Armando Tagini
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Armando Tagini. Letrista, compositor y cantor argentino.
Síntesis biográfica
Armando Tagini, letrista, compositor y cantor nace en Buenos Aires, Argentina, el 9 de junio de 1906, son sus padres don Francisco Tagini Italiano y Josefa Oyarzábal, vasca española. Sin estudios superiores, su sensibilidad y las lecturas lo afinan hasta que la poesía brota en forma natural.
Trayectoria
Armando Tagini muy jovencito entra a trabajar en una oficina administrativa de los ferrocarriles, en donde es compañero de trabajo de varios autores y compositores, entre ellos Juan José Guichandut, Francisco García Jiménez y Rafael Tuegols,quienes lo vinculan a los ambientes artísticos y especialmente a los círculos de la música ciudadana, en donde toma contacto con artistas de la más diversa índole cantantes, autores, compositores, directores, iniciándose como cantor popular.
Casi siempre es el repertorio gardeliano quien los reactualiza su poco frecuentado nombre en la historia del tango, ya que El Morocho es el que lanza sus más resonantes éxitos autorales a partir de mediados de la década del 20. Sus primeras composiciones son “La gayola” y “Gloria”, cuyos versos, de acentuados giros lunfardos, llevan el acople musical de Rafael Tuegols y Humberto Canaro respectivamente.
A partir de esos dos títulos va entregando a nuestro cancionero otras obras concebidas en un lenguaje más depurado, de romántica expresión y esmerada construcción, muy contrapuesto a los términos y giros empleados en la literatura tanguera de ese entonces y en la que él incursionara con “La gayola” y “Gloria”.
“Marioneta” y “Misa de once”, y sobre todo “Perfume de mujer” los tres en colaboración con Juan José Guichandut son un sobresaliente ejemplo de esa variante que adquiere el contenido de la obra de Armando Tagini.
Suma su nombre, con esta nueva propuesta, a la flamante avanzada renovadora que integra José González Castillo, Enrique Cadícamo, Francisco García Jiménez y el Manzi del comienzo, la cual en formulaciones y estilo está dando nueva dimensión estética y espiritual a la letra del tango.
Sin llegar a la densidad y a la repercusión de la producción de los otros autores recién nombrados, la de Armando Tagini revela un lenguaje que está al nivel de esa corriente que aquellos lideran, pues supo conciliar en sus trabajos en armonioso encaje la poesía y el oficio. En una palabra, enlaza equilibradamente, la artesanía y el arte.
Tiene muchos aciertos en un conjunto de composiciones que se inician en la época apuntada alrededor de 1926 y que se extiende a la famosa década del 40, a cuya promoción de letristas está preanunciando y a la que pertenece por edad y continuidad de su obra.
Debuta con la orquesta típica de Anselmo Aieta, con quien estrena los tangos “Tus besos son míos”, “Siga el corso”, “La violetera” y “Bajo Belgrano”, todas letras del poeta Francisco García Jiménez. Luego actúa en Radio Cultura con el pianista Ricardo Tanturi.
La radio y los teatros son los lugares donde se desarrolla prácticamente toda su trayectoria de cantor, mientras que paralelamente va dando a conocer su producción autoral.
En 1927, recién cumplidos los 21 años da a conocer tres tangos que resultan, a su vez, tres impactos populares. “La gayola” (música de Rafael Tuegols) y “Gloria” (música de Humberto Canaro son grabados por Carlos Gardel el mismo día, el 27 de agosto de 1927. En “La gayola” Gardel hace ciertos cambios en algunos giros que si bien Tagini aprueba en su momento, mantiene los originales en una versión definitiva de la letra que se publica en 1938, Gardel suplanta «contemplarme» por «campanearme»; «largo a largo» por «atorrando» y «voy a trabajar muy lejos» por «voy al campo a laburarla»).
