Barbastro

Barbastro
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Ciudad de España
Bandera de Ciudad Barbastro
Bandera

Escudo de Ciudad Barbastro
Escudo

225px-Barbastro mapa.png
EntidadCiudad
 • PaísBandera de España España
 • ProvinciaHuesca (Aragón)
Población (2011) 
 • Total17,085 hab.
Gentiliciobarbastrense;barbastrino, na

Barbastro (en aragonés Balbastro). Municipio español de la provincia de Huesca (Aragón), capital de la comarca del Somontano de Barbastro. La ciudad (originalmente es posible que se llamara Bergidum o Bergiduna) se encuentra en la unión de los ríos Cinca y Vero.

Geografía

Ciudad situada en la hoya labrada por el [[río] Vero en la zona oriental del Somontano; tiene su núcleo primitivo emplazado junto al peñón de Santa Bárbara y Santo Sepulcro, un espolón de areniscas de 350 m. de altura, que el río bordea por su margen derecha, y sobre el cual se construyó el fuerte. Desde allí se extendió a las terrazas de la margen derecha del Vero , que se convierten así en un elemento conformativo de su morfología urbana.

Como ciudad somontana le da carácter, en primer lugar, el hecho de emplazarse en una zona de enlace entre dos economías: la economía silvopastoril de la montaña, al norte, y la agrícola y actualmente industrial, al sur. En segundo lugar, el hecho de haber constituido un núcleo histórico de personalidad bien definida y de un evidente valor estratégico, basado en su emplazamiento en el borde montañoso, en un punto de cruce de caminos que conducen a los valles pirenaicos.

Clima

Con una altitud entre los 300 y los 400 m. tiene un clima mediterráneo continental, con una media anual de temperatura de 13,8° que comprende grandes variaciones estacionales, y precipitaciones cercanas a los 500 mm. anuales.

Población

Su población se distribuye actualmente en tres entidades: dos lugares, situados al norte de la ciudad, Burceat y Cregenzán, que fue hasta casi 1970 municipio independiente; y la propia ciudad de Barbastro, que es, por su número de habitantes, el tercer núcleo demográfico de la provincia. El municipio cuenta en 2010 con 16.846 habitantes, y es, dentro del área provincial, uno de los pocos que ha mantenido a lo largo del siglo XX un crecimiento positivo (1900, 7.033 hab.; 1950, 10.050 hab.; 1970, 12.959 hab.; 1978, 13.857 hab.; 1998, 14.462 hab.).

Historia

Como en todos los municipios del Somontano , la agricultura ha tenido y sigue teniendo un peso fuerte; se organiza por medio de pequeñas explotaciones, cuya tenencia, en la gran mayoría, la lleva el propietario en régimen familiar.Barbastro, que fue cabeza de uno de los Corregimientos aragoneses, quedó reducido, a cabeza de partido judicial, pero mantiene celosamente su carácter ciudadano, tanto por los servicios que ofrece a sus habitantes y a los de su comarca (juzgado de primera instancia, notaría, registro de la propiedad, Hospital Comarcal, Residencia de la Tercera Edad, dos Institutos de Enseñanza Secundaria, Centro Asociado de la UNED , etc.), como en su estilo urbano como tal núcleo de población.

Su plano apenas tiene modificaciones, en lo que se refiere a su extensión, hasta bien entrado el siglo actual. Quedan pocos vestigios del primitivo núcleo romano (restos de unos baños en el actual Arrabal, y de murallas en el Campo de San Juan), y en el plano actual se delimita bastante bien la ciudad musulmana (reconstruida en gran parte por Jalaf Ibn Rasid en el siglo IX) en el barrio del Entremuro, que conserva el primitivo plano de calles estrechas y tortuosas. El casco antiguo encierra, además de la catedral, buenos edificios renacentistas como el palacio episcopal y la casa de los Argensola , con aleros de madera labrada y fachadas de ladrillo.

La ciudad ha cruzado a la otra orilla del río, extendiéndose de una forma desordenada hasta que, en 1969, se controla la expansión urbana mediante un Plan General de Ordenación. El crecimiento se realiza, en su mayor parte, hacia el noreste y sureste, tomando como ejes la carretera C-138, que se dirige hacia el valle del Cinca , y la N-240, que conduce a Monzón y Lérida.

