Ciclo de vida del producto

Ciclo de vida del producto
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Concepto:El Ciclo de vida del producto es un concepto que proporciona una forma de rastrear las etapas de la aceptación de un producto, desde su introducción (nacimiento) hasta su declinación (muerte).

Ciclo de vida del producto (CVP). Es una herramienta de administración de la mercadotecnia que permite conocer y rastrear la etapa en la que se encuentra una determinada categoría o clase de producto, lo cual, es un requisito indispensable para fijar adecuadamente los objetivos de mercadotecnia para un producto "x" y también, para planificar las estrategias que permitirán alcanzar esos objetivos.

Etapas del ciclo de vida del producto (C.V.P.)

Diversos expertos en temas de mercadotecnia coinciden en señalar que son cuatro las etapas que conforman el ciclo de vida del producto: 1) Introducción, 2) Crecimiento, 3) Madurez y 4) Declinación.

Etapa de introducción

En esta etapa, una vez lanzado el producto al mercado, la empresa se ocupa a través del área de marketing de todas las actividades necesarias para asegurar el plan de cobertura y penetración original previsto en los objetivos del proyecto.

Los esfuerzos mayores se concentran en: cobertura de canales de distribución; promoción, merchandising; capacitación y supervisión de la fuerza de ventas; distribución física para su encuentro con los clientes; inicio de la comunicación publicitaria y, fundamentalmente, de su posicionamiento.

Existen varios indicadores para identificar esta etapa. En primer lugar, la cobertura gradual de los puntos de ventas seleccionados como metas. Luego, la rotación reducida de las existencias en los canales; su crecimiento gradual en volúmenes de ventas, repeticiones lentas de compras, así como su progresiva participación en el mercado.

No pueden precisarse cifras exactas, ni válidas para todos los casos; pero las experiencias señalan que, cuando un producto ha logrado superar el 10% de los objetivos fijados para su etapa de madurez, cuando alcanzará el máximo de la venta esperada, se ha logrado su introducción y comienza la etapa de crecimiento. En esta etapa, la política de precios y el financiamiento deben ser estratégicamente decididos para facilitar la rápida penetración.

Etapa de crecimiento

En esta etapa, el producto completa su posicionamiento definitivo, consolidada su cobertura y comienza a aumentar su participación en el mercado. Las señales que permiten identificar esta etapa son:

  • Posicionamiento en el segmento definido.
  • Diferenciación básica creciente.
  • Grado de fidelización o repetición de compras con sostenido avance.
  • Muy buena cobertura en los canales de distribución.
  • Penetración creciente en el mercado, pero con amplias oportunidades de avance (entre l0% y 95% del máximo objetivo establecido para cuando el producto llegue a su madurez).
  • Contribución marginal superior a 25%.
  • Utilidades brutas en crecimiento, pero aún bajas con relación a su potencial.
  • Curva de aprendizaje en desarrollo.
  • Importante presión y respuesta competitiva.
  • Avance sostenido para alcanzar el liderazgo en costos.
  • Tendencia sostenida en crecimiento de ventas.
  • Segmentos y nichos de mercado aún vírgenes, o con poca penetración.

Etapa de madurez

Cuando el producto ha alcanzado la máxima participación posible y pronosticada de su evolución en el mercado, se ha llegado a la etapa denominada de madurez. Las señales clave que reflejan esta etapa son, entre otras:

  • Nivel óptimo de cobertura y penetración de mercado, con pocas posibilidades de crecimiento.
  • Finalización de la tendencia de crecimiento de ventas.
  • Niveles máximos de contribución y rentabilidad final, firme pero estabilizada.
  • Máxima acción de la competencia para desplazar posiciones alcanzadas.
  • Liderazgo y dominancia en los segmentos operados, o en el mercado total.
  • Altos índices de fidelización de clientes.
  • Extensión amplia y casi total de líneas o variedades del producto.
  • Marcas y usos de alto reconocimiento y profundo posicionamiento.
  • Elevada rotación de inventarios en la empresa y los puntos de ventas.
  • Carencia de requerimiento de inversiones adicionales para sostener posiciones logradas.

Etapa de declinación

Después de una meseta de alta participación y muy buenas ventas y utilidades en el mercado, todo producto o servicio, con el tiempo, tiende a decrecer en su evolución. Ello puede originarse por algunas, o varias, de las siguientes causas:

  • Cambios en las conductas de los clientes y usuarios;
  • Innovación tecnológica que marque la iniciación de un ciclo de obsolescencia;
  • Errores estratégicos propios de la compañía;
  • Modificaciones en las condiciones socioeconómicas del entorno;
  • Leyes o disposiciones normativas;
  • Influencias geopolíticas (caso Mercosur, Nafta, etc.).

