Fausto Frontera
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Fausto Frontera. Violinista y compositor argentino.
Síntesis biográfica
Fausto Frontera, violinista y compositor nace en Buenos Aires, Argentina, el 11 de marzo de 1898. A los doce años debuta accidentalmente en el Café El Capuchino, de un tal Don Francisco, en la calle Carlos Calvo, con una orquesta en la cual toca Ricardo Brignolo.
Trayectoria
En 1914 corre y alguien lo busca para que con su instrumento ingresa a la orquesta de un barco francés cuyo violinista se enferma; así toma rumbo a Marsella y una vez en esta ciudad decide llegar hasta París. En la Ville Lumiere se encuentra con Celestino Ferrer, Vicente Loduca, Güerino Filipotto y otros músicos argentinos, que luchan ahí por el tango. Actúa en varietés y pasea luego por Italia y España.
Fausto Frontera regresa a fines de ese año trabajando en numerosos lugares de la capital, cafés sobre todo, con orquestas mediocres, hasta dar el salto de actuar con Eduardo Arolas en un café de la calle Pozos, frente a los cuarteles. Después integra las de Juan Maglio (Pacho), Pepino Marmón, Juan Carlos Cobián, Anselmo Aieta, Carlos Vicente Geroni Flores, Típica Victor y otras en años sucesivos.
Locales en que toca su violín se cuentan, entre muchos más, a los cafés San Martín, Minerva, Colón (de Flores), Benigno, Central, club Belgrano, Maipú Pigall, Abdulla Club, Tabarín, etc.
En 1916, se inicia como compositor con el tango “Art nouveau” al que agrega éxitos como el vals “Cortando camino”, con versos de Enrique Cadícamo; “Mi traje de novia” y “Gran señor” con el mismo letrista, grabados por Rosita Quiroga; “Rey de copas”, “Tradición”, “Pobrecitas mujeres”, “¡Qué torcido andas, Julián!”, “Atavismo”, “Carambola”, “Recóndita”, “Hilos de plata”, “Oye mujer”, “Palomita loca”, “No te salgas de la huella”, y entre muchos más, sus perennes tangos “Tabernero (El tabernero)” y “Callejera” que hiciera en colaboración con Raúl Costa Oliveri, Miguel Cafre y Enrique Cadícamo respectivamente, y dejara en discos Carlos Gardel, cuyas grabaciones tienen sus anécdotas.
En 1923 tiene su orquesta de su nombre para unos carnavales y en 1924 es el encargado de los conjuntos musicales de la radio LOY, hoy Belgrano.
En 1925 tiene el mismo menester en la LOJ, Radio El Abuelito, de la cual es uno de sus patrones la actriz Angelina Pagano.
En 1935 estando en el Teatro Broadway con Francisco Lomuto en los carnavales, se retira colgando el violín.
Un día le lleva a Gardel a quien conocía del tiempo del restaurante O'Rondeman en el barrio del Abasto, “Tabernero (El tabernero)” pero el cantor se niega a grabarlo argumentando que no podía hacerlo tan bien como Cafre, su coautor: «No lo podré hacer como lo hace Miguel. Además la letra poco me gusta, le dijo. Pasa el tiempo y Gardel llega a Barcelona en 1927. Al otro día de su arribo, para movilizarse toma un taxi y su chofer empieza a canturrear un tango. Para el oído el Zorzal y sin esperar más pregunta: Oiga, ¿es un tango español ése?. Y aquél con su natural gracejo catalán lo saca de la duda: ¿Qué español?... argentino y se llama “Tabernero”. Es popular en España y por eso ahí lo graba en esos días con la ayuda de sus guitarristas que bien lo conocen.
En cuanto a “Callejera”, Gardel lo graba por casualidad. El gran compositor Carlos V. G]. Flores se compromete con el cantor a llevarle una canción y a verlo a la casa Max Glücksmann donde aquél lo espera.
Como actúan juntos, acompaña a Flores. Maestro, así trata Carlitos al pianista, «¿Me trajo aquello que le pedí?». «Vine precisamente por eso. Como Corsini la ve y le gusta, no sé si Ud...». Carlos Gardel no lo deja terminar: «Bueno, deme otra cosa que tengo que cumplir hoy y de todo lo que me han traído no hay una que valga la pena». Él intercede entonces: Carlos... aquí tengo un tango, a ver si te gusta». Gardel lo toma, lo mira, lo lee y exclama: «¡Huy! ¡Qué bueno!. La letra es del Cafiolo, así llama Carlitos a Cadícamo. Este sí que lo hago». Y así fue.
Carlos Gardel le lleva a la cera, según él, una milonga intitulada “La curdela” con una letra tan extensa que no cabía en el disco. Al terminar el mismo, Carlitos seguía cantando y al advertírsele, ordena romperlo negándose acortarla y grabar de nuevo. Se malogra así lo que pudo haber sido una gran creación.
Muerte
Fausto Frontera fallece el 24 de mayo de 1982, en Buenos Aires, Argentina.
