Diócesis de Huesca

Diócesis de Huesca
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Obispo y cabildo en la procesión de San Lorenzo.jpg
Información general
PaísBandera de España España
CatedralIglesia latina
Diócesis sufragánea deArchidiócesis de Zaragoza
Jerarquía Apostólica
ObispoJulián Ruiz Martorell
Jurisdicción
ProvinciaZaragoza
Área4.728 km²


Diócesis de Huesca es una diócesis de la Iglesia católica en España con sede en la Catedral de la Transfiguración del Señor de la ciudad de Huesca, sufragánea de la archidiócesis de Zaragoza, cabeza de la provincia eclesiástica de Zaragoza.

Historia de la Diócesis

Sufragánea de la archidiócesis de Tarragona y, desde 1318, de la de Zaragoza. Según la tradición, el cristianismo habría penetrado pronto en la Osca romana, de la que serían originarios los mártires San Lorenzo, arcediano de la Iglesia de Roma (258), San Vicente, diácono de la de Zaragoza (304) y San Orencio, obispo de Auch (h. 450). Sin embargo, sus obispos no son conocidos sino a través, sobre todo, de los Concilios de Toledo: Elpidio, Vicente, Pompeyano y Gavino, en el siglo VI; Ordulfo, Eusebio, Gadisclo y Audeberto, en el VII.

Después de la Conquista Musulmana no se interrumpió la serie episcopal y son conocidos los obispos mozárabes de Huesca, Nitidio, Frontiniano, Íñigo, Ferriolo, Fortuño, Oriol y Atón, de los siglos VIII a X, lista a la que probablemente hay que añadir el nombre del obispo Redento, hijo del conde Galindo Aznar II y sobrino del wali oscense Muhammad al-Tawil. Durante estos siglos el centro eclesiástico de Huesca, y probable residencia episcopal, fue el Monasterio de Asán, situado cerca de la ciudad y del Yabal Aragun («Monte de Aragón», célebre entre los cristianos según el cronista Al-Udri), topónimo con el que se intitularon con frecuencia los obispos mozárabes oscenses -episcopus Aragonensis- cuya jurisdicción, desde el Pirineo al norte, el valle de Ansó, el Bailés y el río Gállego al oeste, y el Alcanadre o el Cinca al este, comprendía a fines del siglo X una zona liberada, cristiana -los condados de Aragón y Sobrarbe-, y una zona islamizada -Serrablo y ribera del Cinca, más la Tierra Baja-; en ésta contaba con los monasterios de Asán, San Pedro de Séptimo, San Úrbez de Nocito y San Cucufate de Lecina; la catedral de Huesca; y las parroquias mozárabes de Quinzano, Plasencia, Anzano, Lierta, Arascués, Nisano, Banastás, Apiés, Lienas, Igriés, Yéqueda, Aguas, Liesa, Saliellas y Casbas, más la iglesia de Santa Eulalia de Barbastro.

Al deteriorarse la situación de los Mozárabes en la segunda mitad del siglo X, se despoblaron los monasterios y algunas parroquias. El obispo Mancio, cuyo pontificado llena el primer tercio de la siguiente centuria, parece que no residió regularmente en la ciudad y figura como asiduo de la corte de Sancho Garcés III el Mayor (Sancho el Mayor) de Navarra, como lo fueron en las de los reyes Ramiro I y Sancho Ramírez los sucesores de Mancio, los obispos García y Sancho. En vista de este último, después de la introducción de las reformas cluniacense y gregoriana, el rey Sancho Ramírez creó la diócesis de Jaca, segregando de Huesca el territorio del antiguo condado de Aragón en 1076. Después de la conquista de Huesca, el obispo de Jaca, Pedro, consiguió reunir bajo su báculo las dos diócesis altoaragonesas, unión que se mantuvo hasta 1571.

Los obispos de los siglos XII y XIII dieron preferencia a la consolidación y expansión de sus límites jurisdiccionales contra la abadía exenta de Montearagón (de la que dependían las iglesias de las mejores poblaciones situadas entre los ríos Gállego y Alcanadre), contra el obispado de Pamplona (al que pertenecían las comarcas aragonesas de Valdonsella y Cinco Villas), contra el obispado de Roda-Lérida (que pretendía la zona entre el Alcanadre y el Cinca, incluida la ciudad de Barbastro), contra el obispado de Zaragoza (sobre la posesión del monasterio de Santa Engracia) y contra el obispado de Tortosa (que poseía el priorato de Alquézar). Resultado de costosos pleitos, vistos en la curia papal, fue la confección de un mapa diocesano muy complicado, en el que se entrecruzaban las jurisdicciones de Huesca, Montearagón y Roda-Lérida.

A mediados del siglo XIII aparece ya perfectamente organizada la diócesis en las siguientes subjurisdicciones eclesiásticas: arcedianatos de Las Valles (con 53 parroquias), Sobrarbe (con 22), Serrablo (con 29) y Val de Rasal (con 14); los arciprestazgos de Barbastro (10 parroquias) y Alquézar (12); la honor de la mensa episcopal (10 parroquias); y las honores catedralicias de Prepositura (31 parroquias), Sacristía (7) y Limosna (3). Pertenecían, a la abadía exenta de Montearagón, 67 parroquias entre el Gállego y el Alcanadre, distribuidas entre el abadiado y los prioratos de Sariñena, Gurrea y Bolea. La honor de San Pedro el Viejo contaba con siete parroquias en el siglo XV.

Se calcula la población diocesana en la Baja Edad Media alrededor de los 8.000 fuegos y 36.000 almas, excluyendo los mudéjares, cuya conversión hizo subir el número de parroquias de 260 en el siglo XIII a 301 en el XVI. Aparte la labor de cristianización y organización eclesiástica, inmediata a la conquista de Huesca, el obispado contribuyó a la repoblación de la Tierra Baja. Cabe destacar la población de los castillos de Fañanás, Sesa Pueyo, Escanilla, Tabernas, Alcalá del Obispo y Banariés, que se convirtieron en villas de señorío eclesiástico.

En 1571, por iniciativa de Felipe II de España, se independizó la diócesis de Jaca y se creó la de Barbastro. La pérdida de estos territorios fue compensada con la incorporación al obispado oscense de las parroquias dependientes de Montearagón. Los límites diocesanos no sufrieron más alteraciones hasta 1955, en que se asignó al obispado de Zaragoza la parroquia de Santa Engracia sita en esta ciudad, dependiente de Huesca desde 1118; perdió el arciprestazgo de Broto, que se unió a Jaca; y se le asignó el de Berbegal, desmembrado de Lérida.

Bibliografía

  • Durán Gudiol, A.: «Huesca»; Diccionario de Historia Eclesiástica de España, t. II, Madrid, 1972, pp. 1107-1110.

Fuentes