Albertina Cruzamundos (cuento)

Albertina Cruzamundos
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Cuento para niños pequeños
Autor(a)(es)(as)Pedro Pablo Sacristán
GéneroCuento

Albertina Cruzamundos. Cuento sobre una niña que siempre estaba corriendo, no tenía la calma suficiente para realizar sus actividades caminando y las personas temían que tuviese un accidente.

Datos del autor

Pedro Pablo Sacristán nació en Madrid, España en 1973, y es el segundo de seis hermanos. Realizó estudios en el colegio privado en el que su padre trabajaba como profesor de educación física. Proviene de una familia muy modesta, con muchas dificultades económicas, por lo que a sus padres les costó sacar adelante a sus 6 hijos y darles una buena educación, con un sueldo mínimo, cada noche comenzó a leerles los cuentos que escribía y dedicó la mayor parte de su tiempo a escribir libros, a hacer talleres de cuentos, charlas, etc.

Sus cuentos trasmiten valores tradicionales, generosidad, esfuerzo, honestidad, principalmente dirigidos a padres, madres y maestros. Su idea original fue centrarse en las familias con niños de entre cero y once años. En estos momentos muchos padres plantean que gracias a que sus hijos leen estos cuentos han cambiados de actitud.

Valores

Controlar la impulsividad

Personajes

Una niña y sus mascotas mágicas

Cuento

Albertina era una niña imparable. Ni ella misma sabía pararse. A todas partes iba corriendo, si algo se le ocurría lo hacía al momento.

- ¡Cuidado que voy! - gritaba al cruzar el reino mágico a toda velocidad.

- Algún día a esta chica le va a pasar algo - decían las hadas del lago.

- O hará daño a alguien- respondían las hechiceras del bosque.

Acertaron las hadas del lago, y en una de sus locas carreras tropezó con un gigante y se rompió una pierna. El golpe fue tan fuerte, y tuvo tan mala suerte, que ya no pudo volver a correr rápido.

Albertina estuvo tan triste que sus padres, magos de primer nivel, decidieron regalarle un veloz poni hecho de golosinas para que volviera a recorrer el reino.

- ¡Genial¡ Ahora además de ser rápida comeré los dulces que quiera. ¡Arre, Arcoíris, vamos a cruzar el lago!

Albertina, tan impulsiva e impaciente como era, arrancaba pequeñas golosinas al poni Arcoíris mientras montaba. Al principio apenas se notaba, pero con el tiempo el precioso poni empezó a verse mordisqueado por todas partes.

- Ese poni va demasiado rápido- decían los druidas.

- Está demasiado delgado, un día se rompe - respondían las ninfas.

Y acertaron las ninfas, porque mientras cabalgaba a toda velocidad, Albertina arrancó la oreja izquierda del poni de un solo mordisco. Este perdió el equilibrio y las pocas golosinas que le quedaban saltaron por los aires.

Albertina acabó incluso peor que la vez anterior. Sus padres sintieron lástima y le regalaron un gran dragón de chocolate. Pero nuevamente Albertina no supo controlarse, y sus ansias por correr y por comer dulces acabaron con ella gravemente accidentada y el dragón convertido en pepitas de chocolate para el desayuno.

La niña volvió a sus lamentos.

- Está muy triste - decía su madre. - Habrá que regalarle algo. - De acuerdo, pero esta vez algo distinto.

- Sí, algo con lo que no se pueda romper la cabeza, y que le ayude a comer más sano. Y Albertina recibió un caracol de espinacas, su comida más odiada.

Lloró, gritó, pataleó, protestó y volvió a patalear. Pero no sirvió de nada. Su medio de transporte, su mascota, su mejor amigo, sería desde entonces un caracol de espinacas. Le tocó preparar bien sus viajes, organizar sus comidas y pensarlo todo antes de ponerse en marcha. Al principio se impacientaba por dedicar tanto tiempo a aquellas cosas, pero pronto descubrió que también disfrutaba preparando los mejores momentos, y que eso le ayudaba a vivirlos a tope. Aprendió a apreciar la pausa de su caracol. Ya no le parecía un animal tonto, y ya no tenía ganas de hacer cualquier cosa sin pensarla: todo era mucho más bonito con un poquitín de calma. Y ahora, cuando cruza el reino mágico a lomos de su caracol, sí tiene tiempo para oír lo que dicen hadas, hechiceras, druidas y ninfas:

- Esta niña llegará lejos. Despacio, pero lejos.

Esta vez, seguro, aciertan todos.

Fuentes

https://cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/albertina-cruzamundos

https://www.ecured.cu/Pedro_Pablo_Sacrist%C3%A1n