Arte 7 (revista)

revista ARTE 7
Información sobre la plantilla
Variable, pero siempre cerca de 15 x 12 centímetros.
Revista de papel bond, con portada a colores e interior en blanco y negro, entre 80 y 84 páginas, engrapada al centro plegado. Desde: Marzo de 1970 hasta enero de 1972.
Autor(a)(es)(as)Equipo de Redacción conformado por estudiantes de distintas facultades de la Universidad de La Habana (Letras y Artes, Psicología, Medicina, Matemáticas, Física, Economía, Arquitectura e Ingenierías, con la coordinación de Alberto Mora Becerra, director de la sección de cine de la Extensión Universitaria.
Editorial:Universidad de La Habana
Diseño de cubierta:Luís G. Fresquet (Chamaco)
GéneroCine, arte y cultura
Primera ediciónComo folleto mimeografiado: marzo de 1970. Como revista: enero de 1971
EjemplaresVariables. Alrededor de mil (1000).
PaísCuba Bandera de Cuba Cuba
DistribuciónDepartamento de Extensión Universitaria de la universidad de La Habana

Arte 7 revista. Nació y terminó como producto y expresión de un movimiento de amantes –investigadores y promotores– del cine conformados básicamente por estudiantes de la Universidad de La Habana, desde 1969 (es decir más de un año antes de que naciese la revista) hasta 1972 (año en que no sólo cesa la revista sino también dicho grupo y movimiento). En tal sentido, si el nombre Arte 7 recuerda sobre todo a dicha revista, podría aplicarse más bien a todo ese grupo y movimiento.

Orígenes y formación

En 1969, Alberto Mora Becerra comenzó a dirigir la sección de cine de la Extensión Universitaria de la Universidad de La Habana. Siendo un carismático y eficiente organizador, nucleó en breve tiempo a un grupo de estudiantes de diferentes facultades – todos ellos no sólo amantes del cine sino también activistas de cinedebates y otras modalidades del diálogo y la promoción cinematográfica– para lograr paulatinamente un grupo estructurado con proyectos a corto y largo plazo para el desarrollo de la cultura cinematográfica universitaria.

Los primeros resultados se pusieron ya de manifiesto a mediados de 1969, con la realización de cine-fórums y conferencias en el anfiteatro Teatro José Enrique Varona, de la propia Universidad de La Habana, con sesiones fijas de proyecciones y debates los viernes, a las que se sumaban otras acciones esporádicas. Como moderadores de los debates funcionaban los mismos estudiantes del grupo recién formado, pero no era extraño que, de vez en vez, fuesen realizadores y otros especialistas invitados quienes hiciesen comentarios introductorios y se encargasen de dirigir los debates.

La mayor fuente de filmes estaba en la propia bóveda de la Universidad de La Habana, con un gran cúmulo de filmes; entonces custodiada por Wilfredo Piñera, quien no dejaba de ofrecer útiles consejos y recomendaciones al grupo. Pronto tales encuentros, que llegarían a llamarse Cine-Club Dziga Vertov, alcanzarían tan numerosa y activa concurrencia que los ánimos crecieron y se materializó la idea de imprimir sueltos (generalmente una hoja) para cada sesión con la ficha técnica y otros datos de los filmes a visionar y debatir.

También surgió la idea de extender los cinefórums a otros predios, de manera que los miembros del grupo asistían y colaboraban con otros cine-clubes, incluyendo un cine club obrero existente en la base de transportes municipal. Pero, más aún, una fructífera conversación con el entonces director de la Cinemateca de Cuba, afamado por su vocación promocional del buen cine, Héctor García Mesa; ayudó a idear y cristalizar el proyecto de extender las sesiones de cine-debates a la sala de la cinemateca en el cine Chaplin. Dos grandes ventajas operativas: la primera, se podía contar con filmes cuyas copias no podían salir de la Cinemateca, la segunda, contar con otra sala, más grande, mejor acondicionada y asequible para un mayor público.

Los debates en la Cinemateca comenzaron con un ciclo dedicado al Nacimiento del Cine Moderno –su primera película, El ciudadano Kane– para el cual se imprimió un folleto mimeografiado y engrapado al costado con hojas que ofrecían datos de cada filme del ciclo. Vale decir que los sueltos, folletos y entradas a todas las funciones eran totalmente gratuitas; pero más que tal condición, no cabía dudas de que era el interés mostrado por los asistentes lo que garantizó tal número de aspirantes a ella que surgió la necesidad de un carné que ayudase a organizar la concurrencia.

Nacimiento de la revista

Exitosas sesiones los viernes en el anfiteatro Enrique José Varona y los martes en la Cinemateca de Cuba así como una experiencia acumulada en la redacción, impresión y distribución de volantes u hojas sueltas; hicieron nacer la idea de una publicación más extensa y diversa que no sólo informase sobre filmes y movimientos, sino alcanzase ámbitos teóricos y de toda clase.