Estas dos primeras composiciones señalan un conocimiento pleno del lenguaje popular y de la terminología lunfarda, que no hacen suponer que su próxima obra, “Perfume de mujer” música de Juan José Guichandut, rompería bruscamente con este molde, que, en temática y palabras, es frecuentado constantemente por la mayoría de los letristas de la época. De muy cuidado lenguaje, de romántico contenido, este tango resulta segundo en el concurso realizado en agosto de 1927 por la casa Max Glücksmann, en el rubro tangos con letra.
Dos meses después del estreno a cargo de Agustín Irusta con la orquesta de Francisco Canaro, “Perfume de mujer”, es registrado, el 22 de octubre de 1927, por Carlos Gardel
En 1928 da a conocer dos tangos inolvidables: “Mano cruel”, grabado por Gardel el 6 de septiembre de 1928, y “Marioneta”, grabado inmediatamente por Don Carlos el 22 de octubre. “Mano cruel” lleva música del contrabajista Carmelo Mutarelli y “Marioneta” de su principal colaborador, Juan José Guichandut.
Por ese tiempo los últimos años de la década del veinte lanza unas cuantas piezas que, si bien tienen bastante difusión en su momento, no perduran Son ellas los tangos “Percantina” y “El último acorde” y el vals Manos blancas, todas con Juan José Guichandut; “De rodillas”, con Luis Ortigosa; “Pobre huerfanita”, con Oscar Arona, y “Bajo fondo” con Ciriaco Ortiz.
El 14 de septiembre de 1929, a través de una gran interpretación de Carlos Gardel, se conoce otra composición que no sabría más de olvido: Misa de once, en colaboración con Guichandut.
Por 1928, cuando lanza dos sucesos autorales ajenos al tango los foxtrots “A orillas del Nilo” y “Esfinge”, ambos en colaboración con el pianista Mauricio Mignot hace un paréntesis en sus actuaciones, para retomarlas a principios de 1931.
Pese a estar inactivo para el micrófono y los escenarios en ese tiempo, sigue componiendo, pero sus nuevos títulos no tienen la repercusión de las obras anteriores. Sin embargo, sobre el final de 1930, alcanza un nuevo suceso: “Buey manso”, otro tango con música de Carmelo Mutarelli, que Carlos Gardel le grabaría el 1 de diciembre de 1930. Aunque el estreno de la obra está a cargo del propio Tagini unos meses antes.
El 30 de diciembre de 1933 se casa Armando Tagini con Juana Emma Bosco, matrimonio del cual nacen dos hijos. Luego del nacimiento de estos su vida artística prácticamente había concluido. Salvo alguna esporádica aparición en alguna emisora porteña, no actúa más profesionalmente.
Casi siempre compone letra sobre música. Aunque muchos de sus versos son musicalizados posteriormente.
Tenía la necesidad y el hábito de la composición. Él mismo lo cuenta: «Extraigo los motivos de mis canciones de la vida misma, de lo que veo desfilar ante mis ojos, de toda impresión que recojo al pasar, agregando a ello, al verterlo el papel, mi propia emoción. Todo lugar es propicio para tomar apuntes, que luego son versos... Prefiero el género sentimental y sobre todo en el tango, que es por si nostálgico, afinan más con el temperamento de nuestro pueblo. Me atrevería a afirmar que los argentinos somos un poco románticos...» (Revista Femenil, 8/7/1932, página 51)
Otros trabajos que son dignos de mencionar, de su extensa obra, “Abrojos” Alfonso Lacueva, “El embrujo de tu violín” Mario Maurano, “La marcha nupcial” Juan Venancio Clauso, “El cornetín del tranvía” y “Menta y cedrón” con música de Oscar Arona.
Finalmente, el poeta José María Contursi comenta: «Otro de los letristas que merecen recordarse y que no siempre lo ha sido justicieramente es Armando Tagini. Él encauza la letra del tango dentro de un nuevo estilo».
Muerte
Armando Tagini, el 12 de julio de 1962, a poco de cumplir 56 años, fallece por causa de una afección cardiaca.
