Diferencia entre revisiones de «Combate de Jiguaní (1958)»

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'''Combate de Jiguaní (1958).'''
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'''Combate de Jiguaní (1958).''' Fue uno de los más encarnizados y difíciles combates que sostuvieron las tropas bajo el mando del comandante [[Guillermo García]], donde a pesar de las sensibles pérdidas se logra otro paso firme y trascendental en el avance rebelde sobre [[Santiago de Cuba]].  
El 19 de diciembre de 1958, cuando se vivía la recta final de la lucha guerrillera en Cuba, se produjo un cruento combate entre el ejército rebelde y una tropa de la tiranía batistiana, en el lugar conocido como San José del Retiro. La acción, duró aproximadamente siete horas y aunque varios revolucionarios perdieron la vida, entre ellos el comandante Ignacio Pérez Zamora, el enemigo fue el más perjudicado.
 
  
Narra la historia que el Ejército Rebelde ocasionó 30 muertos a su adversario, 67 prisioneros y la destrucción de varios vehículos militares y ocuparon unas 70 armas. El saldo fue favorable a la causa revolucionaria tanto así que, como consecuencia, fue liberada la villa de Jiguaní, hoy municipio de Granma con el mismo nombre.
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== Desarrollo de la acción combativa==
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El [[19 de diciembre]] de [[1958]], cuando se vivía la recta final de la lucha guerrillera en [[Cuba]], se produjo un cruento combate entre el [[Ejército Rebelde]] y una tropa de la tiranía batistiana, en el lugar conocido como [[San José del Retiro]]. La acción, duró aproximadamente siete horas y aunque varios revolucionarios perdieron la vida, entre ellos el comandante Ignacio Pérez Zamora, el enemigo fue el más perjudicado.
  
A más de medio siglo del combate de San José del Retiro los jiguaniceros siguen agradeciendo la disposición de los 11 mártires que perdieron la vida en el intento de liberar su villa.  
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Para organizar el cerco a [[Santiago de Cuba]], fue que [[Fidel]] convocó a [[Raúl]], [[Juan Almeida]] y otros jefes a la Comandancia de [[La Rinconada (Contramaestre)|La Rinconada]]. Un gran trecho de la Carretera Central entre Bayamo y la capital oriental era dominado por los rebeldes después de tomar [[Baire]] y con [[Maffo (Contramaestre)|Maffo]] sitiado. Solo Jiguaní quedaba como bastión de la tiranía.
  
para organizar el cerco a Santiago, fue que Fidel convocó a Raúl, Almeida y otros jefes a la Comandancia de La Rinconada. Un gran trecho de la Carretera Central entre Bayamo y la capital oriental era dominado por los rebeldes después de tomar Baire y con Maffo sitiado. Solo Jiguaní quedaba como bastión de la tiranía.
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Era vital entonces cortar ese posible puente de huída de "los casquitos" hacia [[Bayamo]], por lo que se decide cercar estrechamente el poblado.
  
Era vital entonces cortar ese posible puente de huída de "los casquitos" hacia Bayamo, por lo que se decide cercar estrechamente el poblado.
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No obstante, la desesperación obliga a los militares de Jiguaní a intentar escapar y así lo hacen la madrugada del 19 de diciembre por un camino secundario que atravesaba las sabanas de un paraje cercano conocido por San José del Retiro.
 
 
No obstante, la desesperación obliga a los militares de Jiguaní a intentar escapar y así lo hacen la madrugada del 19 de diciembre por un camino secundario que atravesaba las sabanas de un paraje cercano conocido por San José del Re-tiro.
 
  
 
Era imposible no chocar con algún punto del cerco rebelde. Al primer contacto y el tiroteo desencadenado, la tropa bajo el mando del bravo capitán Ignacio Pérez inicia la persecución de la caravana de militares que huyen. Caen ferozmente sobre la retaguardia enemiga, aunque en condiciones muy arriesgadas, por ser un terreno ganadero, demasiado llano para el combate a corta distancia.
 
Era imposible no chocar con algún punto del cerco rebelde. Al primer contacto y el tiroteo desencadenado, la tropa bajo el mando del bravo capitán Ignacio Pérez inicia la persecución de la caravana de militares que huyen. Caen ferozmente sobre la retaguardia enemiga, aunque en condiciones muy arriesgadas, por ser un terreno ganadero, demasiado llano para el combate a corta distancia.
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En efecto, una vez erguidos sobre sus posiciones, el propio capitán Ignacio Pérez y otros diez de sus hombres, incluido el casi niño de 14 años, Juan Pérez Olivera, cayeron abatidos por una ráfaga de ametralladora y el fuego cerrado de los viles soldados.
 
En efecto, una vez erguidos sobre sus posiciones, el propio capitán Ignacio Pérez y otros diez de sus hombres, incluido el casi niño de 14 años, Juan Pérez Olivera, cayeron abatidos por una ráfaga de ametralladora y el fuego cerrado de los viles soldados.
  
