Viejas estampas cardenenses

Viejas Estampas Cardenenses
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Una recopilación sobre personajes y hechos de la Ciudad Bandera
Autor(a)(es)(as)Roberto Bueno Castán
Editorial:Ediciones Matanzas
ColecciónAbra
GéneroTestimonio
EdiciónBárbaro Velazco Valderrama
Diseño de cubiertaLeonel Betancourt Alvarez
IlustracionesArianna Ramos, Reysel Vázquez
Primera ediciónEdiciones Matanzas 2003
Ejemplares400
ISBN959-68-008-6
PaísBandera de Cuba Cuba
DistribuciónInstituto Cubano del Libro

Viejas Estampas Cardenenses. Es una recopilación de hechos y personajes de la historia local de la Ciudad Bandera. Su autor, Roberto Bueno Castán, con un estilo periodístico relata algunos de los jirones de la Ciudad conseguidos tras la acuciosa investigación histórica y con el amor por su ciudad natal.

Argumento

A través de un lenguaje sencillo, preciso y coloquial, el autor va presentando personajes y hechos de la ciudad de San Juan de Dios y Cárdenas, Ciudad Bandera. En sus 75 páginas van desfilando los hombres y mujeres que con sus acciones dejaron alguna impronta en la historia de la ciudad.

Empezando con “El Aguador” a los pocos años de fundado el pueblo en 1828, y que se convirtió en lucrativo negocio en 1871 al tener 16 aguadores en el aun pequeño pueblo. Otro es la muerte del Médico Chino, Cahmbombián, ese que era capaz de salvar a los desahuciados por la medicina de entonces. Los tranvías eléctricos de 1915, sin trole, y que circularon por sus calles hasta 1928.

Otros personajes como Los Piruleros, El Cangrejero, la vendedora de Eco, los Diablitos de los Abakuá, o Canut postulado para alcalde como burla para el proceso electoral:

Batista tiene una grulla

y Grau tiene un pollito,
y Canut para hacer bulla

ya se ha comprado un chivito.

Antecedentes

Uno de los más caros anhelos del autor, era ver reunidos en un solo libro sus “Viejas Estampas Cardenenses”. Estas había aparecido con anterioridad en las décadas del 70, 80, y 90 del siglo XX, en el periódico Girón; los boletines El Activista y La Alborada, que eran órganos de la Comisión Regional de Historia del PCC y del Museo Oscar María de Rojas de Cárdenas respectivamente. También programas trasmitidos por Radio Ciudad Bandera y la prestigiosa revista Signos de la Universidad de las Villas. Ediciones Cárdenas, editora local, publicó en 1990 una versión más corta con el mismo título.

Del autor

Roberto Bueno Castán (Cárdenas, 15 de abril de 193315 de agosto de 2002). Fue fundador del Círculo Poético y Literario de Cárdenas y del Taller Literario Fray Candil. Se desempeño durante varios años como periodista de Radio Ciudad Bandera. En su condición de historiador se distinguió por acendrado amor por la ciudad y por el rescate de figuras, hechos y tradiciones olvidadas.

Publicó, entre otros, los libros “Muchacha”, “Con mi diario soñar”, así como numerosos artículos. Por su fecunda labor creativa recibió el Premio El Diablo Cojuelo, que otorga el Buró Nacional de la UJC y varias distinciones locales, provinciales y nacionales. Fue miembro de la UPEC y de la UNHIC.

Al morir dejó inconclusas una historia del teatro en Cárdenas y una recopilación de voces populares cardenenses.

