Anexo:Cementerio Santa Ifigenia en la República

Cementerio Santa Ifigenia en la República
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Institución con sede en Cuba
Monumento martires virginiu.jpg
Fundación:1902
País:Cuba
Sede:Patrimonio
Dirección:Santiago de Cuba

Cementerio Santa Ifigenia en la República. En esta etapa de inicio de la república, en Santiago de Cuba, el sagrado recinto fue escenario de varios actos en las tumbas de mártires, que en esta etapa no eran dignas para la grandeza de sus hazañas históricas.

Antecedentes

Terminada la guerra hispano-cubano- norteamericana, con la intervención norteamericana en el país, se torna un ambiente patriótico del pueblo como muestra del rechazo al gobierno interventor y la reafirmación del sentimiento nacional, manifiesto en la construcción de estatuas y colocación de tarjas, en sitios históricos, así como la celebración de efemérides patrióticas tanto de acontecimientos históricos, como de los aniversarios de próceres. Así el 7 de diciembre era fecha obligada para asistir al cementerio y rendir honores a los mártires, al conmemorarse ese día la caída de Antonio Maceo. Los campos del Oriente cubano estaban no solo bañado con la sangre de sus hijos, sino también en su tierra descansaban muchos de ellos, por lo que en 1902, se decide trasladar al cementerio los restos de los héroes, para darle sagrada sepultura.

 Panteón de los Veteranos

Se designa en el Patio F, un lugar para construir el Panteón de lo Veteranos, donde descansaron los restos de los generales y otros miembros del ejercito mambí, que humildemente era delimitado este panteón solo por una reja, los que permanecieron allí hasta mas entrada la republica. El 24 de noviembre de 1903, Emilio Bacardí junto a otros patriotas participan en la exhumación de los restos de Capdevila, que son llevados al Ayuntamiento para velarlos en Capilla ardiente, antes de ser traslados a La Habana y donde Bacardí pronunció un discurso reconociendo los meritos de este hijo adoptivo de la ciudad de Santiago de Cuba.

Demolición del sistema de Nichos

Nicho 134, donde fue enterrado José Martí.
Al iniciarse en 1906 la demolición del sistema de Nicho en la necrópolis santiaguera y en los cementerios de la Isla por medida de saneamiento que decreta el gobierno interventor, quedan exentos de esta demolición los nichos de José Martí y el de Capdevila, preservado este ultimo hasta el presente en un lienzo de pared. El Nicho 134 correspondiente a José Martí fue preservado por una envoltura de columnas en 1907, conociéndose este monumento como el Templete, lugar donde descansaron los restos del apóstol hasta la construcción de un monumento mas digno.

Clamor patriótico

Este hace que en la ciudad las fuerzas vivas se organizaran en comisiones para erigir monumentos dignos a los mártires, y muchos fueron realizados por suscripción popular, es así como surgen las comisiones: Pro-José Martí, Pro-Carlos Manuel de Céspedes, Pro-Estrada Palma, Comité Ejecutivo a los Mártires del Virginius, y otras más, entre las que se destaca también la Comisión por la repatriación de los restos de Mariana Grajales y la de los restos de Rafael Maceo, donde incide como miembro activo de casi todas ellas, Emilio Bacardí y en la década de 20 José Celino Palomino.

Es en estas primeras décadas de la republica se construyen en el cementerio el Mausoleo a los Mártires de Virginius (1908), se erige el Mausoleo a los Mártires del Deber (1909) monumento que se dedica a los restos de lo soldados españoles muertos en campaña, finalmente se inaugura el Mausoleo a Carlos de Céspedes (1910) y el Mausoleo a Tomás Estrada Palma. No sólo se levantaban monumento históricos en el camposanto, como fiel reflejo de la ciudad de los vivos, que iba creciendo en urbanización con los estilos en boga, así fue creciendo el camposanto con bellas tumbas, al igual que se imponía en las construcciones de la ciudad, por lo que se puede apreciar hoy admirables bóvedas, Neoclásico, Eclécticas, Art.- Decó y otras, que embellecen al mismo.

Monumento Nacional

EL cementerio engalanado con preciosas esculturas reflejaba su valor escultórico, artístico e histórico, lo que le dio el reconocimiento de Monumento Nacional, desde 1937.Reafirmándose esta condición el 20 de mayo de 1979. Aunque el cementerio crecía en esculturas, lápidas y suntuosos monumentos, debemos destacar que en sentido general se encontraba en mal estado de conservación y su pórtico en estado de ruina según refiere Carlos Forment en sus Crónicas de Santiago de Cuba, en el segundo tomo, al narrar que en visita de Emilio Bacardí y Ángel Clarens en Abril de 1915, al abandonar el cementerio aprecian el estado ruinoso del pórtico y deciden "proyectar obrar para terminarlo ya que hace mas de 30 años que se llevaron acabo sin llegar a ejecutar la obra completa".

