Alfonso Sánchez

Alfonso Sánchez, Alfonso I, el Batallador
Información sobre la plantilla
Rey de Aragón y Navarra
AlfonsoI.jpg
Predecesor Pedro I
Sucesor Ramiro II

Rey de Pamplona
28 de septiembre de 11047 de septiembrede 1134
Predecesor Pedro I
Sucesor García Ramírez
Reinado 28 de septiembre de 11047 de septiembre de 1134
Nombre real Alfonso Sánchez
Otros títulos Rey de Pamplona (Octubre de 11098 de marzo de 1126), Rey de León, Castilla y Galicia(Con Urraca hasta 1114)
Nacimiento 1073
Fallecimiento 8 de septiembre de 1134
Poleñino
Entierro Castillo-abadía de Montearagón
Predecesor Pedro I
Sucesor Ramiro II
Cónyuge/s Urraca
Casa Real Casa de Aragón
Padre Sancho IV el Bravo
Madre Felicia de Roucy

Alfonso Sánchez . Conocido también como Alfonso I el Batallador, fue uno de los monarcas aragoneses más significativos, ya que fue el artífice de la expansión territorial del reino aragonés. Hereda el trono aragonés y navarro en 1104 al morir su hermanastro Pedro I.

Síntesis biográfica

Alfonso I nace cerca de Siresa en el año 1073, hijo del monarca Sancho IV El Bravo y su segunda esposa Felicia de Roucy. Es educado en el Monasterio de San Pedro de Siresa, zona de habla aragonesa (chesa o cheso), compaginando los estudios con el arte de la guerra. Su ayo es don Lope Garcés el Peregrino. Su educación se desarrollo en un ambiente extremadamente religioso, influido por el espíritu de cruzada, especialmente ferviente en la vecina Francia. Esta educación va a marcar su vida cuyo eje central será la guerra contra los almorávides para expansionar su reino y el anhelo de servir a la cristiandad mediante la guerra sin cuartel contra el infiel. El Infante Alfonso fue encargado de misiones militares, comandó la batalla de las tropas aragonesas en la batalla de Alcoraz, en la conquista de Huesca por su padre en 1096, participó también en la batalla de Bairen, junto con el Cid y su hermano Pedro.

El reinado Alfonso I “El Batallador”

En 1104, al morir su hermano Pedro I, hereda el trono aragonés y navarro. En pocos años arrebató a los musulmanes más de veinticinco mil kilómetros cuadrados, llegando a dominar un amplio territorio. A la cabeza del reino, dirige todos sus asuntos de gobierno: la guerra, la diplomacia, la repoblación , etc. Imbuido de un fuerte espíritu religioso, rayano en el idealismo, concibe la guerra expansiva contra el Islam como una verdadera cruzada antimusulmana. Las rápidas conquistas generaron la necesidad de atraer repobladores, ya que el joven reino no podía abastecer tan rápidamente de hombres y mujeres que poblaran y asegurasen las nuevas plazas tomadas. Ello le obligó a no sólo a conceder fueros muy ventajosos sino a atraer francos y mozárabes de Al-Andalus. Las continuas batallas acometidas, saldadas casi siempre con victorias, le hizo merecedor del apelativo de Batallador.