La traición no hizo más que desencadenar una furia rebelde que en poco tiempo aplastó la resistencia enemiga, y esa misma tarde Jiguaní, punto importante por confluir en él la Carretera Central y la vía férrea rumbo a Santiago, ya era territorio rebelde, otro pueblo libre.
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La traición no hizo más que desencadenar una furia rebelde que en poco tiempo aplastó la resistencia enemiga, y esa misma tarde Jiguaní, punto importante por confluir en él la Carretera Central y la vía férrea rumbo a Santiago, ya era territorio rebelde.
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El Ejército Rebelde ocasionó 30 muertos a su adversario, 67 prisioneros y la destrucción de varios vehículos militares y ocuparon unas 70 armas, mientras que la causa revolucionaria tuvo 11 mártires que perdieron la vida en el intento de liberar su villa.  
  
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==Reconocimiento a los mártires==
 
No obstante, la satisfacción de la libertad conquistada se mezcló esa noche con el dolor por el combatiente y el amigo caído. En los corredores alrededor de la plaza del pueblo fueron tendidos los cadáveres del capitán Ignacio Pérez y sus diez compañeros.
 
No obstante, la satisfacción de la libertad conquistada se mezcló esa noche con el dolor por el combatiente y el amigo caído. En los corredores alrededor de la plaza del pueblo fueron tendidos los cadáveres del capitán Ignacio Pérez y sus diez compañeros.
  
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"Su nombre figurará en la lista de los comandantes de nuestro glorioso Ejército y nunca lo olvidaremos. Le diré solo que Ignacio era para todos nosotros un hermano y tal es el dolor que sentimos en este momento".
 
"Su nombre figurará en la lista de los comandantes de nuestro glorioso Ejército y nunca lo olvidaremos. Le diré solo que Ignacio era para todos nosotros un hermano y tal es el dolor que sentimos en este momento".
 
A pesar de las sensibles pérdidas de aquel combate —al decir del Comandante Guillermo García: "uno de los más encarnizados y difíciles que sostuvieron las tropas bajo mi mando"—, la toma de Jiguaní, hace 55 años, fue otro paso firme y trascendental en el avance rebelde sobre Santiago de Cuba, justo por donde entró triunfante la Revolución el Primero de Enero de 1959.
 
 
==Reconocimiento a los mártires==
 
  
 
A las ocho de la noche, [[Fidel]] y [[Raúl Castro]] entraron en [[Jiguaní]] e hicieron guardia de honor a los caídos. El jefe del Ejército Rebelde firmó la orden del ascenso póstumo a grado de comandante del heroico capitán [[Ignacio Pérez Zamora]] y redactó una carta de pésame al comandante [[Crescencio Pérez]], al mando de la [[columna no. 7 del Primer Frente]], explicándole la forma en que había entregado su vida su hijo y el dolor que sentía por haber perdido a uno de nuestros oficiales más competentes y de su mayor confianza.
 
A las ocho de la noche, [[Fidel]] y [[Raúl Castro]] entraron en [[Jiguaní]] e hicieron guardia de honor a los caídos. El jefe del Ejército Rebelde firmó la orden del ascenso póstumo a grado de comandante del heroico capitán [[Ignacio Pérez Zamora]] y redactó una carta de pésame al comandante [[Crescencio Pérez]], al mando de la [[columna no. 7 del Primer Frente]], explicándole la forma en que había entregado su vida su hijo y el dolor que sentía por haber perdido a uno de nuestros oficiales más competentes y de su mayor confianza.

Revisión del 10:58 21 feb 2020

Combate de Jiguaní (1958)
Información sobre la plantilla
Parte de Guerra de Liberación Nacional de Cuba
Fecha 19 de diciembre de 1958
Lugar Jiguaní, Oriente, Bandera de Cuba Cuba
Resumen Enfrentamiento entre el Ejército Rebelde y el Ejército de Batista
Consecuencias Fue liberada la villa de Jiguaní, hoy municipio de Granma con el mismo nombre
Beligerantes
Ejército Rebelde Ejército de Batista
Comandantes
- Fidel Castro Ruz
Bajas
11 muertos 30 muertos

Combate de Jiguaní (1958). Fue uno de los más encarnizados y difíciles combates que sostuvieron las tropas bajo el mando del comandante Guillermo García, donde a pesar de las sensibles pérdidas se logra otro paso firme y trascendental en el avance rebelde sobre Santiago de Cuba.

Desarrollo de la acción combativa

El 19 de diciembre de 1958, cuando se vivía la recta final de la lucha guerrillera en Cuba, se produjo un cruento combate entre el Ejército Rebelde y una tropa de la tiranía batistiana, en el lugar conocido como San José del Retiro. La acción, duró aproximadamente siete horas y aunque varios revolucionarios perdieron la vida, entre ellos el comandante Ignacio Pérez Zamora, el enemigo fue el más perjudicado.