Su carácter de cabeza comarcal se ejerce por una serie de funciones heredadas históricamente pero que todavía se conservan, basadas fundamentalmente en ser sedes de una diócesis, cuyo mantenimiento ha sido uno de los puntos fuertes del interés de la ciudad, y también por el hecho de su emplazamiento. En efecto, hacia Barbastro confluyen las comunicaciones del sector oriental del Pirineo que a través del valle del Cinca y sus afluentes permiten los desplazamientos desde Boltaña , Fiscal y Broto , por el valle del Ara ; el valle de Benasque por el río Ésera , y el valle de Roda por el Isábena . Su área de influencia está pues netamente marcada por esta posición, que ha determinado la activa función comercial que hace de Barbastro centro abastecedor de los valles montañeses citados, que obtienen textiles, muebles, electrodomésticos, maquinaria, etc.

La actividad mercantil se remonta a la Edad Media, y en 1208 recibió del rey Pedro II los derechos y protecciones precisas para su realización. En la actualidad, tras un período de decadencia de sus ferias y mercados (sobre todo de la feria de ganados, que en el pasado atraía numerosos traficantes, incluso extrarregionales), Barbastro ha conseguido revitalizar sus ferias agrícolas y ganaderas, de la que es el máximo exponente la Feria de Maquinaria Agrícola e Industrial (FERMA), que se celebra desde 1969, y cuyas ventas ascendieron en 1997 a más de 1.000 millones de pesetas. Pirevino, Senda, Zagalandia o el Salón Internacional de Turismo Pirenaico, son otras tantas convocatorias en las que la ciudad se convierte en escaparate de los productos y bellezas de la comarca.

La función industrial se ha definido a partir de la creación del polígono industrial en 1968. Situado a 3,5 km. de la ciudad, en la carretera N-240, fue declarado área de preferente localización industrial, donde se ha ido instalando gran número de pequeñas industrias.

Barbastro fue también plaza militar, sede de un regimiento que cubría, en parte, el Pirineo Central, y cuyo acuartelamiento estaba situado en la carretera de Lérida. La presencia del elemento militar ha constituido durante mucho tiempo una nota más en el carácter de la ciudad, y que desapareció con el cierre del acuartelamiento General Ricardos en 1996 y la consiguiente extinción del Regimiento de Cazadores de Alta Montaña, Valladolid 65. Por fin, hay que señalar su función sanitaria. La ciudad dispone de un ambulatorio con diversas especialidades, y un Hospital Comarcal, que exigen la presencia de un nutrido grupo de personal sanitario de distinta cualificación.

Prehistoria

A esta ciudad se han reducido erróneamente la Burtina de Ptolomeo y la Bortina del Itinerario de Antonino . Su nombre antiguo poseía ya la raíz barb-, como lo atestigua una de las inscripciones de Coscojuela de Fantoba . Por el momento no han aparecido restos arqueológicos seguros.

Historia medieval

Tras su conquista por Pedro I en el año 1100, sus habitantes y los que acudieron fueron declarados francos e inmunes, como infanzones , de todo censo malo y de tributo, con la excepción del pago de diezmo y primicia. Además de otras importantes concesiones, otorgó la facultad de que tuvieran un justicia , nombrando a Ato Galíndez, pero los de Barbastro podían elegir, fallecido éste, la persona que desempeñara este cargo. Este documento fue posteriormente ratificado por Alfonso I y Jaime I .

Antes ya de la conquista, Pedro I dotó la sede episcopal , confirmada por Urbano II; pero como éste murió antes de que se despachara la bula, tuvo que ser Pascual II quien erigiera a Barbastro en cabeza de diócesis . Se le concedieron, entre otros bienes, las villas de Alquézar , Monzón y Calasanz con sus términos. La orden del Hospital tuvo casa en Barbastro, que figura como encomienda al menos desde el año 1180; en 1194 se celebró allí un capítulo general de los Hospitalarios presidido por el castellán de Amposta, Fortún Cabeza.