Para tales efectos ambos santiagueros fueron los primeros en donar efectivo para la suscripción popular, esta idea fue calorizada por el alcalde municipal. La obra concluyó un año mas tarde en 1916,cuando se inscribe el nombre del cementerio, se colocó el techo, revistieron las paredes, se le puso piso de mosaico, instalándose desde esta fecha las oficina de la administración,(de haberse terminado en la época de la colonia hubiese sido una cómoda iglesia con una nave central y dos laterales) y frente al pórtico se construyó un pequeño parque al que se le puso el nombre de José Joaquín Navarro, por acuerdo de Ayuntamiento y a propuesta de Carlos Forment en sus condición de Concejal desde 1914.

Monumento a Emilio Bacardí Moreau

Monumento de Emilio Bacardí y Elvira Cape
Un bello y magno monumento digno del hombre que en el descansa, se levanta en el pasillo central, en granito natural negro, una pirámides que guarda los resto de Emilio Bacardí Moreau, quien fallece el 28 de agosto de 1922 y donde también descansan, los de su entrañable compañera en la salvaguarda de el patrimonio y la cultura santiaguera, Elvira Cape Lombar. Monumento que en estilo racionalista se antecedía a su época de auge.

Década del 40

En la década del 40 un auge constructivo se aprecia en el cementerio, cuando empiezan las labores de construcción del Panteón Capilla de las Fuerzas Armadas, que estaba destinado a guardar los restos de las tres fuerzas militares de la republica: Policía, Marines y el Ejercito, labores que culminó el 25 de Febrero de 1944 con su inauguración por el presidente de la república Fulgencio Batista, quien al recorrer el recinto funerario y ver en el estado que se encontraba el Panteón de los Veteranos, acuerda entregar un presupuesto para la construcción de un Panteón digno de los patriotas, y donde el historiador Raúl Ibarra desempeña un papel fundamental, inmediatamente comienza la obra y el 7 de diciembre de 1945, se inaugura el Retablo de los Héroes, trasladándose hacia el Retablo después de una imponente ceremonia, los restos de 11 generales de nuestras guerras de independencias y otros veteranos. En 1948 después de muchos esfuerzos se inician finalmente las labores de construcción del Mausoleo de José Martí, el que quedó ubicado en el mismo lugar donde estuvo el Nicho 134 y el Templete, cuando se inicia la construcción del mismo, los restos de Martí son traslados a la Hornacilla del Retablo de los Héroes y hay descansan hasta 1951, que se inaugura el Mausoleo el 30 de junio de ese mismo año y se realiza lo que se conoce como el Entierro Cubano de Martí, rindiéndole el pueblo los honores que merecía el apóstol.

La Generación del Centenario

La situación critica que vivía el país bajo el régimen de dictadura de Fulgencio Batista, conllevó a que lo más puro de los jóvenes se agruparan en diferentes organizaciones, en 1953 año del centenario de la muerte de José Martí, se formaba la generación del centenario, aguerridos jóvenes que el 26 de Julio de 1953, bajo la dirección de Fidel Castro Ruz y Abel Santamaría, organizan el Asalto al Cuartel Moncada, ubicado en la ciudad de Santiago de Cuba en el entonces departamento oriental, nuevamente el oriente cubano vería caer a sus hijos, emprendiéndose desde entonces la ultima etapa de liberación nacional del pueblo cubano, quedando como huella de los acontecimientos, los mártires de importantes acciones en Santiago de Cuba, como el levantamiento armado del 30 de noviembre de 1956, la acción del 30 de junio de 1957, el doloroso día de 30 de julio de ese mismo año, la Huelga del 9 de Abril de 1958, y otros días enlutados en el heroico Santiago.

Una vez mas la necrópolis se convertía en celoso custodio de los restos de sus dignos hijos. En esos momentos muchos de los cadáveres fueron tratados de ocultar por las autoridades enterrándolos como en épocas anteriores en patios comunes para que los mismos se perdieran, pero nuevamente los guardianes al pie de las tumbas guardaban de éstos hasta que un día pudiesen ser venerados por el pueblo que los vio caer, así sucedió con los jóvenes caídos en el Moncada, los caídos en las acciones de la lucha clandestina y mas tarde en los campo de batalla de la Sierra, en la lucha armada. Santa Ifigenia seria escenario de importantes acontecimiento históricos y la presencia del pueblo en los entierros de estos heroicos jóvenes, mas de una vez hizo temblar a la fuerza de la tiranía, derrocada, con el triunfo revolucionario del 1 de Enero de 1959.

Bibliografía

  • Forment, Carlos. Crónicas de Santiago de Cuba. T II. Pág. 230
  • López Omar, Morales Aida: El cementerio de Santa Ifigenia: Arte e Historia.Editado por Publicigraf. 1994.

Fuentes

140 años de historia de una necrópolis: Santa Ifigenia en tres etapas. Autoras: Lic. María Caridad Reyes Fernández, Lic. Ana Beatriz Morales Fernández.