Casa del Vínculo de Osorio

Casa del Vínculo de Osorio
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Obra Arquitectónica  |  (Casona)
Casa de Osorio.jpg.jpeg
Descripción
Tipo:Casona
Localización:Trinidad, Sancti Spíritus, Cuba
Uso inicial:Casona familiar


Casa del Vínculo de Osorio. Es un inmueble de alto valor histórico y patrimonial del entorno colonial de la ciudad de Trinidad, la tercera villa fundada en la isla de Cuba por los colonizadores españoles. Esta casona es una de las pocas casas de dos plantas que existieron en la primera mitad del siglo XVIII en el villa trinitaria.

Historia

La Casa del Vínculo de Osorio existió en la calle Real del Jigüe esquina a San José, llamada del Vínculo de Osorio, en honor de la obra pía que dejara su propietario José González de Osorio, para dote de jóvenes casaderas, preferidas sus parientas y en ausencia de éstas, huérfanas. Según disposición testamentaria de 22 de abril de 1752, Osorio ordena que las casas de su morada de rafa y teja de alto y bajo que lindan las unas con otras en la calle del Jigüe «se vinculen reedificándolas». Meses después, dispone que la que compró a Tiburcio de Mendoza se añada al mismo compromiso para que con ello se ordene José González, su sobrino, vecino de la Florida. La casa comprada a Mendoza «madera y guano en la calle del Jigüe» fue unida a las anteriores y transformada en una casona de dos plantas. Solamente los «colgadizos de teja y rafa en lo interior del solar» adjunto a la casona han llegado a nuestros días.

Transendencia

En 1834, los herederos de González de Osorio venden la vivienda a Pedro José Isnaga uno de los tantos de dicha procedencia que se avecindara en Trinidad a principios del siglo XVIII. En su testamento expresa que fue obligado con Josefa López Marrero, «con qen no tube sucecion porque a los cinco o seis días hizo Viaje para la América». Logró divorciase a cambio de la entrega de 3 000 pesos a la López y murió soltero y sin hijos, por lo que dejó innumerables donaciones a sus parientes y mandas muy elevadas a la iglesia por su alma y la de sus antepasados, encargadas a los párrocos de La Habana José Antonio Cortés y Francisco Javier de Villa, sus parientes. Para las iglesias también dejó cuantiosos legados: a la de San Blas de Palmarejo, 50 pesos para que con ello se hagan unos candelabros de plata; 50 pesos para la virgen de La Caridad; 300 pesos para la construcción de la capilla de San José en la iglesia Parroquial; 600 pesos a entregar a los monjes del convento de Santa Elena de la Florida para hacer un palio de seis varas para el convento de San Francisco de Trinidad; 800 pesos para acabar la ermita del Calvario a la bajada de la barranca del río Táyaba; 700 pesos para acabar de «la Hermita de Jesús Rescatado de la Ciudad de la Trinidad», iglesia de la que no tenemos noticia pero que es, sin dudas, el antecedente de la que bajo la advocación de San Francisco de Paula se fabricara años después, pues a la responsabilidad de este legado ascendente a 1 800 pesos quedó obligado Pedro Pomiel, quien comprara la tenería que González de Osorio y el legado de Pomiel, administrado por Fernando Hernández de Rivera y luego por su hijo el presbítero Manuel, fue el utilizado para la construcción de dicho templo.

Fuente