Las conquistas

Poco después de ceñirse la corona emprende la conquista de Ejea, Tauste, Fitero, Cascante y otras poblaciones de lo que hoy es geográficamente Las Cinco Villas de Zaragoza y Navarra. En 1118 hace su más importante conquista, la de la populosa y próspera ciudad de Zaragoza, convirtiéndola en capital del reino de Aragón. Para ello contó con la ayuda de algunos ejércitos franceses que acudieron a la llamada del papa que proclamó los beneficios de cruzada a quienes participaran en la toma de la ciudad, según un concilio celebrado en Toulouse. Con la gran metrópoli zaragozana cae todo un extenso territorio que le permite avanzar hacia el oeste y el sur, tomando importantes ciudades como Tudela, Tarazona, Borja, Épila, Calatayud, Alhama, Ariza o Daroca, además de repoblar Soria. La marea cristiana provocó la reacción almorávide que envió un importante ejército para contrarrestar el avance aragonés, pero fue nuevamente vencido en la importante y célebre batalla de Cutanda. La frontera aragonesa desciende progresivamente hacia el sur, siendo reconquistadas las cuencas de los emblemáticos ríos Jalón y Jiloca rebasando el actual límite provincial de Zaragoza camino ya de Teruel (llega a asentarse en Monreal). Su siguiente objetivo militar es Lérida, pero su conquista se trunca por la oposición del conde de Barcelona Ramón Berenguer III en 1123. Hace una incursión al corazón de la Andalucía musulmana a través de Teruel y tierras levantinas y andaluzas, alcanzando Málaga y Granada, llegando a las playas de Motril, donde según cuentan metió su caballo en las aguas del Mediterráneo. La expedición se saldó con una intermitente labor de castigo y destrucción y la recogida de mozárabes para repoblar Aragón. Alfonso I, tras la conquista de Zaragoza, fundó en 1122 la Militia Caesaragustana, la primera Orden Militar de España, que obtuvo los beneficios de cruzada permanente.

Su unión con Doña Urraca

Contrae matrimonio con Urraca, hija única y heredera de Alfonso VI de Castilla y de Constanza de Borgoña. La boda se celebra en 1109, en el contrato se estableció que doña Urraca recibiría el vasallaje de los aragoneses y Alfonso actuaría como rey de Castilla y León. Está unión trae grandes conflictos civiles, el primero de ellos; entre Alfonso y numerosos nobles gallegos se revelan en favor de los derechos sucesorios de Alfonso Raimúndez, hijo de Urraca y su anterior esposo, Don Raimundo de Borgoña. La unión entre Alfonso y Urraca estuvo plasmada de continuas desavenencias políticas y personales entre ambos, por su difícil carácter, lo que provoca una incesante suerte de conflictos bélicos entre los bandos de seguidores de Urraca y su hijo y los ejércitos del Batallador. Este sangriento conflicto entre cónyuges, reyes y reinos se ve interrumpido por breves lapsos de paz, acuerdos y reconciliaciones que rápidamente vuelven a dejar paso a los enfrentamientos. En 1114 el matrimonio fue declarado nulo, Alfonso I convencido de que la unificación por vía matrimonial del reino de Castilla y León con el de Aragón no sería viable, dada las diferencias con su esposa y la predilección castellanoleonesa por su hijastro Alfonso Raimúndez, decide repudiar a Urraca y centrarse más en su afán conquistador contra los musulmanes, aunque sin abandonar completamente su pugna por Castilla. En los años sucesivos firma dos tratados de paz con su exesposa, hasta que los interminables conflictos con Castilla terminarán definitivamente entre 1126 y 1127, con la Paz de Tamara.

Su muerte

Como rey guerrero, su muerte no pudo sobrevenir de otra manera que no fuera por las armas. Alfonso fallece consecuencia de las heridas sufridas en el asedio a Fraga en el año 1134.La muerte de Alfonso sin sucesión directa abría una crisis profunda en el [[Corona de Aragón|reino de Aragón. En 1131, siguiendo su modo de pensar en términos piadosos y de cruzada, redacta un peculiar y extraño testamento repartiendo su reino entre las órdenes militares del Temple, Santo Sepulcro y San Juan del Hospital.

Los nobles aragoneses no aceptarán la última voluntad dispuesta por el difunto monarca y elevan al trono a Ramiro II el Monje, hermano de Alfonso, que a la sazón era obispo de Roda-Barbastro. En Navarra la situación planteada será similar, y elegirán a García Ramírez el Restaurador, como rey. Los almorávides, vista la crisis política y dinástica, contraatacarán con éxito recuperando momentáneamente algunas zonas, pero la suerte de la Reconquista estaba ya echada y no eran ellos los vencedores. Los restos del rey Alfonso I, enterrado en el Panteón Real de la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca, fueron exhumados para su estudio el 7 de junio de 1985.

Véase también

Fuentes