Dentro del ciclo de la declinación, podemos reconocer tres instancias:

  • Pérdida de hasta 25% de las posiciones sustentadas precedentemente (ventas, participación de mercado, utilidades, etc.); En el ciclo de declinación es posible intentar esfuerzos para desacelerar el ritmo de la caída, pero no más que ello, ya que, cuando se detectan las señales de su iniciación, el ciclo es irreversible y no se justifica, económicamente, realizar inversiones para detenerlo o revertirlo.
  • En la segunda parte de la declinación, hasta llegar a 50% de su caudal de madurez, el producto o servicio es todavía interesante para la empresa. Aporta buenos volúmenes de ventas, absorbe costos de estructura, quizá genera aún utilidades, complementa la línea de productos y sirve para atender a una clientela que le sigue siendo fiel, en cantidades significativas. Como esa instancia no requiere inversiones ni esfuerzos adicionales, al igual que la anterior debe ser acompañada y seguida con atención, porque es beneficiosa tanto para los intereses de la compañía como para los de sus clientes y distribuidores.
  • En la tercera de las fases de la declinación, cuando se está superando 5l% de las ventas y las utilidades precedentes, es necesario comenzar a programar el retiro del producto del mercado, ya que en estas circunstancias no se obtienen resultados económicos.

Estrategias del ciclo de vida del producto

Las distintas etapas del ciclo de vida del producto requieren, para la buena administración del negocio, estrategias especializadas de marketing.

En la introducción

Las estrategias de marketing más recomendables para esta etapa deben focalizar sectores internos y externos de la empresa.

Para los clientes internos (personal de la organización):

  • Crear cultura compartida de toda la organización.
  • Seguimiento intensivo de todo el proceso.
  • Estímulos, incentivos y premios, tanto cualitativos como cuantitativos, para esta etapa.
  • Plan de contingencias para corregir o superar inconvenientes o problemas en el lanzamiento e introducción.

Para los clientes externos (compradores y consumidores):

  • Definición de qué canales o puntos de ventas deberán incorporarse en la cadena de distribución.
  • Diseño de la estrategia de trade-marketing, vale decir, qué productos o variedades de su línea, qué impulsión, qué política de precios, qué estrategias competitivas y qué metas y objetivos de negocios se fijarán para cada canal por utilizar.
  • Promoción de ventas intensiva con objetivos y estrategias adecuados a los objetivos particulares de esta primera etapa del ciclo de vida.
  • Programación de reuniones o convenciones de presentación del producto, donde la empresa explique objetivos de negocios, beneficios y ventajas.
  • Difusión y marketing directo a distribuidores y clientes finales considerados necesarios para esta etapa.
  • Inicio de la campaña publicitaria.
  • Actividades orientadas a generar la construcción del concepto e imagen de marca, o en su defecto de línea o familia de productos o servicios.
  • Distribución física, para asegurar abastecimiento racional, garantizando reposiciones y entregas.
  • Ajustes inmediatos de brechas entre lo planificado y lo concretado.
  • Respuesta inmediata a las estrategias competitivas, de acuerdo con lo planificado o sus planes de contingencia.
  • Monitoreo de la evolución, hasta definir el ingreso en la siguiente etapa.

En la etapa de crecimiento

Para los clientes internos:

  • Nuevos esquemas de estímulos, incentivos y premios por resultados, propios de esta etapa.
  • Análisis de sugerencias e innovaciones, para capitalizar experiencias de todos los participantes.
  • Suministro de nuevas inversiones o elementos requeridos para atender el crecimiento de producción, administración, finanzas, marketing, promoción, merchandising, ventas y distribución del producto en esta etapa.

Para los clientes externos

  • Ampliación en la cobertura de zonas geográficas y segmentos de negocios mayoristas y minoristas.
  • Continuidad en los esfuerzos de merchandising, promoción de ventas, marketing directo y difusión.
  • Negociación y plan de incentivos por crecimiento de ventas a los comercios distribuidores.
  • Fijación de nuevas metas y acuerdos de negocios.
  • Apoyo para acelerar la rotación y la penetración del producto en cada canal y zona de ventas.
  • Continuidad de la campaña publicitaria, pero con replanteo de objetivos y estrategias, para lograr comunicar y posicionar las ventajas competitivas y diferencias significativas.
  • Continuación de las actividades para solidificar el concepto y la imagen de marca, con identidad y diferenciación suficientemente significativas.
  • Fidelización de clientes. Intensificación de frecuencia de compras y volúmenes de ventas.

En la etapa de madurez

Para los clientes internos:

  • Diseñar los nuevos roles y desempeños que se requiere de distintas funciones para asegurar que el producto o servicio tenga la asistencia que exige el tránsito por su madurez.
  • Activar la participación para lograr mejoras en el producto o servicio, ya sea en su calidad o por extensión de líneas.
  • Estimular ideas y procesos para lograr el mayor aprovechamiento de la curva de la experiencia, la economía de escala, así como las oportunidades para reducir costos e incrementar utilidades, propias de las consecuencias de esta etapa del ciclo de vida.
  • Fijar nuevos estándares para sistemas de incentivos, estímulos y premios por logros conseguidos según planes y presupuestos de ventas.

