Winchester Osgood
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"Winchester Dana Osgood" fue un destacado atleta universitario estadounidense a fines del siglo XIX en la Universidad de Cornell y la Universidad de Pensilvania. Jugó en la posición de Mediocampista en los equipos de ambas escuelas obteniendo extraordinarios resulltados y récords. Se ofreció como voluntario para las fuerzas cubanas durante la lucha de Cuba por la independencia de España. Fue comisionado en artillería en el ejército cubano y murió en combate. Osgood fue incluido en el College Football Hall of Fame como jugador en 1970.
Sumario
Primeros años de vida
Winchester Osgood nació en Fort Barrancas, Florida, Estados Unidos, el 12 de abril de 1870. Fue uno de los cinco hijos del oficial del Ejército de los Estados Unidos Henry Brown Osgood Jr. y su esposa, Harriet Mary (Hubbard) Osgood. Henry Osgood eventualmente subió al rango de General de Brigada Estados Unidos. Asistió a la escuela preparatoria en la Academia Wesleyan en Wilbraham, Massachusetts. Fue allí donde Winchester Dana Osgood, apodado "Win", conociendo allí a Caroline Bushnell Davis. Dicha pequeña prefería niños que fueran fuertes y atléticos y el joven Osgood, tímido, frágil e inseguro, se enamoró de ella, por lo que para ganarse su afecto, solo había una cosa para él: convertirse en una atleta de clase mundial.
Atleta universitario
Osgood fue uno de los mejores atletas universitarios del siglo XIX. Tenía talento en muchos deportes pero es mejor conocido por sus hazañas como jugador de fútbol americano universitario.
Universidad de Cornell
Osgood corrió el 440 en la Universidad de Cornell para el equipo de atletismo, fue un consumado gimnasta, boxeador, luchador, tenista y estableció un récord colegial para la carrera ciclista de 2 millas. Jugó como mediocampista cuatro años, 1888-1889 y 1891-1892, obteniendo un récord en su tiempo de juego. También remaba en el equipo universitario donde ganó el campeonato de un solo caparazón de 1892. Recibió una medalla como el mejor atleta versátil de la escuela. En un artículo el 29 de enero de 1927, The Sun lo nombró miembro del primer equipo de fútbol Cornell de todos los tiempos. Dejó Cornell en el otoño de [[1892] para asistir a la Universidad de Pensilvania.
Universidad de Pensilvania
En Pensilvania, Osgood continuó sus hazañas como atleta de tres deportes, sobresaliendo en el fútbol, el atletismo y la lucha libre en el período 1893-1894. Implantó otro récord en su tiempo de juego en el equipo de futbol de Pensilvania. En 1893 Pensilvania perdió contra Yale 14-6, pero Osgood fue aclamado porque anotó un touchdown para Pensilvania. Fue el primer touchdown anotado contra Yale en tres años. En 1894 Pensilvania fue 12-0 sobre Princeton, la segunda victoria de Penn en 30 encuentros con los Tigres y una victoria de 18-4 sobre Harvard. Pensilvania fue campeón nacional. En esta universidad, Osgood también estableció récords universitarios de bicicleta de dos millas, ganó el campeonato nacional de lucha de peso mediano y pesado de 1894 y recibió el campeonato universitario de boxeo de peso pesado. Se destacó, además, en tenis y béisbol.
Primer campeón nacional de lucha universitaria
Osgood también se destacó en la lucha libre. Se convirtió en el primer atleta universitario en ganar un campeonato nacional cuando ganó el título nacional AAU de 1895 en la clase de "peso pesado", para competidores de más de 158 libras.
Se desempeñó como entrenador de fútbol en la Universidad de Indiana durante una temporada en 1895, compilando un registro de 4–3–1.
Comandante en la lucha por la independencia de Cuba
Cuando Cuba comenzó su lucha por la independencia de España, Osgood se ofreció como voluntario para las fuerzas cubanas, para combatir en la Guerra Necesaria. Se cambió sus zapatillas y tacos de fútbol por un uniforme de oficial para el voluntario Ejército de Liberación de Cuba. Sus servicios ofrecidos como voluntario fueron agradecidos por los líderes cubanos, a quien su conocimiento y habilidad como ingeniero civil, su valentía personal y su capacidad innata para el liderazgo, pronto lo hicieron de gran valor. Win Osgood llegó a las costas de Cuba en el 1896 donde inmediatamente, el 11 de abril de ese año, ascendió al rango de Mayor en la artillería bajo el mando del general Calixto García. Su actuación en el asedio a las fortificaciones españolas fue muy relevante y se ganó el grado de comandante del Ejército Libertador.
Muerte en combate
El 18 de octubre de 1896, Calixto García y Máximo Gómez, generales cubanos unieron fuerzas y se trasladaron a una pequeña aldea costera llamada Guáimaro, que fue fuertemente fortificada y defendida por los españoles. Después de muchas peleas duras y una brillante carga dirigida por el coronel Mario García Menocal, se tomó la mayor fortificación. Durante la batalla, el Mayor Osgood estuvo a cargo de bombardear varios blocaos con un cañón Hotchkiss usando proyectiles de 12 libras. La unidad de artillería de Osgood estaba bajo fuego constante de armas pequeñas. Cuando Osgood se inclinó sobre el arma para ajustar la vista para tener en cuenta el viento, hizo el comentario, "creo que servirá". En ese momento, fue alcanzado por el cráneo por una bala de Mauser disparada por un tirador afilado estacionado en la torre de la iglesia a mil cien metros de distancia. Osgood fue llevado desde el lugar por sus camaradas y corrió cuesta abajo hacia la estación de ayuda. Sin volver a ver la pieza de artillería, el segundo al mando de Osgood, el mayor Frederick Funston, dio la orden de disparar el arma y el proyectil golpeó uno de los blocaos. Murió cuatro horas después y fue enterrado debajo de un árbol de mango en una tumba sin marcar. Días antes había dicho a un grupo de mambises que peleaban junto a él, en la misma unidad militar: «Ustedes, los cubanos que luchan por la liberación y la independencia, nacen héroes, por eso se ganarán siempre el respeto del mundo entero»
Los elogios de todo el país llegaron con la noticia de la trágica desaparición de Winchester Osgood. George Orton, su compañero de cuarto y hermano de la fraternidad de la Universidad de Pensilvania, declaró en su memorial: No pienses en él enterrado en suelo cubano o tendido en una tumba pantanosa. Tales pensamientos son sacrilegios. Esa forma de Apolo, esos músculos aptos para competir con los de Hércules, esa cara amable y radiante y su elegante porte pueden haber funcionado. Pero recordémoslo como todos lo hemos visto; parpadear en el campo para un touchdown o abordar como nadie más podría hacerlo; cruzando la línea un ganador en la carrera de bicicletas, o un vencedor con los guantes o pelea de lucha libre. O, de nuevo, que lo recuerden como el caballero perfecto, puro en palabra y obra, fiel a los amigos, galante con las damas y cortés con todos. Para "Quién es bueno, Él es bueno ... Osgood".
