Enfermedad vesicular porcina

Enfermedad vesicular porcina
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La enfermedad vesicular porcina (EVP): es una enfermedad altamente contagiosa que afecta al ganado porcino, causada por un enterovirus de la familia Picornaviridae. El virus es un derivado relativamente reciente del virus humano coxsackie-B5, con el que tiene gran homología molecular y antigénica. La enfermedad no es grave y los animales se suelen recuperar en pocos días. Sin embargo, suelen aparecer vesículas en el hocico y en los espacios interdigitales de las pezuñas. El hecho de que estos síntomas sean indistinguibles de los causados por el virus de la fiebre aftosa, hace que este virus esté incluido dentro de la lista A de la Oficina Internacional de Epizootias.

Actualmente la enfermedad está erradicada en los países de la Unión Europea excepto en Italia, donde se considera endémica. Sin embargo, en Europa se mantiene el estado de alarma por la posible aparición de brotes, ya que esporádicamente aparecen en algunos países y han de ser erradicados inmediatamente. Para ello se ha invertido un considerable esfuerzo en investigación de métodos de diagnóstico eficaces y en el estudio del virus y la patología de la enfermedad, información que resumimos en esta revisión.

Etiología

El virus de la enfermedad vesicular porcina (VEVP) es miembro del genero Enterovirus de la familia Picornaviridae. Este virus parece haber evolucionado del humano coxsakievirus B5 (CVB5) ; el VEVP se clasifica actualmente como una variante de la especie porcina CVB5 y el VEVP es un sinónimo aceptado para esta variante. Se ha sido identificado un serotipo del VEVP y varias cepas. Análisis genéticos y antigénicos han clasificado a estas cepas en al menos cuatro grupos distintos filogenéticamente. Dos grupos contienen virus encontrados antes de 1981; los otros grupos contienen cepas europeas más recientes.

Epidemiología

La EVC se registró por primera vez en Italia en 1966 y fue diagnosticada como fiebre aftosa (FA). Ante la imposibilidad de confirmar en el laboratorio dicho diagnóstico, se llevó a cabo un estudio en el que se identificó el virus causante de esta nueva enfermedad. El siguiente brote se detectó en 1971 en Hong Kong, donde han seguido apareciendo casi anualmente. Entre 1972 y 1983 se detectaron brotes de EVC en Italia, Austria, Reino Unido, Francia y Polonia, Alemania, Suiza, Bélgica, Malta, y Japón. Desde entonces hasta 1990, y con la excepción de Italia, la EVC se consiguió eliminar de Europa mediante campañas de erradicación en aquellos países donde surgían brotes. Durante los primeros años de la década de los noventa, reapareció la incidencia de la EVC en varios países europeos pero, con excepción de Italia, se ha conseguido erradicar de los países de la Unión Europea. Por otra parte, aunque difícil de documentar, es probable que haya actualmente brotes ocasionales en China, Hong Kong y otros países de Asia.

En España, el primer brote de EVC se detectó en febrero de 1993 en la provincia de Lérida y todos los cerdos de la granja afectada fueron sacrificados. Dos meses más tarde, se diagnosticó EVC en Huesca y se sacrificaron más de tres mil cerdos. Desde entonces, todas las granjas se analizan rutinariamente para la detección del virus, así como los animales importados y sus derivados. Estos controles han prevenido una reintroducción de EVC en España.

Como ya se ha comentado, la EVC se contagia principalmente por contacto directo con cerdos infectados, por sus excrementos, o por alimentos contaminados con el virus. El cerdo expulsa VEVC en sus heces hasta 23 días después de la infección experimental. Los productos alimenticios derivados de animales infectados representan otra fuente de infección, aunque se ha comprobado la inactivación del VEVC durante los procesos de curación de jamones de al menos 200 días.

Los procedimientos de desinfección deben ser muy rigurosos debido a la estabilidad y ácido-resistencia del virus. De hecho se ha encontrado VEVC en el tracto intestinal y en la superficie de lombrices de tierra bajo la cual se habían enterrado cerdos infectados, indicando la persistencia del VEVC en el ambiente. También se ha encontrado VEVC en el tracto nasal de personas que trabajaban con cerdos infectados o cerca de éstos, y en las ruedas u otros componentes de los vehículos utilizados para el transporte de animales contaminados.

Especies afectadas

Los cerdos son los únicos huéspedes naturales del VEVP, los ratones de un día de edad, pueden ser infectados experimentalmente. Los humanos han sido infectados mientras trabajaban con el virus en el laboratorio.

Transmisión

El VEVP es altamente contagioso por contacto directo con animales infectados o por contaminación ambiental. Este virus puede ingresar al cuerpo a través de lesiones en la piel o membranas mucosas y por ingestión. Los cerdos pueden eliminar el VEVP en las secreciones nasales u orales y heces hasta 48 horas previo a la presentación de los síntomas clínicos. Los tejidos porcinos también pueden transmitir infecciones si se alimenta a los cerdos, con carne de cerdo cruda u otros desechos. La mayoría de ellos eliminan el virus dentro de las dos semanas, con mayor eliminación durante la primera; en casos inusuales, los animales pueden permanecer infectados durante tres meses o más. En estos portadores persistentes, el VEVP ha sido encontrado en secreciones nasales y en tejidos tonsilares y por largos periodos en las heces. La transmisión aerógena de este virus es insignificante y es posible que no se propague entre los galpones a menos que haya un sistema común de drenaje abierto o que los cerdos sean movilizados o mezclados.

