Francisco Zumel
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Francisco Zumel. Teólogo español. Conocido por sus polémicas con los molinistas defendiendo la premoción con variantes respecto a Domingo Báñez, a quien también consideraba excesivo en la fundamentación de la voluntad. Las obras de Zumel están escritas en latín y algunas de ellas permanecen custodiadas por la biblioteca del Vaticano y sin publicar.
Síntesis biográfica
Nacido en Palencia en 1540, profesó en la Orden de la Merced en 1556. Desde 1561 hasta 1567 cursó estudios teológicos en la Universidad de Salamanca, institución en la que posteriormente ocupó las cátedras de Física y de Filosofía Moral.
Labor realizada
Fue ascendiendo en el seno de la orden mercedaria, de la cual fue nombrado provincial para los territorios de Castilla y Portugal (1585) y general (1593). Su obra debe encuadrarse dentro de la tradición del escolasticismo clásico, aun cuando algunas de sus teorías tuvieron un matiz original, como es el caso de sus análisis del concepto de libertad.
Su más importante aportación teórica se situó en la llamada controversia de auxiliis, que planteaba los principios de la libertad de los actos humanos en su relación con la omnipotencia divina. Zumel se adscribió a la postura planteada por el dominico Domingo Báñez, defendiendo el concepto de premonición física, aunque no fue tan radical como éste al fundamentar el carácter voluntario de los actos humanos en la voluntad de Dios. También escribió unos Comentarios a la Summa Theologiae de santo Tomás de Aquino.
Sus obras más representativas son: Comentarios a la «Suma teológica» de santo Tomás y tres tomos de Disputationes en torno a las controversias de auxiliis.
Muerte
Falleció en 1607 en Salamanca.
Méritos a su labor
Los méritos de este fraile, fueron notorios en su época, dentro de La Orden mercedaria en la Reconquista española, puesto que era militar a la vez que religiosa.Este prestigio militar lo mantuvo a lo largo de su existencia. Fray Francisco Zumel llegó a alcanzar el grado de General de la Orden en 1593, al servicio de Felipe II. Dado este poder militar, tuvo un papel relevante en la reorientación de la Orden hacia la redención de cautivos de guerra y civiles, fin para el que fue creada la Merced.