Durante la Edad Media se celebraron Cortes en varias ocasiones: así, en 1137, Ramiro II las convocó con la intención de abdicar; de aquí salió el futuro matrimonio de doña Petronila con el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV . En 1196, Pedro II volvió a convocar Cortes, de las cuales surgió la concesión de varios privilegios a esta ciudad, además de exenciones e inmunidades. Barbastro tuvo voto en Cortes , ya que era ciudad de realengo .

Durante la guerra de los dos Pedros fue saqueada por las tropas extranjeras reclutadas por Pedro IV de Aragón, por lo cual en 1366 el rey declaró a sus habitantes exentos y francos de cabalgada y de todos sus derechos durante cinco años, para compensarlos de los perjuicios sufridos. En 1395 fue cercada por las tropas del conde de Foix, pero al fracasar su intento se retiró.

Historia moderna

A comienzos del siglo XVI, Barbastro cuenta con algo más de 2.000 habitantes. Sociedad fundamentalmente agrícola, en cuanto a la composición de su población laboral, y comerciante (en 1512, Germana de Foix concede a la ciudad la feria de la Candelaria), Barbastro se extiende por los cuartones o barrios del Entremuro, Romeo, Mercado y Camino de Monzón. Durante el siglo XVI se construyen o rematan numerosos edificios públicos (la catedral, el palacio episcopal, la casa consistorial, el hospital de San Julián, el convento de Santa Clara) como muestra de su evolución ascendente.

Es constante la lucha por la restauración de la diócesis de Barbastro —hasta determinar la excomunión, en 1532, de los rebeldes al obispado de Huesca , que finaliza con el restablecimiento del obispado por Pío V en bula de 18-VI-1571. El siglo XVII supone una época de crisis, en que la población, que había llegado casi a los 5.000 habitantes, experimenta un descenso, permaneciendo el conjunto urbano inalterable. En enero de 1626 el rey Felipe IV , acompañado del conde-duque de Olivares, abre las Cortes en Barbastro, que luego continuarían en Calatayud .Durante la guerra de Sucesión , la ciudad se mantiene leal a Felipe V , sufriendo diversas vicisitudes en el curso de la contienda.

Historia contemporánea

Al iniciarse la guerra de la Independencia , en la ciudad se levantan treinta compañías, que reciben el nombre de Tercios de Barbastro, y acuden a la defensa de Zaragoza . Ocupado Barbastro en 1809 por el ejército francés, fue duramente tratada, mientras su regimiento de los «Pardos de Aragón» era deshecho en Leciñena ; durante tres años permanece el ejército invasor, hasta mayo de 1812, en que es liberada por Mina .

Los distintos vaivenes de la política nacional tienen su reflejo en Barbastro durante el siglo XIX: en 1835, el general carlista Guergué entra sin resistencia; en junio de 1837 llega el propio D. Carlos , teniendo lugar una dura batalla entre los carlistas y las fuerzas del general Oraa. En 1843, es una de las primeras poblaciones que se pronuncian, estableciéndose en ella la Junta Revolucionaria del Alto Aragón. En 1869 se sublevan los federales de Barbastro contra el gobierno provisional, en un intento de proclamar la República ; también en 1873 se producirá el de constituir el cantón del Alto Aragón. En junio de 1875 llega a Barbastro el general carlista Dorregaray , que fue pronto desalojado por el general Delatre.

A fines del siglo XIX, Barbastro, con 8.000 habitantes, es centro indiscutido de su comarca. Junto a la tradicional agricultura, molinos de harinas y aceite, fábricas de aguardiente, jabón, loza, chocolate, curtidos y varios telares constituyen su principal actividad industrial . Como centro abastecedor de su comarca y de la montaña, celebra cuatro importantes ferias -entre las que destacan las de febrero y septiembre- y mercados semanales.

En las décadas de los 40 y 50 del siglo XX se han ejecutado diversas obras de saneamiento y urbanización que configuran el actual casco antiguo, como la alcantarilla mayor de la calle del Río Ancho y el Coso. Dispone de hospital de distrito; tiene plaza de toros y tres casinos. En 1873 tiene lugar la fundación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados por el canónigo López Novoa y Santa Teresa Jornet e Ibars. En 28-VI-1880 se inaugura el ferrocarril Barbastro-Selgua, cuyas obras se habían iniciado en 1868. Se celebra en 1892, promovida por Costa , la Asamblea Constituyente de la Cámara Agrícola del Alto Aragón .

