Fuego Salvaje

Pseudomonas syringae pv. tabaci
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Nombre Científico:'
Reino:Plantae
Clase:Zymobacteria
Orden:Pseudomonadales
Familia:Pseudomonadaceae

Fuego salvaje (Pseudomonas syringae pv. tabaci) Se señala entre las enfermedades más dañinas en el cultivo del tabaco, por su rápida diseminación. La infección del patógeno se produce a través de los estomas, y en condiciones favorables se necesitan solamente 48 horas para la aparición de los primeros síntomas, que consisten en manchas circulares rodeadas por un halo clorótico. Existen hasta la fecha tres razas del patógeno que difieren por su agresividad. Una de las principales vías de diseminación es mediante la semilla y puede permanecer en ella por más de un año, puede sobrevivir en el suelo o sobre el material vegetativo, sobre todo cuando este último está seco. Puede vivir saprofíticamente por largos periodos en las raíces de otras plantas en ausencia de tabaco. La aplicación de productos químicos, antibióticos, el uso de variedades resistentes, así como la rotación de cultivos, son formas de combatir la enfermedad una vez introducida.

Reseña histórica

El fuego salvaje se señala entre las enfermedades más dañinas en el cultivo por su rápida diseminación. La infección del patógeno se produce a través de los estomas y en condiciones favorables sólo se necesitan 48 horas para la aparición de los primeros síntomas. En 1917 apareció el primer reporte sobre esta enfermedad bacteriana en el cultivo del tabaco (Wolf F.A and Foster A.C, 1917), y resultó impresionante la devastadora acción de este patógeno sobre el cultivo. La alarma que causó entre los productores de Virginia y Carolina del Norte en 1917 convirtió la enfermedad en la más destructora de la época. Tres años bastaron para convertirse en azote de los principales productores del tabaco del mundo (Lucas J.G., 1965|). Entre 1921 y 1950 varios autores estimaron las pérdidas producidas por Pseudomonas syringae pv. tabaci en 22 millones de libras en Virginia y 75% de afectación al tabaco Burley en los estados americanos de Tennesse y Kentucky (Heggestad H.E., 1948). En 1944, Valleau informó sobre un brote en Kentucky considerado el peor en 30 años.

Actualmente su capacidad destructiva es comparada con la del Moho Azul y asciende a millones de dólares.

Ubicación taxonómica

Agente causal: Pseudomonas syringae pv tabaci (Wolt & Foster) Young et al.

Posición taxonómica

Otros nombres

Estirpes y variabilidad

La subdivisión en razas a que está sometida Pseudomonas syringae pv tabacise basa en el rango de hospedantes y los síntomas que estos provocan. Para esta bacteria se han identificado hasta la fecha tres razas: Raza O para las estirpes de la bacteria que infectan variedades que no contienen resistencia proveniente de Nicotiana longiflora (Clayton E. E., 1947); Raza 1 patogénica en variedades que contienen resistencia proveniente de Nicotiana longiflora o que no contengan resistencia derivada deN. rusticay recientemente se ha designado una segunda raza (Raza 2) para estirpes aisladas (Tox + y Tox -) en Zimbabwe, que afectan las dos líneas que hasta ahora han conferido resistencia. La caracterización patogénica de esta nueva raza describe estirpes Tox+ con presencia de halo clorótico, lesiones de hipersensibilidad y necróticas y estirpes Tox - que producen lesiones de hipersensibilidad y ausencia de clorosis.

De los 58 aislados obtenidos con estas características, 38 fueron Tox+ y 20 Tox -. Un 66 % de los aislados Tox+ y un 70 % de los aislados Tox – colonizaron eficientemente variedades resistentes a Raza 0 y 1 (Mapuranga N.,1998).
Para la caracterización de las razas 0 y 1de Pseudomonas syringae pv. tabaci se utilizan las variedades de tabaco Havana 142 (susceptible a las dos razas), Havana 503 (susceptible a la raza 1 pero resistente a la 0),Havana 615 (resistente a las dos razas, pero que contiene del 5 % al 10 % de plantas sensibles a la raza 1) y Nicotiana rustica (resistente a las dos razas) (Knoche K.K., 1994).

