Antonio Sucillo

Antonio Susillo
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Escultor español
NombreAntonio Susillo y Fernández
Nacimiento18 de abril de 1857
Sevilla Bandera de España España
Fallecimiento21 de diciembre de 1896
Sevilla Bandera de España España
Causa de la muertesuicidio
NacionalidadEspañola
OcupaciónEscultor
CónyugeAntonia Huerta Zapata
María Luisa Huelín Sanz
PadresManuel Susillo y Josefa Fernández

Antonio Susillo fue uno de los escultores españoles más famosos de la segunda mitad del siglo XIX. Desarrolló sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de París y en Roma. Calificado de romántico y apodado por la crítica El Fortuny del barro, fue un naturalista que supo arrojar fuera de sí los convencionalismos arqueologizantes vigentes en su tiempo, para tomar de la Naturaleza, que interpretó con veraz realismo, todo su caudal de inspiración.

Síntesis biográfica

Nació en Sevilla el 18 de abril de 1857. Hijo de una modesta familia de aceituneros, su talento fue descubierto por el pintor José Gutiérrez de la Vega, quien le imparte sus primeras lecciones de dibujo. Posteriormente, y gracias a la protección del príncipe ruso Romualdo Gredeye, estudió en la École de Beaux Aps de París con Bonaumax. Vuelto a Sevilla a causa de la muerte de su padre, continuó trabajando como herrero.

Años antes, su obra había llamado la atención de la reina Isabel II, por lo que consiguió una pensión que le permitió estudiar durante tres años en Roma. De nuevo en España, alcanzó éxitos en las Exposiciones Regionales y Nacionales -medallas de plata en las de 1887 y 1890-, así como en la Universal de París en la que obtuvo, por su grupo La Raza latina, una medalla de bronce; mereció ingresar como Numerario en la sevillana Academia de Bellas Artes y que el rey Alfonso XII le concediese la Cruz de la Orden de Carlos III.

Comienza su vida profesional con algunas esculturas de estilo clásico, como son la denominada Bajo la esfinge, o La madre hebrea, un bajorrelieve realizado en yeso; incluyendo en su etapa parisina algunas obras entre las que figuran dos bajorrelieves sobre San Antonio de Padua, adquiridos por la reina.

Cultiva los tipos de esculturas de grandes proporciones y el busto, llegando a alcanzar notable fama con el conjunto denominado El grito de Independencia.

También trabaja el tipo costumbrista, como se prueba en en sus bajorrelieves titulado En la Macarena o El Cuento de Ánimas, destacando también en el retrato, como los realizados para el General Polavieja y el Duque de Alba, por lo que el Ayuntamiento de Sevilla le encarga el monumento a Luis Daoiz y Torres, actualmente en situado la Plaza de la Gavidia de esta ciudad.

En temas de inspiración becqueriana realizó un bajorrelieve en barro cocido que denominó Volverán del amor en tus oidos. Sin duda uno de sus trabajos más importantes y conocidos, lo representa la serie de doce esculturas para Personajes Ilustres sevillanos que realizó en 1895 por encargo de los Duques de Montpensier, y que figuran sobre la balaustrada de la puerta de coches del Palacio de San Telmo.

En 1896 con solo 39 años se suicidó por motivos no esclarecidos; se truncó así una brillante carrera artística.

Su obra

Su obra está marcada por la influencia modernista que recibió durante su estancia en París. Se caracteriza por el carácter realista y descriptivo. Entre sus discípulos hay que destacar a Antonio Castillo Lastrucci y Joaquín Bilbao.

Entre sus trabajos más reconocidos se encuentran las estatuas que a instancia del Duque de Montpensier realizó para ser colocadas en el Palacio de San Telmo, residencia del Duque; en estas 12 esculturas refleja a 12 sevillanos ilustres, entre ellos Diego Velázquez, Fray Bartolomé de las Casas, Bartolomé Esteban Murillo, Miguel de Mañara o Juan Martínez Montañés.

Como hecho destacable en su trabajo hay que dejar constancia de que en el año 1893 dota de nuevas manos a la imagen de María Santísima de la Amargura, en sustitución de las anteriores que habían resultado dañadas en un incendio que, durante la estación de penitencia, se produjo en el paso de la Sagrada Imagen.

Realizó distintas esculturas de tipo religioso, como son los bajorrelieves que representan la muerte de San Juan Crisóstomo o el conocido como Al toque de maitines, realizados en barro cocido; y destacando entre todos su Cristo de la Miel (1880 pleno de dramatismo realista y ubicado en la glorieta central del Cementerio de San Fernando y bajo cuyos pies reposan los restos del insigne escultor.

Además de su legado artístico, se tiene la labor de sus discípulos, escultores afamados que siguieron la estela de su maestro y mantuvieron viva su grandeza. Los nombres de Joaquín Bilbao, Lorenzo Coullaut Valera o Antonio Castillo Lastrucci son muy conocidos en Sevilla, sin embargo, pocos conocen que Antonio Susillo fue su maestro y el faro que alumbró sus carreras artísticas.

Fuentes