En 1970 comenzó a imprimirse un folleto (hoy podría decirse que la revista) llamado Arte 7, cuya presencia era la habitual entonces para hojas estudiantiles: una 50 hojas impresas por medio del hoy arcaico mimeógrafo, las hojas tamaño folio grande, la tinta sólo negra y el engrapado a la izquierda.

La labor de mecanografiado, dilatada y cansona conla típica máquina de escribir de aquellos tiempos, tanto como la impresión, el ordenamiento de las páginas y el engrapado era realizada fundamentalmente por la secretaria de la Sección de Cine, Sara Calvo, también avezada cinéfila, auxiliada por estudiantes del grupo, de modo totalmente voluntario, en horas extras. Pero el sueño nació. Existía la revista de cine de la Extensión Universitaria de la universidad de La Habana.

Una revista, con formato de revista, papel y diseños excelentes

Portada Primera revista

Las buenas gestiones del director de la Sección de Cine, Alberto Mora, lograron una extraordinaria colaboración de la imprenta del Banco Nacional de Cuba que ayudó a que el número 5 de la revista Arte 7 (año 1 no. 5, enero de 1971) saliese con el formato definitivo, con el que fue conocido dentro y fuera de Cuba hasta su último número: aproximadamente 22 x 15 centímetros, con unas 80 páginas de papel bond y portada a colores. Contó desde entonces con la colaboración, como diseñador y director artístico general, de un reconocido artista plástico, Luís Gómez Fresquet, mejor conocido como “Chamaco”.

En el interior de la cubierta pueden leerse los nombres de los redactores; más o menos el mismo grupo que inició los debates y demás sesiones, adscriptos a diferentes carreras como las de Letras y Artes, Psicología, Medicina, Matemáticas, Física, Arquitectura y distintas ingenierías : Orlando Rojas Feliz, Mario Naito López, José Doce Fleitas, Héctor Arazoza Rodríguez, Pepe Rodríguez León, Carlos Sánchez Fernández, Agustín Gutiérrez Tomes, Eugenio Espinosa Martínez, Alberto Mora Becerra, José Rojas Bez, Alejandro Armengol Ríos, Manuel Mariño Betancourt, Luís Díaz Mijares, Bernardo Callejas Ros, Teresita Huerta, Eliana cárdenas, María del Carmen Pino González y José Viñas.

Se debe aclarar que, en lo adelante, no siempre se mantendrían consignados los mismos nombres, pero más bien cuestión de omisiones involuntarias o nada demasiado considerable. De uno u otro modo, el grupo se mantuvo, salvo excepciones que implicarían muchas líneas de explicaciones casuísticas, hasta el último número. Téngase en cuenta que la revista no era realizada básicamente por editores profesionales, sino en tiempo libre de estudiantes e incluso los trabajadores no la tenían entre las ocupaciones fundamentales de sus calificadores del oficio. Las páginas de este número (año 1, no. 5, enero de 1971), dan una visión de la diversidad de temas, puntos de vista y estilos personales de una revista que lograría su sello personal y su unidad general precisamente con tal diversidad:

  • “Evolución de la planificación cinematográfica a partir del cine sonoro (II)”, tomado de Qué es el cine, de André Bazin;
  • “El uso del cine en la Universidad de La Habana 1969-1970”, informe ofrecido por Walfredo Piñera sobre el tema explícito en el título;
  • “El Mégano o el cine de lo real existencial”, de un conversatorio con Jorge Haydú, no sólo fotógrafo de dicho documental, sino uno de los más relevantes del nuevo cine latinoamericano;
  • “Hablan dos directores”, conversación con los directores de fotografía Jorge Haydú y Rodolfo López;
  • “Introducción al cine moderno”, con una breve reseña del referido ciclo (comportamiento y filmes) sobre el cine moderno desarrollado en la Cinemateca de Cuba;
  • “La fotografía en el cine”, un artículo del fotógrafo Jorge Alí sobre el desarrollo e importancia de la fotografía en el cine;
  • “Los 10 filmes más importantes del 70”, con brevísimas notas personales de los miembros del colectivo de Arte 7 sobre los estrenos del año considerados mejores ( El sirviente, de Losey; el primer maestro, de Mijalkov-konchalovsky; Fuego mi muñeca, de Milos Forman; Z, de Costa Gavras; Tu hermano Abel, de Janusz Nasfeter; Besos robados, de Truffaut; La jauría humana, de Arthur Penn; Todo para vender, de Wajda; Un verano caprichoso, de Jiri Menzel; y Calcuta, de Louis Malle);
  • “Seleccione usted los 10 filmes más importantes del 70” ofrece un cupón para que los lectores envíen sus propias selecciones;
  • “Arte 7 recomienda” ofrece un gráfico con opiniones mediante círculos y cruces sobre los filmes estrenados;
  • “Made in USA”, un diálogo con el director Jorge Fraga sobre este filme y la obra general de Godard; y cierra la revista con “El primer maestro”, un breve ensayo de Orlando Rojas sobre este filme de Mijalkov-Konchalovski.