Pocas novedades aportan los primeros años del siglo XX. En 1926 se finalizan las obras del cuartel General Ricardos, donde se instala el Regimiento 10° de Artillería Ligera. En 1931, la candidatura republicana vence a la de concentración monárquica y se recibe a la República con entusiasmo popular. En diciembre de 1933, se produce el movimiento revolucionario anarquista . Al estallar la guerra civil , permanece en zona republicana, al mantenerse leal el coronel Villalba, jefe de la guarnición, hasta marzo de 1938 en que es ocupada por las fuerzas de Franco.

Muy afectada por las heridas de la guerra civil -tanto humana como materialmente-, Barbastro vive años de estancamiento, con lenta pérdida de su posición comercial. En los años 60, la proximidad de las obras de los riegos del Cinca le permite iniciar una etapa de crecimiento, que le hace pasar de 10.227 habitantes en 1960, a los 14.112 de 1969. Acabadas las obras, la declaración de la zona como de preferente localización industrial por D. 2225/1968, y la posterior urbanización del polígono industrial «Valle del Cinca» (93 Ha.) hacen posible la puesta en marcha de un importante sector industrial, en el que destacan empresas como Moulinex y Brilen.

El encauzamiento del río Vero -tras el último desbordamiento del 5-X-1965 -da solución a problemas de seguridad, urbanísticos y sanitarios. El núcleo urbano, regulado por el Plan General de 1969, se va extendiendo al otro lado del Vero, con nuevos barrios residenciales (La Paz, Cooperativa, Huertas de Suelves), y se dota con un nuevo Instituto y un Centro de Formación Profesional. La terminación en 1979 de las variantes de las carreteras N-240 y C-139 evitan el molesto paso de los vehículos por el interior del casco urbano.

En 1980 se inician las obras del Hospital Comarcal, que hoy es una realidad, y aunque el cierre del acuartelamiento General Ricardos, en 1996, supuso un duro golpe para la ciudad, cuya población disminuyó en 900 personas, hoy Barbastro presenta unas enormes posibilidades de desarrollo. Una cuidada elaboración ha situado los vinos del Somontano entre los de mayor calidad de la producción nacional. Por otra parte, su proximidad a lugares de interés como el Santuario del Pueyo o Torreciudad , junto a su cercanía a la Sierra de Guara o la Laguna de Sariñena , convierten a la ciudad del Vero en un importante centro turístico con alternativas muy diferentes, desde el turismo del arte y la historia hasta el ecologista o de aventura.

Arte

Alrededores medievales. Es a partir de la segunda mitad del siglo XII cuando podemos empezar a rehacer aisladamente algunos aspectos del pasado artístico monumental de Barbastro, cuyos restos se conservan todos ellos en sus proximidades. Los más antiguos corresponden a las ruinas de la iglesia de un poblamiento medieval, conocido como «El Almerge», sita a unos seis kilómetros en dirección a Huesca y localizada sobre una pequeña terraza del barranco de la Clamor, a la izquierda de la carretera.

Es una pequeña iglesia románica de una sola nave y ábside semicircular, construida con buen aparejo de sillería, en el que abundan las marcas de cantero. Estuvo abovedada, pero no conserva más que el ábside y una parte del muro norte, en el que hay abierta una estrecha puerta en arco de medio punto. Interiormente, el ábside está precedido de dos columnas adosadas con sus correspondientes capiteles uno de los cuales lleva esculpidas dos conchas de peregrino.

Al noreste de la iglesia, en las lomas inmediatas, aparecen abundantes vestigios del asentamiento medieval, entre ellos restos de muros y tres silos excavados en la roca. Al norte y próximo a este lugar, dominando todo el Somontano barbastrense, se eleva el montículo en cuya cima se halla el santuario dedicado a la Virgen del Pueyo. Las obras del anterior priorato, iniciadas a finales del siglo XIX por la comunidad de monjes benedictinos procedentes de Montserrat, envuelven por completo el primitivo edificio medieval, correspondiente a la iglesia, claustro y basamento de la torre. Este núcleo es una construcción rústica, realizada en mampostería, perteneciente al gótico de los años finales del siglo XIII.

