Esclavitud en tiempos bíblicos

La esclavitud en tiempos bíblicos
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Ejecutores o responsables del hecho:
todos los pueblos del mundo en el I milenio a. n. e.: hebreos-judíos, fenicios, romanos


La Biblia contiene multitud de referencias a la esclavitud.[1] No la condena, sino que permite la práctica regulada, especialmente en el Antiguo testamento,[2] pero también en el Nuevo testamento.[3]

A los esclavos y esclavas israelitas se les ofrecía la libertad tras seis años de servicio con determinadas estipulaciones.[4][5][6] Sin embargo, si el esclavo era extranjero, él y su descendencia pertenecían a la familia dueña de forma perpetua.[7] excepto en casos determinados.[8]

La regulación de la esclavitud en la Biblia y la ausencia de una condena absoluta de la misma como institución, fue utilizada más adelante para justificar la esclavitud por los cristianos.[9][10] Los abolicionistas también han utilizado textos del Nuevo testamento para argumentar sobre la manumisión (o liberación de los esclavos bajo determinadas circunstancias).[11][12][13][14]

De acuerdo con la Biblia, los hebreos podían secuestrar a un conciudadano (hebreo) que estuviera desprotegido (sin familia ni amigos), pero tenían que liberarlo tras seis años de servicio.[15]

La esclavitud bajo la ley de Moisés

Los judíos podían ser vendidos por sus propios hermanos como sirvientes.[16]

En lo concerniente a uno de esos alquilados como sirviente, el Señor ha dicho: “No te enseñorearás de él con dureza; mas tendrás temor de tu Dios” (Lev. 25:43). Tal esclavitud era de ordinario tenida con los pobres a causa de las deudas que el hombre no podía pagar (Ex. 22:2, 3). Tal esclavo hebreo podía ser redimido por sus parientes en cualquier tiempo (Lev. 25:48, 49). Si no era redimido, era puesto en libertad después de seis años de trabajo y se le enviaba con presentes y ganados y frutos (Deut. 15:12-14). Un esclavo hebreo podía, por amor a su amo, optar no ser puesto en libertad en el año séptimo, y así convertirse en esclavo a su amo por toda su vida. Se observaba la siguiente costumbre.

La esclavitud con amos hebreos y esclavos advenedizos

La mayor parte de estos esclavos eran los capturados en tiempos de guerra vease Núm. 31:26 y Deut. 21:10) Algunos eran traídos de los mercados de esclavos extranjeros (Lev.25:21). Los extranjeros que vivían en la tierra podían llegar a ser esclavos por la misma razón que los hebreos, a través de pobreza o hurto. Tales esclavos eran tratados como propiedad del amo (Lev. 25:45). Hay indicaciones, sin embargo, que algunos de ellos fueron libertados bajo ciertas condiciones, y algunos escritores tienen la opinión que fueron libertados bajo la ley del Jubileo.

Protección a los esclavos

El Código Mosaico tiene varios reglamentos que protegen los derechos y privilegios de los esclavos. Por ejemplo, la ley del esclavo fugitivo era favorable a los esclavos y fue elaborada para protegerlos de la opresión (Deut. 23:15, 16).

Todos los privilegios religiosos de que gozaban los israelitas libres, estaban asegurados para sus esclavos, incluyendo el descanso del sábado (Ex. 20:10), el derecho para asistir en las fiestas nacionales (Deut. 16:10, 11), y el derecho para participar en las reuniones del pueblo para oír la lectura de la ley (Deut. 31:1043).

Cuando los judíos crearon la leyenda de Moisés, quien habría descargado las tablas de la ley directamente del dios Yajvé, la esclavitud era universal entre las naciones del mundo. No sería práctico terminar con ella de una sola vez. Más bien, las leyes fueron dadas para prevenir que los peores abusos y males de ella, existieran entre los judíos.

La sabiduría de tal política se ve en la influencia actual de la legislación mosaica sobre la esclavitud de los judíos. Debido a esta influencia, la esclavitud entre los judíos mismos había desaparecido casi por completo para el tiempo de Cristo y sus discípulos.