El VEVP puede sobrevivir durante largos períodos en el medio ambiente y ocurre una significativa transmisión por fomites. Han sido encontrados virus viables dentro y fuera de los gusanos, en la tierra donde fueron enterrados cerdos infectados, así como en varios otros fómites, así como también en las descargas nasales de los productores. Este virus extremadamente estable, es resistente a temperaturas de 69°C (157°F), aunque puede ser inactivado a 60°C (140°F) durante 10 minutos. También puede sobrevivir la desecación, congelación y un amplio rango de pH; permanece viable por 4- 11 meses en un pH de 2,5 a 12 cuando la temperatura está entre 12°C (54°F) y -20°C (-4°F). Bajo ciertas condiciones, puede sobrevivir hasta dos años en la carne seca, salada o ahumada; en otras condiciones, puede inactivarse en un año. Además, el VEVP es resistente a los desinfectantes más comúnmente utilizados.

Periodo de incubación

El periodo de incubación generalmente es de 2 a 7 días, pero puede ser más largo si la carga viral es pequeña.

Síntomas clínicos

La EVP se caracteriza por el desarrollo de vesículas y erosiones en las patas y alrededor de la boca; los síntomas se asemejan a la fiebre aftosa y otras enfermedades vesiculares. En las primeras etapas de la formación de las vesículas, el epitelio se blanquea. Luego aparecen vesículas alrededor de las bandas coronarias, espacios interdigitales y en la piel de la parte inferior de las patas, sobre todo en las rodillas. Las vesículas pronto se rompen dejando erosiones no profundas; en ocasiones también se observan en el hocico, boca, lengua y los pezones; son relativamente raras en la cavidad bucal. Los cerdos pueden presentar temporalmente renguera o tener una disminución del apetito durante unos días, con una ligera pérdida de peso, el cual se recupera en poco tiempo. Se informó fiebre de hasta 41°C, con una duración de dos a tres días, en algunas infecciones experimentales; con otras cepas no se observó fiebre. Se han reportado signos neurológicos, pero son poco frecuentes; los síntomas pueden incluir temblores, marcha vacilante y convulsiones rítmicas de los miembros. El aborto no se observa típicamente. Cuando se producen vesículas en la banda coronaria, la pared de la pezuña se separa de los tejidos subyacentes, pero es inusual el desprendimiento completo de la pezuña.

La EVP puede ser subclínica, leve o aguda, dependiendo de la virulencia de la cepa y las condiciones de cría. Se observan lesiones más graves cuando los cerdos están encerrados en corrales de cemento húmedos, en vez de camas de paja o cuando permanecen en una pastura. Además, los síntomas son normalmente más graves en los animales jóvenes. La mayoría de los cerdos se recuperan completamente dentro de 2-3 semanas, aunque posterior a la enfermedad, una línea horizontal oscura se puede ver en las pezuñas donde el crecimiento fue interrumpido temporalmente. No suelen ocurrir muertes.

Morbilidad y mortalidad

Las tasas de morbilidad varían entre piaras. Los síntomas tienden a ser más graves en cerdos jóvenes y en los que están en pisos de cemento, particularmente cuando están húmedos. La mayoría de los brotes recientes en Europa han sido subclínicos o leves. No todos los corrales son afectados, pero en corrales individuales, la tasa de morbilidad puede alcanzar el periodo de incubación 100%. No se observan muertes.

Diagnóstico clínico

Los síntomas clínicos de la enfermedad vesicular porcina se pueden confundir fácilmente con los de la fiebre aftosa

  • Súbita aparición de cojera en varios animales de un grupo en estrecho contacto
  • Aumento de la temperatura del cuerpo de 2-4°C
  • En superficies duras se puede observar que los animales cojean, se paran con el lomo arqueado o se niegan a moverse aún en presencia de alimentos. Los animales jóvenes son los más gravemente afectados
  • Las vesículas aparecen en el hocico y a lo largo de la banda coronaria así como en los espacios interdigitales de los pies, y rara vez en el epitelio de cavidad bucal, la lengua y los pezones.
  • La ruptura de las vesículas provoca erosiones de la piel de los miembros y las bandas coronarias de los pies. Se pueden desprender las almohadillas plantares. Los cerdos, en particular los jóvenes, pueden perder el casco córneo
  • La recuperación se suele producir en un plazo de una semana, con un máximo de 3 semanas
  • Algunas cepas producen solamente síntomas clínicos moderados o son asintomáticas

Lesiones

La formación de vesículas es la única lesión conocida directamente atribuible a la infección

Diagnóstico diferencial

Prevención y profilaxis

  • No hay tratamiento
  • No hay vacunación

Profilaxis sanitaria

  • Cuarentena estricta
  • Eliminación de cerdos infectados y de cerdos que han estado en contacto con éstos
  • Prohibición de alimentar con desechos procedentes de naves o aeronaves
  • Cocción completa de los desechos
  • Control de los desplazamientos de cerdos y de los vehículos utilizados para transportarlos
  • Desinfección a fondo de los locales, los vehículos de transporte y el equipo

Profilaxis médica

El personal de laboratorio debe obrar con la misma cautela requerida para trabajar con cualquier material microbiológicamente contaminado que puede haber tenido posibilidades de causar una infección humana

Fuentes