Trece días (Película)
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Thirteen Days(en español: Trece días) Es una película histórica, la narración pormenorizada de 13 días que conmovieron un período de la Guerra Fría. Está dirigida por Roger Donaldson y cuenta con Kevin Costner como actor principal.
Sumario
Sinopsis
En octubre de 1962, fotografías aéreas obtenidas por un avión de vigilancia U-2 del Ejército de los Estados Unidos sobre la isla de Cuba revelan que los soviéticos están colocando armas nucleares en el país caribeño con alcance, en cuestión de minutos llegaría a la costa este de los Estados Unidos. El presidente John F. Kennedy (Bruce Greenwood), y sus colaboradores deberán entonces idear un plan de acción para evitar que los soviéticos terminen la fase de armado de los misiles y para ello idean un bloqueo para los barcos rusos en el océano Atlántico, pero este bloqueo puede ser tomado como un acto de guerra por Nikita Jruschov, Secretario del Partido Comunista de la URSS y desatar la Tercera Guerra Mundial.
Esta crisis transcurre en un lapso de trece días y termina con un acuerdo en el último momento con la URSS. En ese acuerdo ellos retiran las armas nucleares de Cuba a cambio de una garantía de que Estados Unidos no atacará Cuba para siempre, además de una garantía adicional secreta de que también retirarán más tarde bajo una tapadera los misiles de Turquía.
Reparto
- Kevin Costner es Kenny O'Donnell
- Bruce Greenwood es John F. Kennedy
- Stephanie Romanov es Primera dama Jacqueline Kennedy.
- Steven Culp es Robert F. Kennedy
- Dylan Baker es Robert McNamara
- Lucinda Jenney es Helen O'Donnell
- Michael Fairman es Embajador de EE.UU. ante la ONU Adlai Stevenson.
- Bill Smitrovich es Gen. Maxwell Taylor
- Olek Krupa es Ministro soviético del exterior Andréi Gromyko.
- Henry Strozier es Secretario de estado de EE.UU. Dean Rusk
- Walter Adrian es Vicepresidente Lyndon B. Johnson
- Peter White es Director de la CIA John McCone.
- Boris Lee Krutonog es Espía de la KGB Aleksandr Fomin.
Crítica
La narración sigue prolijamente –tal vez demasiado prolijamente– el recorrido cronológico a través de esos trece días. Detalla obsesivamente los hechos históricos, las discusiones en el Gabinete, las decisiones políticas y cómo se llegó a ellas, pero sin reflexionar sobre el por qué ni sobre la génesis de esas posiciones. Los estadistas están presentados como víctimas del sistema político. Kennedy aparece fuertemente presionado por los mandos militares, reaccionarios y antisoviéticos, impacientes por poner en actividad todo su poderoso aparato bélico e invadir la isla. El Presidente había vivido ya el fracaso de Bahía de los Cochinos, y no quiere repetir errores. Despliega toda su habilidad de estadista y su ejercicio del poder para evitar la guerra, imponer un bloqueo y llegar a una solución no violenta por la vía diplomática. Los militares debieron esperar su muerte, acaecida trece meses después de estos trece días, para finalmente jugar el juego para el que habían sido entrenados, en Vietnam. Aunque nunca vemos a Nikita Kruschev, el primer ministro soviético, adivinamos que él también está viviendo la misma angustia y presión que Kennedy y sus colaboradores. Ambos enfrentan virtuales golpes de estado de sus mandos militares. A diferencia del cine realizado por Hollywood durante esa Guerra Fría, aquí los soviéticos no son los malos de la película. Responden, como los yanquis, a un sistema político que había dividido al mundo en dos, y en el que cada uno defendía y luchaba por su territorio. Pero la película nunca profundiza sobre las razones de cada bando.