Esteatosis hepática

Esteatosis hepática
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Popularmente conocida como hígado graso, esta enfermedad, relacionada con el consumo de alcohol, consiste en una acumulación de triglicéridos en el hígado. Con el debido tratamiento se puede revertir.
Región de origen:Hígado

La esteatosis hepática, popularmente conocida como hígado graso, consiste en una acumulación de triglicéridos en el hígado. El órgano aumenta de tamaño y aparecen gotas de grasa dispersas por todo el tejido hepático, que pueden verse a simple vista.

La afección ocurre, sobre todo, tras un consumo excesivo de alcohol; incluso se ha observado esta anomalía en un 90% de los individuos con alcoholismo crónico. Sin embargo, también existe la esteatosis hepática no alcohólica, y en este caso la afección no está relacionada con el consumo de alcohol y puede aparecer en pacientes abstemios o sin historial de consumo importante de alcohol. Salvo complicaciones, se trata de un proceso benigno y reversible que, con el debido tratamiento, no provoca daño al hígado.

Causas y factores de riesgo de la esteatosis hepática

Como hemos comentado, frecuentemente el hígado graso está asociado al alcoholismo crónico, pero hay otras causas que originan el trastorno, así como diversos factores de riesgo que incrementan las posibilidades de padecerlo como:

  • Diabetes mellitus: ocurre en la mitad de los pacientes con DM tipo II.
  • Obesidad: el 60-90% de las personas con obesidad importante acaban desarrollando esteatosis hepática.
  • Diverticulosis: presencia de divertículos en el intestino.
  • Antecedentes familiares de esteatosis hepática.
  • Síndrome metabólico.
  • Hepatitis C crónica.
  • Nutrición deficiente: se han descrito casos de esteatosis en pacientes con inanición prolongada y con malnutrición proteico-calórica.
  • Fármacos: tetraciclinas por vía intravenosa, corticosteroides, tamoxifeno, metotrexato, ácido valproico, etc.
  • Exposición a agentes tóxicos: como el tetracloruro de carbono (que se usa como líquido refrigerante).
  • Embarazo: esteatosis hepática aguda del embarazo, una complicación muy rara y cuya causa se desconoce.

Síntomas

Los pacientes con esteatosis hepática suelen presentar una serie de síntomas inespecíficos como:

Sin embargo, hasta en un 30% de los casos, el paciente se encuentra totalmente asintomático. En estos casos, la esteatosis hepática se descubre gracias a algún análisis casual solicitado por el médico de cabecera, o por cualquier otra consulta. En los casos en los que la causa sea el alcoholismo, el enfermo despide un intenso olor a etanol y puede presentar rojez facial y ocular, excitación, temblor o, incluso, una intoxicación etílica evidente.

En pacientes más graves pueden observarse dolores intensos en la zona superior del abdomen y desarrollar incluso una insuficiencia hepática aguda. Si la enfermedad evoluciona en el tiempo, sin tratamiento, puede acabar apareciendo carcinoma hepatocelular, cirrosis y hepatitis fulminante.

Diagnóstico

Debe sospecharse que existe esteatosis hepática ante cualquier paciente con un elevado consumo de alcohol o con obesidad muy marcada. Para confirmar el diagnóstico de hígado graso se realizan las siguientes pruebas:

* Análisis de sangre: deben valorarse las enzimas hepáticas, ya que son de los primeros parámetros que se elevan en caso de que el hígado esté dañado. Estas enzimas son la bilirrubina y las transaminasas (GOT y GPT).

La alteración de estos valores en la analítica determina el estado del hígado, pero no confirma que la causa del fallo sea una esteatosis hepática, por lo que son necesarias pruebas posteriores.

* Ecografía abdominal: como la analítica de sangre detecta la lesión hepática, pero no la causa de la misma, una ecografía, en la que se observan tanto el hígado como las estructuras colindantes, servirá para determinar si la causa de la alteración tiene su origen en el tejido hepático o en la vía biliar.

* TAC y RMN: si con la ecografía no se termina de ver bien el hígado, se recurre a estas pruebas, que definen mejor un aumento de la grasa hepática. Sin embargo, estas técnicas tienen un coste sanitario muy elevado, por lo que sólo se emplean en el caso de que las pruebas anteriores no hayan conseguido un diagnóstico definitivo y el paciente siga presentando las manifestaciones clínicas descritas en el apartado síntomas.

* Biopsia hepática: es la prueba definitiva para establecer el diagnóstico de esteatosis hepática. Se toma una muestra de tejido del hígado para, posteriormente, estudiarla en el laboratorio. Con la biopsia también se puede determinar si la causa de la esteatosis es la ingesta etílica o no.

Tratamiento

En un primer momento el tratamiento de la esteatosis hepática se basa en resolver la causa del problema. Por lo tanto, es imprescindible abandonar el consumo de alcohol y evitar la exposición a agentes tóxicos y a medicamentos hepatotóxicos. Se ha comprobado que la grasa hepática comienza a desaparecer en tres o cuatro semanas tras eliminar el consumo de alcohol.

En el caso de que el paciente con hígado graso presente también cierto grado de obesidad, la reducción de peso puede asociarse a la remisión de las gotas de grasa y la normalización de los niveles de transaminasas en la sangre.

Si el paciente es diabético, es fundamental que tenga un buen control de la enfermedad, con una dieta equilibrada, y los fármacos que le haya indicado el médico para el tratamiento de la diabetes.

Normalmente, con el control de las causas que han provocado la aparición de la esteatosis se consigue la remisión del cuadro. En ocasiones puede ser necesario algún fármaco, pero estos van dirigidos únicamente a tratar los síntomas, para intentar no sobrecargar el hígado y conseguir que el paciente disfrute de una buena calidad de vida mientras dure su enfermedad.

Tras unas cuatro semanas de control de los factores desencadenantes, se reevalúa al paciente con ecografía y biopsia.

Prevención

La mejor forma de prevenir el hígado graso, es evitar los factores de riesgo que propician su aparición, modificando el estilo de vida en aquellos casos en que sea preciso. Las recomendaciones son:

  • No consumir alcohol, especialmente si se tienen antecedentes familiares de esteatosis hepática o alguna otra patología que afecte al hígado.
  • Mantener un peso adecuado; el sobrepeso y la obesidad, y especialmente acumular grasa abdominal (obesidad central), se asocian frecuentemente con la esteatosis.
  • Llevar una dieta equilibrada y practicar ejercicio regularmente.
  • Controlar la diabetes correctamente, de acuerdo a las indicaciones del médico, en el caso de que se padezca esta enfermedad.
  • No automedicarse, y consultar con el médico cualquier síntoma o anomalía que se relacione con un tratamiento farmacológico que esté siguiendo el paciente.

Fuente

http://www.webconsultas.com/esteatosis-hepatica/esteatosis-hepatica-3516