Friné

Friné
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Obra: El juicio de Friné (Jean-Léon Gérôme)
NombreMnésareté
Nacimiento328 a.C
Taspias en la Beocia, Antigua Grecia
Otros nombresFriné de Tebas

Friné de Tebas. Fue una de las más conocidas hetaira griegas del siglo IV, que deleitaba a los hombres no solamente en el sexo sino con charlas, poemas, danza y música.

Nacida en Taspias en la Beocia (departamentos griegos (nomos) de Ática y Beocia. El beocio era un pueblo eolio que procedía de Tesalia), al rededor de año 328 a.C.. Su nombre era Mnésareté (que significa "conmemoradora de la virtud")[1]de origen humilde, en sus inicios se dedicó a ser vendedora ambulante y pastora, hasta que por su belleza un admirador la llevó a Atenas para que estudiara en la escuela de hetarias, donde recibió una variada educación que le permitió aumentar sus conocimientos en arte y filosofía, dándole la oportunidad de participar en cualquier tipo de conversación.

Anécdotas que pasaron a la historia

Friné fue recordada en la historia por tres anécdotas relacionadas con ella:

Afrodita de Cnido, de Praxiteles
  • Producto a su belleza, se dice que sirvió de modelo para la Afrodita de Cnido de Práxiteles, era comparada seguidamente con la diosa por su belleza, por esto y por haber asistido como iniciada en los Misterios de Eléusis dedicados a Démeter, decidiendo revelar los ritos ocultos que había realizado en el telesterion, el recinto sagrado,[1]por lo que fue acusada de impiedad por Eutias, acusación que se consideraba grave y se pagaba con la pena de muerte. Praxíteles buscó al orador Hiperides para que fuera su defensor, quien al ver que sus palabras no ocasionaban el efecto deseado en los jueces, decidió apelar a la última idea en su mente, mostrar al conglomerado la belleza física de la mujer haciendo caer el velo que le cubría el cuerpo ante todos en la sala del juicio mientras expresaba:
    "¿Como puede ser impía una mujer que tiene formas de diosa?" "Piedad para la belleza!"[2]
    Admirados por la hermosura perfecta de la mujer, los miembros del tribunal la absolvieron por unanimidad. Irritado por ello Eutias ya no presentó otra acusación. Y una vez absuelta se promulgó una ley para que ningún abogado empleara los lamentos en defensa de alguien y que los jueces contemplaran al acusado o a la acusada al emitir sentencia. De esta mujer, el gramático griego Ateneo dijo:
    “Era bella sobre todo en lo que no se ve”.
    Temiendo una nueva acusación, no solamente se privó de tomar parte en las fiestas y ceremonias religiosas, sino que se dedicó además a ganar partidarios y a crearse amigos en el seno del Areópago.[3]
  • En una ocasión el escultor Praxíteles le dice a Friné que escoja una de sus obras como regalo, la mujer al no saber nada sobre el tema desconocía cuál de ellas era la mejor, por lo que decidió mandar a un sirviente un día a casa de su amante durante la comida gritando que el taller se estaba quemando, al escultor gritar ¡Salven a mi Eros!, Friné supo qué escultura quería para ella. Friné dio esta gran obra de arte a su ciudad natal; Calígula mandó a arrebatarla de Tespias y transportarla a Roma, pero Claudio ordenó en unos de sus juicios de pretor restituir el Cupido a los tespianos para aplacar a los manes de Fridé, decía la sentencia; luego Nerón la hizo traer de nuevo a Roma.[4]
  • Las riquezas que Friné había adquirido procedente de los regalos de sus acaudalados y famosos amantes era tan grande que los poetas cómicos Timocles en su Neera, Amfis en su Kouris y Posidipes en Efesiana hablaron del escándalo de su opulencia. Aun así su dinero fue utilizado para edificar monumentos públicos, especialmente en Corinto[3]. Luego de que Alejandro Magno dejara destruidas las murallas de Tebas, la hetaira prometía cercar a Tebas con muros, con la condición de que los tebanis escribieran en una inscripción diciendo: Alejandro las derribó y Friné la hetera, las reconstruyó[5]

Obras que inspiró

Su belleza era tanta que fue musa y modelo de varios artistas. Praxiteles se servía de ella para crear sus estatuas de Venus; Apeles al verla durante las fiestas de Neptuno cerca de Eleusis, saliendo del mar desnuda, quedó impregnado de su hermosura y tomó de esa imagen la idea del cuadro que también representaba a Venus al salir de las aguas.[6]

Una de las obras inspiradas en el cuerpo de Friné fue colocada en el Templo de Delfos, entre las estatuas de Arquídamas, rey de Esparta, y de Filipo, el hijo de Armitas y rey de Macedonia, con la inscripción: Frine, hija de Epicles, de Tespias.

En la literatura es citada por algunos escritores, como es el caso del poeta Rubén Darío en su Poema del otoño y en el soneto 95 (título:Toma venganza de la lascivia la penitencia de la riqueza desperdiciada, y ahora la mesma lascivia en ídolo su arrepentimiento) de la obra Parnaso Español escrita por Francisco de Quevedo y Villegas.

Si Venus hizo de oro a Fryne bella,
en pago a Venus hizo de oro Fryne
porque el lascivo corazón se incline
al precio de sus culpas como a ella.

Adore sus tesoros, si los huella
el desperdicio, y tarde ya, los gime:
que tal castigo y penitencia oprime
a quien abrasa femenil centella.

En pálida hermosura, enriquecidas
sus facciones, dio vida a su figura
Fidias, a quien prestó sus manos Midas.

Arde en metal precioso su blancura;
veneren, pues les cuesta seso y vidas,
los griegos su pecado y su locura.

Referencias

Fuentes