueba en novillas vírgenes con el semen de los toros tratados.

Profilaxis

En los efectivos libres de la infección, aislados, la profilaxis es bastante sencilla. Al adquirís toros, se comprarán sólo los que proceden de explotaciones seguramente libres de la infección, y, aun así, será mejor elegir los sementales jóvenes que todavía no han sido utilizados en cubriciones. Cuando se trata de la adquisición de hembras habrá que tomar parecidas precauciones. En los establos infectados, así como en los prados comunales y en los efectivos cerrados que sufran ya la infección, se debe recomendar la inseminación artificial para el saneamiento, utilizando para ello toros sanos, en los cuales se comprobará la ausencia de vibriones y de otros gérmenes causantes de afecciones genitales. Cuando esto no sea posible, se procurará reducir las posibilidades de contagio tratando el semen con antibióticos. A tales efectos han propuesto, entre otros McEntee, Hughes y Gilman (1954), la adición de 500 U. de penicilina, 500 y de estreptomicina y 3 miligr. De sulfanilamida a cada centímetro cúbico de semen diluido, mientras que Ortley y Gilman (1954) aconsejan sólo la adición de 2000 y de estreptomicina, en todo caso, 6 horas antes de la utilización del esperma. No se conoce un procedimiento de inmunización efectivo.


Fuentes

  • Dr. Sánchez-Garnica Montes, Clemente. Patología y terapeútica especiales de los animales domésticos. Editorial Labor, S.A. Calabria, 235-239. Barcelona-15 (1973).