Personajes y hechos

  1. El Aguador.
  2. El Sereno.
  3. El Calesero.
  4. La corrida de Toros.
  5. Las subastas del ilustre Ayuntamiento.
  6. El médico chino.
  7. La momia.
  8. El carbonero.
  9. Las guaguas de caballos.
  10. El Cangrejero.
  11. El heladero de antaño.
  12. Los tranvías eléctricos.
  13. El verdulero.
  14. Las pilas públicas de agua.
  15. Eduviges.
  16. La fuente de Concha y Cossío.
  17. El chino Rayo.
  18. Los fantasmas.
  19. Los piruleros.
  20. El hombre de los zancos.
  21. El vendedor ambulante de ropa.
  22. El nevero.
  23. Los Diablitos.
  24. Las Cucañas.
  25. Los barreneros.
  26. La Ecocera.
  27. El Chinito de la suerte.
  28. El tamalero.
  29. La apuesta de la caña.
  30. El manisero.
  31. A tomar limón.
  32. A botone los cangrejitos.
  33. El botellero.
  34. El manguero.
  35. El lechero.
  36. El rasquero.
  37. Las Delicias.
  38. El amolador de tijeras.
  39. Canut.

Extractos

  • “El Cuerpo de Serenos de Cárdenas, se constituyó poco después que el de La Habana el cual desde 1834 se había organizado en los intramuros y desde 1843 en los extramuros. (…) Sin embargo, el cardenenses tenía carácter particular pues los gastos eran sufragados por los vecinos, quienes contribuían voluntariamente, de acuerdo con sus posibilidades económicas, hasta que en 1848 el Teniente Gobernador impuso una cuota fija que variaba según la riqueza o apariencias de cada uno de los obligados…”
  • “Por ser Cárdenas centro importantísimo de gran actividad comercial, industrial y agrícola, los caleseros, llamados los aristócratas de los esclavos, fueron imprescindibles en la vida local de la gran ciudad, ya que en período de mayor prosperidad los cardenenses de cierta posición jamás salían a pie, pues los hombres utilizaban sus caballos enjaezados lujosamente y las mujeres los quitrines, las volantas o los carruajes. Prácticamente sólo se veía caminar por las calles a negros y mulatos”.
  • “Los cardenenses contemplaron por primera vez una corrida de toros como parte de los festejos que se organizaron para celebrar el otorgamiento del título de Villa a Cárdenas, 21 de diciembre de 1853. (…) La más extraordinaria y la que por más tiempos recordaron los cardenenses, se celebró el 2 de febrero de 1873, en un solar contiguo al Cuartel de Bomberos, que ese día se inauguraba. (…) con la rechifla general del público, el cual enseguida se vio precisado a emprender rápida y desordenada fuga, al saltar el toro las barreras y limpiar a su paso cuanto le estorbaba, hasta alcanzar la calle Vives…”
  • “¡A ese no lo salva ni el médico chino! (…) Según el historiador cardenense Miguel Martínez, fue por los años de 1865 a 1870; mientras que Emilio Roig de Leuchsering dice que «por el año 1872 apareció en Cárdenas». De todas formas, su presencia no significó nada extraordinario, pues en aquel entonces la Perla del Norte era asiento de numerosa colonia china. (…) Tendido en su cama, una mañana Chambombián fue encontrado sin vida. Nadie conocía que se encontrara enfermo, por lo muchas versiones fueron propagadas; mientras unos pensaban que había sido envenenado por algún enemigo anónimo, otro se inclinaban a creer que él mismo se había ocasionado el envenenamiento al probar una de sus fórmulas. Aún se ignora quién fue el culpable de su muerte
  • “En Cárdenas hubo épocas en que más de un centenar de piruleros, agitando sus campanillas, dejaban escuchar sus pregones: ¡Vaya, pirulí, que quita el catarro y produce la lombri’! (…) ¡Pirulí a kilo! (…) ¡Azúcar, papel y palito!... ¡Aquí está el pirulero!”
  • “Es bien la tradicional preferencia del cubano, y en especial de los modestos por el tamal. (…) Pica como se le conocía, presentaba los tamales en dos formas: con o sin picante; el primero muy solicitado por los tomadores. (…) Desde 1921 y por espacio de cuarenta años, Pica, mantuvo una popularidad que se reflejaba en su clientela tan enorme como él, aún en los momentos de mayor competencia, pues pocos fueron tan cuidadosos en cada detalle para inspirar confianza a los consumidores.

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Fuentes

  • Bueno Castán, Roberto. Viejas Estampas Cardenenses. Ediciones Cárdenas. 1990.
  • Bueno Castán, Roberto. Viejas Estampas Cardenenses. Ediciones Matanzas. 2003.