La iglesia, de una sola nave, se halla dividida en cinco tramos irregulares cubiertos con gruesos nervios de sección rectangular de crucería sencilla, sexpartita y octopartita. De esta misma época es igualmente el diminuto claustro cuadrado, comunicado con la iglesia por el costado meridional. Sus crujías se cubren también con pequeños tramos de crucería sencilla, similar a la de la iglesia. Originalmente tenía arcos de medio punto que fueron reformados por los benedictinos en estilo neogótico.

El obispo Alonso de Requeséns (1625-1639) remodeló la primitiva cabecera del templo construyendo una pequeña cúpula, y un siglo después se le adosó un camarín tras el presbiterio, que presenta una interesante decoración pictórica mural de estilo neoclásico, pero debida a dos pintores de calidades diferenciadas. En el techo, escenas de la vida de la Virgen: Anunciación, Visitación, Nacimiento y Epifanía, de composición más académica, de dibujo incorrecto algunas y todas de colorido predominantemente azulado. Mucho más logradas están las cuatro virtudes cardinales representadas en los chaflanes del camarín, con una entonación ocre-rojiza y una pincelada muy fluida.

Ya en la ciudad nos encontramos con otro testimonio del Barbastro medieval. Corresponde a la portada románica procedente de la desaparecida iglesia de Santa Fe, y colocada en el siglo XIX en la puerta de la capilla del cementerio. Consta de tres arquivoltas de medio punto y, en lugar del timpano, un arco trilobulado calado. Los capiteles se hallan decorados con relieves de motivos vegetales y uno de ellos con una escena de resurrección, perfectamente adecuada para este lugar, representando a las tres mujeres ante el sepulcro de Cristo vacío.

Arte siglo XVI

Es sin duda la época de mayor esplendor artístico de Barbastro y resume plásticamente el esfuerzo económico de toda la ciudad y la feliz iniciativa de su concejo. Se inicia el siglo con el ambicioso proyecto de la construcción de su iglesia mayor, que, una vez restaurada la sede episcopal, pasará a ser en el mismo siglo XVI la catedral y parroquia única de la ciudad. Dieron comienzo las obras en el mismo año de 1500 y se concluyeron en 1533.

Varios fueron, según los documentos, los maestros de obras que intervinieron en su construcción, pero es muy difícil poder precisar sus intervenciones o destajos contratados, como el del mismo Juan de Segura, considerado maestro principal de las obras. Lo que sí es evidente es que en los años siguientes algunos de ellos están trabajando en diversas iglesias del Alto Aragón, como en la colegiata de Bolea , donde podemos apreciar un plan constructivo similar al de la seo barbastrense. Más numeroso fue todavía el equipo de maestros decoradores, contratado por el concejo, que completaron la ornamentación del templo, desde las desaparecidas vidrieras hasta la larga inscripción conmemorativa y, sobre todo, las numerosas claves colgantes en madera labrada y dorada.

La catedral de Barbastro es un diáfano interior de planta de salón, con tres naves de igual altura cubiertas con bóvedas de crucería estrellada que apean en seis delgadísimos y moldurados pilares con capiteles estrechos y continuos al modo de guirnaldas de hojas. Presenta una triple cabecera poligonal y, siguiendo el sistema de la arquitectura gótica levantina, seis capillas, entre los contrafuertes, que abrían en arcos apuntados, reformados algunos en época barroca.

Si el interior, tal como quedó después de la supresión del coro central, conserva el sentido espacial de finales del gótico, el complemento escultórico de los tres retablos de la cabecera resume la evolución de la escultura renacentista aragonesa, sobre todo el del altar mayor. Consta de un gran basamento en alabastro con estatuas y escenas en relieve y una minuciosa decoración plateresca. Obra inacabada de Damián Forment , comprada en 1558 por el concejo y completada por Juan de Liceyre . Los dos cuerpos superiores, en madera, contrastan por una mayor severidad romanista de finales del siglo. Es una obra desigual y en común de Juan Miguel de Orliens , probable autor de la traza; de Martínez de Calatayud , a quien pertenecería la escena central de la Asunción y algunos de los relieves de más atinada composición, y el resto, de Pedro de Aramendía. En los dos retablos laterales, dedicados a San Pedro y a San Ramón, se continúa la concepción romanista del retablo central, aunque fueron tallados en el segundo cuarto del siglo XVII.