Sintomatología

El Fuego Salvaje es una enfermedad que afecta tanto al semillero como a la plantación. El síntoma más común e inconfundible consiste en lesiones redondas de 0.5 cm a 1.0 cm de diámetro, verde amarillas o cloróticas con centros necróticos. Inicialmente la lesión aparece como una mancha circular verde amarilla que con el avance de la enfermedad se expande tornándose clorótica y con centro en franca necrosis. Según la virulencia de la cepa en cuestión, estos síntomas pueden evolucionar en sólo 24 a 48 horas. Los halos necróticos y la clorosis aumentan de tamaño hasta alcanzar de 2 cm a 3 cm de diámetro y fundirse con manchas adyacentes, para formar áreas grandes e irregulares de tejido necrótico que pueden involucrar una porción grande de la hoja.

Otros síntomas menos frecuentes de la enfermedad, van desde el desarrollo de clorosis sin necrosis hasta la quemazón total de la hoja sin la presencia de clorosis. En tiempo seco las áreas necróticas permanecen intactas, aunque se produce un torcimiento y deformación de la hoja. En periodos húmedos la enfermedad puede aparecer como una putrefacción acuosa, causar un total derrumbamiento de las hojas más bajas y la muerte de la planta. Los síntomas descritos aparecen con menos frecuencia en flores, pecíolos, tallos y semillas. En la corola, el cáliz y las cápsulas de la semilla, las lesiones se manifiestan como pequeños puntos irregulares necróticos o como manchas acuosas que después adquieren un color parduzco. En los tallos pueden observarse puntos hundidos de color blanco o parduzco con o sin halo clorótico alrededor (Lucas, G.B, 1965).

Las plántulas de tabaco afectadas generalmente mueren en el semillero y las menos afectadas, quedan tan débiles que no sobreviven al trasplante. Las plántulas aparentemente sanas, tras sobrepasar el ataque de Pseudomonas syringae pv. tabaci y que logran sobrevivir, disminuyen la calidad y el rendimiento de las plantaciones (Nyvall, R.F, 1989).

De forma general, las pérdidas provocadas por Fuego Salvaje se deben fundamentalmente a la clorosis, desecación, pudrición, deformación o caída de las hojas y al lento desarrollo de la planta de tabaco.

Rango de hospedantes

Desde la década del 20 del pasado siglo XX la lista de hospedantes naturales ha aumentado y debido a las características de la bacteria, se supone aún más rica. La misma incluye la soya (Glycine Max L Mern), el frijol (Phaseolus vulgaris) y varias malezas como el pimiento de agua (Polygonum hydropiper L), bolsa de pastor (Capsella borsa-pastoris L), hierba mora (Solanum nigrum L var. americanum ''), arrocillo ([[Echinochloa crusgalli L), diente de león (Taraxacum officinale ), Desmodium canum, Ipomea sp, Vigna sinensis, Atropa belladona y Nicandra physaloides. Johnson J. et al. (1924) emplearon cultivos virulentos de Pseudomonas syringae pv. tabaci y lograron la infección en especies de 24 familias de plantas. Entre las solanáceas, además del tabaco, lograron la infección del pimiento, la berenjena, la papa, el tomate y la cereza (Physalis grandiflora).