La esclavitud bajo los enemigos de Israel

Hechos cautivos en guerra por los fenicios quienes los vendieron a los griegos (Joel 3:4-6). Los filisteos también los dominaron y los entregaron a Edom (Amós 1:6). Cuando los asirios conquistaron Samaria, muchos de los judíos fueron llevados a la tierra de Asiria para servir como esclavos de las gentes (2 Reyes 17:6). Cuando Jerusalén fue destruida, los babilonios se llevaron muchos hebreos a Babilonia como esclavos en esa capital extranjera (2 Crón. 36:20). En fecha posterior, los comerciantes asirios vinieron a este campo para conseguir esclavos judíos (1 Macabeos 3:41. en el Apócrifa). Y en los días de la supremacía de Roma muchos judíos sirvieron como esclavos en el Imperio. Pero la esclavitud bajo la dominación gentil fue con seguridad en todo diferente a la esclavitud bajo la ley mosaica. Los amos fueron crueles en su mayoría y los esclavos eran oprimidos por lo general, grandemente.

La esclavitud en el Imperio romano

Se estima que la mitad de la población del Imperio, o cerca de sesenta millones de personas, estaban esclavizadas. Los propietarios de esclavos se hicieron brutales, y los esclavos mismos no tenían esperanza, pues muchos de ellos estaban corrompidos. La mayor parte de estos esclavos habían sido conquistados en guerra. Algunos de los cautivos eran mas educados que sus captores. Sucedió así que algunas veces los esclavos griegos se convirtieron en maestros de escuela para los familiares de sus amos.

La ley romana y el esclavo

Bajo la ley romana, el esclavo no tenía los derechos, o tal protección como la que se disfrutaba bajo la ley hebrea. El amo podía mandar crucificar a un esclavo por cualquiera razón. Augusto César mandó crucificar treinta mil esclavos durante su reinado. Un esclavo que robaba podía ser marcado en la cara por su amo con las letras C. F., que representaban las palabras “cave furem”, que querían decir ‘he aquí al ladrón’.

En el caso de esclavos que se escapaban, si eran aprehendidos, su amo podía marcarlos, aumentarles la labor acostumbrada, o podía mandarlos matar si así lo deseaba. La ley le permitía ser reinstalado con misericordia, por la intercesión de un amigo especial del amo.

Según las cartas de Saulo de Tarso (quien se hacía llamar “el Apóstol Pablo”), el autor intercedió ante su amigo, el ciudadano romano Filemón, en favor del esclavo escapado, Onésimo. La Carta a Filemón es el ruego de Pablo a su amigo en favor del esclavo convertido.

Actitud de los apóstoles hacia la esclavitud en el Imperio romano

No trataron de quitar ese mal terrible inmediatamente. Esto habría sido una tarea sin esperanza, y tal pretensión habría sido sin duda aplastada por la mano de hierro de Roma. Más bien ellos se satisfacían con predicar los principios cristianos, y predicar el evangelio de la liberación del pecado de tal manera que el resultado llegara a ser la abolición de la esclavitud humana a través del poder conquistador de Cristo.

Uso en el Nuevo Testamento de la palabra "esclavo" con relación a Cristo

En vista de la manera cómo eran tratados los esclavos con frecuencia en el primer siglo, es interesante que los apóstoles una y otra vez se llamaron a sí mismos los esclavos de Cristo.

Pablo se refiere a él mismo (Rom. 1:1 y Fil. 1:1), Santiago, Pedro y Judas hacen lo mismo (Sant. 1:1; 2 Ped. 1:1; Judas 1). Ser esclavo de Cristo era ser libertado para Dios (1 Cor. 7:22). Por supuesto, algunos de estos esclavos del primer siglo eran tratados como amigos en quienes se depositaba la confianza, amando ellos realmente a sus amos y sirviéndoles fielmente. Este es el cuadro de los verdaderos creyentes con relación a Cristo. Cristo es el verdadero dueño de los cristianos, que se consideran sus esclavos amantes y voluntarios.

Fuentes