De las dos portadas de la catedral, la del Palacio se halla enmarcada por una decoración en relieve con variados motivos renacentistas, los bustos en medallones de San Pedro y San Pablo y el escudo de la ciudad. Junto a esta puerta se eleva exenta la torre-campanario, de planta hexagonal y piedra de cantería, proyectada por Pedro de Ruesta y edificada a comienzos del siglo XVII. Durante este mismo siglo se continuó la decoración del interior de la catedral, destacando sobre todo la cúpula de la capilla del Santísimo por su exuberante ornamentación en yeso tallado a base de formas vegetales metamorfoseadas, de carnoso relieve, y figuras de santos y virtudes.

En el primer tercio del siglo XVIII se construyeron a ambos lados de la portada de los pies de la catedral dos capillas, de San Carlos Borromeo y del Santo Cristo de los Milagros, en cuyos arcos de acceso se despliega una movida ornamentación a modo de telón con estatuas de bulto y numerosos motivos alegóricos, de logrado efecto teatral, que en la del Santo Cristo se completa con el baldaquino del altar y decoración ambiental típicamente barroca.

Aunque procedente del monasterio de San Victorián, se halla instalado en la capilla del Santísimo un retablo de diecisiete tablas pintadas con escenas de la vida del santo; las más antiguas, como la central, de comienzos del siglo XVI, y otras probablemente ya de mediados del mismo. La mazonería, de buena composición y dorado, es obra barroca del siglo XVIII. En dependencias anejas a la catedral está montado el Museo Diocesano, reabierto en diciembre de 2010 para acoger obras procedentes de la diócesis y el tesoro artístico catedralicio, con el deseo de que se integren próximamente los llamados bienes de la Franja.

Ya a las afueras de la ciudad y en el viejo camino real a Zaragoza se encuentra la iglesia del antiguo hospital de San Julián y Santa Lucía. Es una construcción de en torno a 1550, en ladrillo y de una sola nave, con cabecera poligonal, dividida en dos tramos de crucería estrellada. Al exterior lleva contrafuertes y una galería de airosos arquillos sobre los que apoya la techumbre.

La iglesia de San Francisco, perteneciente al desaparecido convento del que todavía se conserva el recinto del claustro convertido en íntima plazoleta, es de finales del siglo XVI, en ladrillo, de gran sencillez constructiva y amplísimo espacio interior. Consta de una sola nave, dividida en cuatro tramos, los tres primeros de crucería estrellada y el último de medio cañón.

Presenta capillas bajas y poco profundas entre los contrafuertes, y cabecera poligonal a la que abren, a modo de crucero bajo, dos capillas: la de la derecha se cubre con una pequeña cúpula y está dedicada, según inscripción parcialmente conservada en los muros, a San Antonio en fecha de 1627, y la de la izquierda, con bóveda de lunetos, se halla decorada con un arrimadero de azulejos vidriados del siglo XVII, y una ornamentación pictórica mural decimonónica, con escenas y figuras bíblicas, interpretadas en un imitativo estilo académico. En el muro de la izquierda hay también un sepulcro en arcosolio con una lápida esculpida en la que figura un escudo e inscripción funeraria de donación, fechada en 1598, correspondiente a fray Esteban Claramunt, baile de Caspe, comendador de Calatayud y de San Pedro de Calanda y prefecto de la Armada de San Juan.