Hasta el número 16-17 y el año 1972

Última revista año 1972

En lo adelante, desde el número 6, ARTE 7 se comportó de modo similar: algún breve ensayo o artículo sobre teoría del cine, algún movimiento o autor; trascripciones de alguna mesa redonda o conversatorio con un realizador, críticas de cine sobre filmes de actualidad y ya clásicos; un guión, el del relevante filme de Manuel Octavio Gómez Los días del agua; y no faltaron caricaturas.

La revista comenzó a circular con una acogida máxima; solicitada tanto por estudiantes y trabajadores de la Universidad de La Habana, como de todo el país, e incluso llegaba a bibliotecas y cinematecas de otros países. Sin embargo, aparte de que no contaba con recursos propios, sino realizada de principio a fin gracias al amor y la gratuidad de sus realizadores y productores (desde la redacción hasta el papel, la tinta, la impresión y el presillado), también llegó a afrontar opiniones recelosas, entre las que se cuestionaba la propia conveniencia o necesidad de su existencia y las invitaciones a que los miembros del grupo encamisen mejor sus esfuerzos a colaborar con órganos ya establecidos de distintas instituciones.

Atentó mucho contra la revista el hecho de que, tratándose básicamente de estudiantes de diversas carreras, y en su mayoría cercanos a la graduación, debían cumplir otras muchas tareas cuando no, habiéndose graduado ya o por otras razones se distanciaban de los quehaceres del grupo.

La revista dejó de existir, como prácticamente el grupo de Arte 7, al comenzar el año 1972, con un último número doble, el 16-17, impreso con dificultades e incluso con cierto descuido por las premuras. Ello puede observarse incluso desde el reverso de la portada, con alguna tachadura y la falta de algunos nombres entre los redactores que, sin embrago, pueden verificarse en las firmas de los artículos aparecidos.

El último número tuvo más de las tres cuartas partes de sus páginas (desde la 4 a la 17) dedicadas a oportunos y siempre valederas palabras de José Martí sobre la cultura, y al “Conversatorio con diseñadores gráficos” (páginas 26 a 53), coloquio coordinado por Héctor García Mesa, director de la Cinemateca de Cuba, con importantes diseñadores cubanos, creadores de carteles e investigadores: Juana Marco, Raúl oliva, Fernando P. O’Reilly, Lucila Fernández, Azcuy, Raúl Martínez, Reboiro, Ñico, Graciella Pogolotti, Peña, Rostsgaard y Enrique Pineda. Entre estas dos secciones, apareció (páginas 19 y 20) la sección “Blanco y negro”, abierta a estudiantes y otros colaboradores, en este número con un comentario de Carlos Jesús Olivares Baró sobre el filme Muralla de arcilla, de Bertucellil.

Las últimas páginas de la revista (54-68) ofrecen la sección “Cartelera”, sobre filmes proyectados en el momento: los estrenos de La alianza, de Christan de Chalonge, y Fortunata y Jacinta, de Angelino Fons, ambos a mano de José Rojas Bez; y el reestreno de El ingenuo, de Jerry Lewis, redactado por Eleyne.

Le continúa un artículo de Alejandro Armengol sobre Panorama después de la batalla, el filme de Andrejz Wajda. Y este último número cierra con una historieta gráfica cómica de una página (ocho cuadros) dibujada por Hervi, el cartel del décimo aniversario de la Cinemateca de Cuba y un dibujo satírico-político sobre Tarzán, también firmado por Hervi.

Pero, con éste último número no acabaron los buenos influjos de la revista, cuya memoria pervivió buen tiempo inspirando incluso nombre de cineclubes y programas mediáticos, con aquel singular nombre que, par ano repetir la común frase de “séptimo arte” o la de “la séptima de las artes”, invirtió por primera vez el orden entre sustantivo y adjetivo buscando un simple toque de originalidad o juvenil: ARTE 7.

Fuentes

  • Colección de la revista ARTE 7
  • Volantes (hojas sueltas) y folletos impresos por la Extensión Universitaria de la Universidad de La Habana para los cineclubes del anfiteatro José Enrique Varona y la Cinemateca de Cuba entre 1969 y 1971.
  • Entrevistas a fundadores y redactores de la revista: Hojenado revistas i-326093 y Hojenado revistas ii-326093 Disponobles en ¨www.cubaencuentro.com¨ Consultados el 4 noviembre 2019