Clara Morales

Clara Morales
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Clara Morales junto a su compañero Mario Rodríguez Marrero en 1973
Datos generales
Nombre real:Clara Morales Vicente
Fecha de nacimiento:7 de noviembre de 1930
Regla, La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Fecha de fallecimiento:12 de mayo de 1980
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Ocupación:Cantante
Información artística
Instrumento(s):Voz y Piano
Artistas relacionados:Mario Rodríguez Marrero, Dúo Clara y Mario

Clara Morales. Popular cantante cubana que integrara el Dúo Clara y Mario, agrupación que alcanza su plenitud y popularidad en 1961 cuando comienzan sus actuaciones en la radio y en la televisión.

Síntesis biográfica

Nació en Regla el 7 de noviembre de 1930.

Trayectoría artística

Nacidos en Regla, Clara y Mario se conocían desde niños. Y como si fuera un juego más, empezaron a cantar juntos en el barrio natal. Después lo hicieron muchas veces, con Clara, al piano, sin imaginarse siquiera que llegarían a ser uno de los más reconocidos dúos de la música popular romántica de Cuba, el Dúo Clara y Mario .

Muerte

Clara enferma y muere el 12 de mayo de 1980.

Confesiones de Mario

Quisimos aparentar artísticamente ser una pareja amorosa y esto funcionó. Para muchos éramos un matrimonio. En realidad solo nos unía en la vida una gran hermandad, pero eso no lo sabía casi nadie. Nos creían esposos.

Es por eso que en algunas giras, nos reservaban una sola habitación a los dos, porque pensaban que Clara Morales Moreno y yo éramos un matrimonio. Incluso cuando en el Festival de Varadero de 1970, nos dieron una suite para los dos, y yo dije que no íbamos a dormir juntos, los organizadores se lamentaron de que nos hubiéramos separado: ‘¿Por qué se han peleado? Tan bien que se han llevado siempre en escena, duerman otra vez juntos’.

“Y yo tuve que confesarles que no éramos marido y mujer, pues aunque artísticamente dábamos esa imagen, en realidad no éramos una pareja de enamorados y Clara tenía su esposo. [1].
«El esposo nunca molestó. Nunca puso objeción a ningún trabajo. Nunca nos hizo sombra. Yo les expliqué siempre que tenían 23 horas para ellos y una para mí. Y que en la mía no podían interferir. Y así fue.[2].

Referencias

Enlaces relacionados

Fuentes