Se completa el siglo XVI en Barbastro con otras obras privadas y de uso público, como las pocas casas conservadas y muy reconstruidas y las fuentes. De las primeras, cabe señalar el alero en madera labrada, con motivos de piñas colgantes, ménsulas y formas vegetales, de la casa solar de los Argensola, convertida en centro cultural de la ciudad. Aleros más sencillos, sobre la tradicional galería de arquillos, se conservan en otras casas de esta misma calle Mayor. De las tres fuentes, situadas en la margen izquierda del río Vero, solamente se conserva una, aunque bastante erosionada. Está concebida a modo de portada fachada, con un arco de medio punto flanqueado por pilastras decoradas con motivos renacentistas de grutescos; cobija en el tímpano el escudo de la ciudad sostenido por dos ángeles, y en la parte inferior decoración en relieve de pilastras enmarcando unos mascarones por cuyas bocas mana el agua. Otra fuente, desmontada, presentaba un bello escudo de Barbastro, adornado a los lados y en la parte inferior con motivos de tracería gótica.

Arte siglos XVIII y XIX

Las obras más importantes corresponden al asentamiento de nuevas órdenes religiosas en la ciudad, como los escolapios, las capuchinas y los misioneros del Corazón de María. El primer colegio de la congregación de las Escuelas Pías abierto en España fue el de Barbastro, pero la obra de su actual iglesia se realizó entre 1724-27, debida al maestro de obras barbastrense José Pano. Está dedicada a San Lorenzo y responde al tipo de iglesia barroca jesuítica de planta de cruz con una nave y tribunas sobre las capillas, y cúpula elíptica sobre el crucero.

En la bóveda de lunetos y en una de las capillas conserva una decoración pictórica alusiva a la vida de San José de Calasanz , realizada por el también pintor barbastrense Francisco Zueras, en 1948. Hay también una talla procesional del Cristo de la Agonía, firmada por Bretón, y otra escultura en madera policromada de San José con el Niño, tallada por Monjó.

La iglesia de la comunidad de clausura de las MM. Capuchinas se encuentra en la parte alta de la ciudad o barrio del Entremuro. Fue edificada entre 1729 y 1737 en ladrillo y piedra sillar para la austera fachada. Es de planta de cruz con cúpula sobre el crucero que sobresale en forma octogonal.

La iglesia de los misioneros está fechada en 1888 y es también una obra en ladrillo, sencilla, aunque su fachada se anima plásticamente por el empleo de pilastras y una imposta que la divide en dos pisos; está rematada con un frontón triangular flanqueado por dos espadañas. Presenta bastantes parecidos con la fachada de la iglesia del desaparecido seminario; ambas son de concepción neoclásica académica. El interior es de una nave con tribunas sobre las simplificadas capillas laterales, que se prolongan en el reducidísimo crucero y presbiterio. Su alzado interno es similar, aunque abreviado, al de la iglesia que esta misma congregación posee en Alagón (Z.), donde se establecieron en 1875.

Arte siglo XX

En los años iniciales del siglo se introdujeron tímidamente algunas manifestaciones del modernismo ornamental en fachadas e interiores, como en el alto zócalo de azulejos del comedor del hotel San Ramón, de fabricación valenciana pero sobre diseños ingleses de formas vegetales. Más habitual es la decoración de algunas fachadas con simples motivos florales muy naturalistas como coronamiento de balcones y ventanas. En la fachada de una pequeña casa de la carretera de Huesca se conserva una sencilla decoración modernista en azulejos de vivos colores [[azul] y lila o en policromos mosaicos en los pilares de la verja.

Hacia 1926, en el proyecto urbanístico, interrumpido, de remodelación de los soportales y fachadas de la plaza del Mercado, hizo su aparición un tipo de arquitectura historicista y erudita en la que al empleo de las esbeltas columnas de derivación clásica con arcos deprimidos se le asocian motivos aislados de decoración neomudéjar en ladrillo y la restante arquitectura popular de soportales irregulares. En los años de 1930 se construyeron en la antigua calle de la Fustería, en pleno centro de Barbastro, las primeras viviendas de concepción racionalista; más expresionista la casa de «La Orquídea», y de tratamiento más funcional la casa conocida como «el barco». Prolongaciones de esta arquitectura vuelven a estar en práctica en la década de los años cuarenta, coetáneas de edificaciones de un neoclasicismo historicista como la casa n.° 4 de la calle General Ricardos, proyectada por Teodoro Ríos .

Fuentes