Silverio Núñez Hernández
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Silverio Núñez Hernández . Hombre honesto, trabajador, descendiente de un seno familiar humilde, victima de las Pascuas Sangrientas.
Sumario
Síntesis biográfica
Infancia y Juventud
Nace el 16 de mayo en Naranjal, Mayarí, en el seno de una familia humilde, por lo que apenas logra aprender a leer y a es escribir en la escuelita de barrio, dedicándose tempranamente a trabajar para ayudar al sostén del hogar.
Trayectoria laboral
Su vida laboral se inicia como ayudante de panadero de un particular; pasa a trabajar en Guantánamo junto a un hermano, en igual oficio. Aquí pierde un brazo, se le hace la remuneración a través de un seguro social regresando a Mayarí; por su situación, con una prótesis, compra un carretón y un caballo y se dedica a vender agua. Tiempo después se reintegra al quehacer de la panadería, desempeñándose como distribuidor de pan.
Juventud
En su duro bregar, apodado “Firo el Manguito”, era respetado y querido por todos, que reconocían en el al sencillo y humilde trabajador empeñado en lograr “algo” para llevar a la familia cada día. De temperamento tranquilo, muy callado, “Firo” cumplía con su trabajo. Unas veces con sacos al hombro, en carretillas y por ultimo en una bicicleta, siempre dispuesto.
Muerte
En la noche del 25 de diciembre, cuando se encontraba con unos amigos por el bar cerca del puente de Pontezuelo, pasa un jeep cargado de guardias de la dictadura llevando preso a Wilfredo Williams quien le grita: “Firo dile a Galán que me llevan preso”. Los sicarios detienen al carro y cogen preso a Silverio, ocasión que aprovecha Williams para escapar. En la persecución hieren a Wilfredo, que logra escapar, y Firo es vilmente asesinado a pocos metros del lugar, en el callejón denominado Pontezuelo.
En la madrugada del 26 de diciembre se encuentra su cadáver, baleado criminalmente, ensañados contra este humilde hombre de pueblo, cuyo único delito era el tener que soportar los rigores de una sociedad corrompida, de explotación del hombre por el hombre, forzado a laborar incansablemente para poder sobrevivir.
La Revolución triunfante barrió no solo con los salvajes sicarios de la tiranía que mataron a “Firo”, acabó con las condiciones inhumanas de vida, eliminó la explotación del hombre por el hombre, y hoy dedica todas sus energías a garantizar a los niños una niñez feliz y saludable, dedicados al estudio, una juventud fuerte y revolucionaria, y un futuro de trabajo y de victorias para impedir que puedan repetirse hechos tan criminales como el asesinato de “Firo”, vida cegada injustamente a los 30 años de edad.