Encefalitis equina venezolana

Encefalitis equina venezolana
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Zoonosis viral que afecta al hombre y a los equinos y es transmitida por pequeños roedores, mosquitos y algunas especies de aves acuáticas.
Agente transmisor:Virus de la VEE
Región más común:Venezuela.
Forma de propagación:Pequeños roedores, mosquitos, y algunas especies de aves acuáticas.

Encefalitis equina venezolana. Enfermedad producida por el virus de la EEV, frecuente en equinos y mamíferos. El virus causa una enfermedad febril en el ser humano sin complicaciones neurológicas

Etiología

El virus de la encefalitis equina venezolana (EEV), es un arbovirus grupo A que causa enfermedad mortal del sistema nervioso central en equinos y un síndrome agudo en humanos, parecido al de la influenza.

El virus fue aislado por primera vez por Kubes y Ríos en caballos, durante una epizootia en Venezuela, en 1938; el virus no fue asociado a enfermedad humana hasta muchos años después. La investigación de la ecología del arbovirus en América tropical durante los tres decenios pasados, ha dado por resultado la identificación de numerosos subtipos antigénicos del virus de la VEE, que difieren en patogenicidad para equinos y posiblemente para humanos y con ciclos de mantenimiento y transmisión distintos. Tomados en conjunto, los virus de la VEE han matado más equinos y producido más enfermedades humanas en el hemisferio occidental que cualquiera otro arbovirus.

Epidemiología

Los ciclos enzoóticos del virus de la EEV han sido estudiados en Trinidad, Colombia, Panamá, Brasil, México y Estados Unidos (Florida). La actividad del virus fue siempre focal, localizada a marismas o pantanos sombreados, de agua dulce, o extensiones de agua de movimiento lento, donde eran comunes las plantas acuáticas flotantes. Durante algún tiempo se penseque tales focos enzoóticos eran las fuentes de los brotes periódicos de encefalitis equina humana venezolana que arrasaban grandes regiones de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, pero el análisis antigénico de cepas de virus en todos los países en que había EEV junto con estudios experimentales en caballos, han revelado que los virus enzoóticos de la EEV nunca estuvieron implicados en epizootias.

A diferencia de los virus relacionados de la encefalitis equina occidental y de la encefalitis equina oriental, el caballo es el huésped principal, particular causante de la amplificación y de la diseminación de las cepas de EEV clásicas. No se ha descubierto mecanismo alguno para explicar el mantenimiento interepizoótico de tales virus en la naturaleza.

Las epizootias de EEV típicamente tienen lugar en regiones tropicales rurales caracterizadas por climas en los que hay una estación seca. La cría de ganado es la costumbre campesina dominante y los brotes ocurren más a menudo después de la llegada de la época de lluvias. A veces casi todos los equinos y grandes porciones de las poblaciones humanas rurales son infectados durante tales brotes. Muchos miles de infecciones humanas, la mayor parte de ellas clínicamente aparentes, pueden ocurrir en unas cuantas semanas.

Todos los subtipos de virus de la EEV son muy infecciosos para humanos y otros vertebrados, cuando se adquieren por las vías respiratorias, por consiguiente, se han encontrado muchas infecciones en el laboratorio.

Manifestaciones clínicas

La iniciación de la enfermedad es típicamente brusca: los pacientes mencionan con frecuencia el momento exacto de la aparición de cefalalgia grave, escalofríos, fiebre, vómitos en proyectil y diarrea, estos síntomas aparecen de dos a cuatro días después de la picadura del mosquito, pero pueden presentarse en un plazo de 24 horas después de exposición a aerosoles muy infecciosos.

En los primeros días del cuadro clínico hay inyección conjuntival y faringitis ligera y la mialgia suele ser intensa. La fiebre a menudo llega a 400C. en realidad el primer día con síntomas es el peor y la curva febril muestra diarias elevaciones vespertinas con regreso a lo normal después de tres a cinco días. La somnolencia ligera es común, pero los signos neurológicos graves se observan en sólo un pequeño porcentaje de los casos, siempre en niños, por consiguiente, los casos individuales suelen confundirse fácilmente con influenza, gastroenteritis infecciosa aguda o tóxica, o leptospirosis.

La mayor parte de los fallecimientos ocurre en niños menores de cinco años. La autopsia revela cambios macroscópicos e histológicos semejantes a los observados en encefalitis causada por otros arbovirus, pero además, se encuentran hemorragias focales macroscópicas diseminadas en el cerebro, corazón y pulmones.

Diagnóstico

Como la presentación clínica de la EEV rara vez es encefálica, no se podrá hacer el diagnóstico a menos que se tome en cuenta en un paciente con fiebre alta, síntomas respiratorios y molestias gastrointestinales que reside en un foco enzoótico o en un área epizoótica de la América tropical o que los ha visitado recientemente, sin embargo, el virus se puede obtener con facilidad, ya sea de muestras de sangre o de exudado faríngeo tomadas durante las primeras 72 horas de instalación de los síntomas.

Como los pacientes son potencialmente infecciosos para los humanos y los mosquitos durante esa fase, es obvia la importancia que tiene establecer la causa de la enfermedad. Las muestras de suero obtenidas al principio de la enfermedad y más o menos 10 días después, revelarán en forma fidedigna niveles elevados de anticuerpos específicos anti EEV.

Tratamiento

No hay tratamiento específico. Pueden requerirse analgésicos y medidas externas para producir escalofríos para el control de la hipertermia. En los niños puede haber desequilibrio de líquidos y electrolitos que pone en peligro la vida, a consecuencia de vómito y diarrea, por lo que debe descubrirse y corregirse de inmediato. Los pacientes se quejan de laxitud y de incapacidad para concentrarse mentalmente durante una o cuatro semanas después de que la fiebre ha desaparecido, pero por lo demás, la convalecencia no tiene problemas.

Profilaxis

Se han empleado vacunas con virus inactivados con formol para proteger equinos en Sudamérica durante 30 años. La potencia de estos productos es, en el mejor de los casos, limitada, y la frecuente persistencia de virus de EEV en ellos puede muy bien haber sido la causa de epizootias mayores. Se ha empleado una vacuna experimental con virus vivos atenuados, para inmunizar al personal de laboratorio bajo alto riesgo de infección por aerosol. Esta vacuna, que produce reacciones febriles en hasta el 20% de los recipientes adultos, no ha sido probada en niños ni en mujeres grávidas. Se le ha asociado a defectos de nacimiento cuando se ha inoculado a monas rhessus preñadas y no parece probable que llegue a ser segura para la protección humana.

Como los pacientes son potencialmente infecciosos, deben tomarse precauciones para evitar que el mosquito los pique. Aunque el personal médico que atiende a los pacientes está bajo el posible riesgo de adquirir la enfermedad por aerosol, la poca frecuente aparición de tos durante la infección por EEV, puede explicar la falta de casos bien documentados de tal transmisión.

Fuentes

  • Dr. Paul B. Beeson; Dr. Walsh McDermott y Dr. James B. Wyngaarden. Tratado de Medicina Interna. Tomo I. Vol. 1. Pág. 344. Editorial Pueblo y Educación. La Habana. Cuba. 1984.
  • Información sobre Encefalitis equina venezolana. Consultado: 10 de enero de 2013. Disponible en: www.vet-uy.com
  • Información sobre Encefalitis equina venezolana. Consultado: 10 de enero de 2013. Disponible en: www.enfermedademergentes.wetpaint.com