Para organizar el cerco a Santiago de Cuba, fue que Fidel convocó a Raúl, Juan Almeida y otros jefes a la Comandancia de La Rinconada. Un gran trecho de la Carretera Central entre Bayamo y la capital oriental era dominado por los rebeldes después de tomar Baire y con Maffo sitiado. Solo Jiguaní quedaba como bastión de la tiranía.

Era vital entonces cortar ese posible puente de huída de "los casquitos" hacia Bayamo, por lo que se decide cercar estrechamente el poblado.

No obstante, la desesperación obliga a los militares de Jiguaní a intentar escapar y así lo hacen la madrugada del 19 de diciembre por un camino secundario que atravesaba las sabanas de un paraje cercano conocido por San José del Retiro.

Era imposible no chocar con algún punto del cerco rebelde. Al primer contacto y el tiroteo desencadenado, la tropa bajo el mando del bravo capitán Ignacio Pérez inicia la persecución de la caravana de militares que huyen. Caen ferozmente sobre la retaguardia enemiga, aunque en condiciones muy arriesgadas, por ser un terreno ganadero, demasiado llano para el combate a corta distancia.

El hostigamiento de los barbudos provoca gritos agónicos de rendición entre los perseguidos. Sin embargo, la tregua solicitada escondía la traicionera intención de abrir fuego sorpresivo cuando los revolucionarios se acercaran.

En efecto, una vez erguidos sobre sus posiciones, el propio capitán Ignacio Pérez y otros diez de sus hombres, incluido el casi niño de 14 años, Juan Pérez Olivera, cayeron abatidos por una ráfaga de ametralladora y el fuego cerrado de los viles soldados.

La traición no hizo más que desencadenar una furia rebelde que en poco tiempo aplastó la resistencia enemiga, y esa misma tarde Jiguaní, punto importante por confluir en él la Carretera Central y la vía férrea rumbo a Santiago, ya era territorio rebelde.


Bajas

El Ejército Rebelde ocasionó 30 muertos a su adversario, 67 prisioneros y la destrucción de varios vehículos militares y ocuparon unas 70 armas, mientras que la causa revolucionaria tuvo 11 mártires que perdieron la vida en el intento de liberar su villa.

Reconocimiento a los mártires

No obstante, la satisfacción de la libertad conquistada se mezcló esa noche con el dolor por el combatiente y el amigo caído. En los corredores alrededor de la plaza del pueblo fueron tendidos los cadáveres del capitán Ignacio Pérez y sus diez compañeros.

Fidel, Raúl, Celia, Vilma y otros altos jefes acudieron al tributo, personalmente les rindieron guardia de honor, y en el sepelio Raúl despidió el duelo con encendido discurso.

Hacía dos años del abrazo de Cinco Palmas. De los tres campesinos que condujeron a Raúl y sus hombres a aquel encuentro con Fidel, uno había sido el jovencito Ignacio Pérez.

Ahora, convertido en capitán, moría en combate dos días después de un nuevo reencuentro entre los dos hermanos, justo a las puertas de la victoria definitiva.

El propio líder Fidel lamentaba el suceso en carta al padre Crescencio, imprescindible colaborador y amigo, y le transmite su decisión de ascenderlo póstumamente a Comandante:

"Duele que haya muerto precisamente cuando el triunfo está a la vista y cuando él estaba resultando ser uno de nuestros oficiales más competentes y de mi mayor confianza.

"Su nombre figurará en la lista de los comandantes de nuestro glorioso Ejército y nunca lo olvidaremos. Le diré solo que Ignacio era para todos nosotros un hermano y tal es el dolor que sentimos en este momento".

A las ocho de la noche, Fidel y Raúl Castro entraron en Jiguaní e hicieron guardia de honor a los caídos. El jefe del Ejército Rebelde firmó la orden del ascenso póstumo a grado de comandante del heroico capitán Ignacio Pérez Zamora y redactó una carta de pésame al comandante Crescencio Pérez, al mando de la columna no. 7 del Primer Frente, explicándole la forma en que había entregado su vida su hijo y el dolor que sentía por haber perdido a uno de nuestros oficiales más competentes y de su mayor confianza.

En horas de la madrugada fueron inhumados los cadáveres de los caídos en San José del Retiro en el cementerio de Jiguaní. El comandante Raúl Castro despidió el duelo, donde ponderó el heroico rol jugado por aquellos valientes que habían entregado sus preciosas vidas por la causa revolucionaria. Destacó la estirpe campesina de la mayoría de ellos y, en especial, la vinculación de Ignacio Pérez, junto a su familia, con los sobrevivientes de la expedición del yate Granma.

En sus palabras el jefe del Segundo Frente Oriental denunció la ayuda de todo tipo que había recibido el Ejército de Batista a través de la Base Naval de Guantánamo, propiciada por el gobierno de los Estados Unidos.

Fuente