El rango de hospedantes descrito por estos autores comprende cuatro especies de cucurbitáceas, 13 leguminosas, 11 gramíneas, 7 crucíferas, 6 compositáceas, 5 poligonáceas, 5 malváceas y 2 umbeliferáceas. En plantas cultivables los autores describieron la infección en el melón, la sandía, la calabaza, el pepino, el fríjol, el guisante, el cacahuete, la soya, la alfalfa, el trigo, la avena, el centeno, la cebada, la berza, el nabo, el rábano, la mostaza, la lechuga, la remolacha, la espinaca, la zanahoria, y el algodón. Entre las especies de Nicotiana (N.), señalaron Nicotiana alata grandiflora, Nicotiana angustifolia, Nicotiana atropurpureum, Nicotiana vigelovii, Nicotiana caliciflora, Nicotiana campanulata, Nicotiana chinensis, Nicotiana glutinosa, Nicotiana langsdorffii, Nicotiana laterrima, Nicotiana sylvestris y Nicotiana trigonophylla. Anderson (1925) realizó similar experimento con 41 variedades de Nicotiana tabacum y confirmó los resultados obtenidos por Johnson J. et al. (1924), incluyendo además otras especies susceptibles: Nicotiana colosea, Nicotiana longiflora, Nicotiana plumbaginifolia, Nicotiana quadrivalvis, Nicotiana sanderaey Nicotiana wigandoides. También se describe a las especies Nicotiana alata, Nicotiana attenata, Nicotiana nudicaulis, Nicotiana repanda, y Nicotiana rustica como altamente resistentes. La gran cantidad de conocimientos acumulados hasta la fecha indican que el tabaco es el hospedante principal de Pseudomonas syringae pv. tabaci, mientras que en otras plantas la bacteria constituye un parásito primario menos virulento o un hospedante que garantiza la hibernación del patógeno.

En este sentido Valleau et al. (1944) demostraron en los años 40 del siglo XX que la bacteria se multiplica en la superficie de las raíces de varias plantas cultivadas y silvestres, donde sobrevive durante todo el año, por lo que se pudiera considerar a Pseudomonas syringae pv. tabaci un habitante del suelo. Se ha comprobado la prevalencia de este patógeno en cultivos sembrados entre campañas o en cultivos utilizados en la rotación como el trigo, cebada y la avena. Debe destacarse que la mayoría de las especies cultivadas, informadas como hospedantes, han sido identificadas como tal mediante inoculación artificial. En condiciones naturales la bacteria ha sido detectada en la soya, el fríjol y la cebada.

Detección y diagnóstico

El diagnóstico presuntivo de la enfermedad se realiza mediante la observación de los síntomas y el examen al microscopio de las lesiones donde deben encontrarse numerosos bacilos. No se dispone hasta la fecha de kits comerciales basados en técnicas serológicas o moleculares que garanticen un rápido diagnóstico masivo, a pesar de que varios laboratorios han desarrollado, con propósitos investigativos, metodologías para la identificación de Pseudomonas syringae pv. tabaci mediante la reacción en cadena de la polimerasa (Lydon J. and Patterson C.D, 2001).

El desarrollo de técnicas moleculares cobra cada vez más importancia por la existencia de razas de Pseudomonas syringae pv. tabaci, cuya caracterización se realiza mediante pruebas de patogenicidad que emplean variedades diferenciadoras. Hasta la fecha, el diagnóstico se realiza a partir del aislamiento del patógeno de tejidos enfermos y los estudios morfoculturales y bioquímicos de los aislados.

Medidas de control

El control del Fuego Salvaje es difícil e incluye en primer lugar el uso de variedades resistentes, plaguicidas químicos y antibióticos. Por esta razón las medidas de carácter legislativo como las cuarentenarias, la vigilancia fitosanitaria y la capacitación de personal deben constituir medidas de primer orden en el combate contra la enfermedad. El Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades no pretende exterminar las mismas, sino simplemente mantener un determinado nivel de equilibrio que no ponga en riesgo el cultivo.

El arma principal en la lucha contra las pérdidas provocadas por el Fuego Salvaje es el uso de variedades resistentes. Estas variedades existen por lo que los esfuerzos deben concentrarse en lograr, a partir de ellas, los estándares exigidos por el mercado para ser introducidas rápidamente en la producción.

Fuentes

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