Para los clientes externos:

  • Realizar actividades de promoción de ventas, merchandising, marketing directo, concursos y eventos que alienten las compras y los consumos.
  • Posicionar extensiones de líneas y variedad de surtidos, e incorporar probables nuevos usuarios.
  • Buscar nuevos usos y aplicaciones para los productos y servicios actuales.
  • Extender los criterios de segmentación y explorar nuevos nichos de mercado.
  • Ampliar posibilidades de distribución.
  • Acordar alianzas estratégicas y actividades de co-marketing.
  • Profundizar planes de fidelización de clientes.

En la etapa de declinación

En la primera fase de la declinación, hasta tanto el producto haya perdido menos de 25% de su participación en el mercado con relación a la etapa previa, es conveniente sustentar acciones de promoción, merchandising, negociación y ventas para desacelerar la pérdida de mercado.

En esta etapa es necesario tener listos, para su lanzamiento, la innovación o bien el nuevo producto que se introducirá en el mercado para la ulterior sustitución del producto que se retirará de la comercialización.

Cuando el producto en su declinación está todavía por encima de 50% de los registros logrados en la madurez, sigue siendo interesante para la empresa, por lo que las estrategias son las de mantenimiento y cosecha, o sea el logro del máximo recupero que ofrece el producto (generalmente en esta instancia produce márgenes reducidos de contribución y coopera para la absorción de costos de estructura).

A partir de este nivel de participación de mercado y ventas, el producto comienza a generar resultados negativos para la compañía, y los clientes ya no se preocupan por él. Aquí es donde, según los indicadores, debe producirse la decisión de retiro, mediato o inmediato según las circunstancias, del producto.

Gestión del ciclo de vida

El ciclo de vida no es exactamente igual para todos los productos. Mientras que algunos tienen un lanzamiento durante un corto período, la mayoría de los productos de consumo se mantiene en la etapa de madurez durante años (por ejemplo, la leche). Las personas de marketing deben conocer la fase del ciclo en que se encuentran los productos para poder ajustar las políticas y estrategias del marketing mix a esa fase, ya que las estrategias van cambiando a medida que el producto pasa de una fase a otra.

  • La publicidad, por ejemplo, debe ser informativa en la etapa de introducción, persuasiva en las etapas de crecimiento y madurez, y orientada a mantener el recuerdo en la etapa de declive.
  • Los presupuestos para promoción tienden a ser mayores en las primeras etapas y van decayendo en las de madurez y declive.
  • El precio suele ser elevado en las fases de introducción y crecimiento, pero en la madurez el precio debe ser competitivo para mantenerse en el mercado.
  • La distribución es baja en la fase de introducción; más amplia en las fases de crecimiento y madurez, para volver disminuir en el declive.

Prolongación del ciclo de vida del producto

Las compañías se esfuerzan por alargar la vida del producto todo lo posible. Esto se debe a que es mucho más barato mantener un producto en el mercado que retirarlo y lanzar otro nuevo. Los responsables de marketing han diseñado diferentes técnicas para evitar o retrasar la etapa de declive del producto. Entre las estrategias que utilizan los productores se encuentran las siguientes:

Relanzamiento

  • Cambio de fórmula.
  • Cambio de características.
  • Notable mejora de la calidad.
  • Importantes y nuevas ventajas competitivas

El relanzamiento tiene efectos duraderos; se trata «casi» de un nuevo producto en el mercado; por eso, supone un alto riesgo y costes elevados. Algunas empresas se han llevado serios varapalos en su intento de relanzar un producto; por ejemplo, el cambio de fórmula que realizó Coca-Cola no fue aceptado por los consumidores y se vio obligada a echar marcha atrás a los pocos meses.

Actualización

  • Actualización del embalaje.
  • Cambio de diseño o presentación.
  • Cambio en el tamaño o la cantidad. Mayor oferta de tamaños.
  • Mayor comodidad de uso.
  • Ligeras modificaciones del producto: aroma, color, textura...

Prolongación de la fase de madurez

  • Incrementar la frecuencia de compra de los clientes. La frecuencia de compra se puede aumentar de diversas maneras. Algunos champús publicitan que son tan suaves como para usarlos todos los días: cuanto mayor el uso, mayor el consumo y la compra.
  • Promover nuevos hábitos de consumo:
    • a. Entre los que ya lo consumen. Por ejemplo, los esfuerzos que realizan algunos fabricantes de cacao soluble para que se consuma con leche fría en verano, llegando incluso a regalar objetos para batirlo pues se disuelve mejor.
    • b. Ampliando a otros segmentos de mercado. Por ejemplo, el champú para niños ofrece sus ventajas también a las mamás. O la campaña de 'Aprende de tus hijos' en la que los niños enseñaban a sus padres a tomar yogurt. Con el tiempo, un producto que era netamente infantil pasó a ser consumido por gente de cualquier edad.

Mantener una demanda residual en fase de declive

Fuente

  • Escudero Serrano, Mª José (2005) (en español). Almacenaje de productos (2ª reimpresión, 1ª edición). Madrid (España): International Thomson Editores Spain Praninfo, S.A.. pp. 5.
  • Levitt, Theodore (1981). «El ciclo de vida del producto:gran oportunidad de marketing». Harvard-Deusto Business Review (2º trimestre): p. 5-28.

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