Gnosticismo moderno

Gnosticismo moderno
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Concepto:Es la suma de movimientos religiosos, en su mayoría relacionados con la nueva era, que están más o menos basados en el gnosticismo original, del siglo II.

Se llama gnosticismo moderno a los variados movimientos religiosos ―en su mayoría fuertemente relacionados con la nueva era y la astrología―, que están vagamente basados en el gnosticismo original, del siglo II.

El gnosticismo original incluye una variedad de movimientos religiosos, en su mayoría cristianos, generados en las antiguas sociedades helenísticas en torno al mar Mediterráneo. Aunque los orígenes están en disputa, la mayoría de estos movimientos florecieron aproximadamente desde el momento de la fundación del cristianismo (a fines del siglo I) hasta el siglo IV, cuando los escritos y las actividades de estos grupos ―que los obispos de la primitiva Iglesia católica consideraron herejes o paganos― fueron reprimidos de manera activa. Durante muchos siglos, la única información disponible sobre estos movimientos fueron las críticas publicaddas por los que escribían contra esas ideas, y las pocas citas conservadas en dichos trabajos.

En el siglo XIX se publicaron estudios populares que hicieron uso de textos recientemente redescubiertos. En este período, en Francia también hubo una reactivación del movimiento religioso gnóstico. La aparición en 1945 de la antiquísima biblioteca de Nag Hammadi (del siglo II) en el sur de Egipto aumentó considerablemente la cantidad de textos disponibles acerca del gnosticismo original.

Siglo XVIII

En 1769, el famoso explorador y geógrafo escocés James Bruce de Kinnaird (1730-1794) compró el Códice Bruce en el Alto Egipto, y lo llevó a Inglaterra. En 1842 fue donado a la Biblioteca Bodleiana (en la Universidad de Oxford).

En algún momento antes de 1785, el Museo Británico compró a los herederos del Dr. Askew el Códice Askew (también conocido como Pistis Sophia). En 1851, M. G. Schwartze publicó el texto original en latín y su traducción al inglés (realizada por la Comisión del Codex Askew).

Fines del siglo XIX

En el siglo XIX empezaron a publicarse estudios populares que hacían uso de materiales originales recientemente redescubiertos. En este período también se reactivó el movimiento religioso gnóstico en Francia.

En 1896 se descubrió el Berlín Códex (también conocido como Codex Akhmim), escrito en idioma copto, pero fue redescubierto y difundido recién en el siglo XX.

Charles William King

El escritor británico Charles William King (1818-1888),[1] en The gnostics and their remains (‘los gnósticos y sus restos’, 1864) se propuso demostrar que ―lejos de ser una herejía occidental―, los orígenes del gnosticismo se encontrarían en el budismo.

Esta teoría fue aceptada por la escritora ocultista Madame Blavatsky (1831-1891) ―quien la consideró plausible―, pero fue rechazada por G. R. S. Mead (George Robert Stow Mead, 1863-1933) ―quien consideró que el trabajo de King «carecía de la rigurosidad del especialista»― (según Goodrick-Clarke, 2005, págs. 8-9).[2]

Madame Blavatsky

Diversos ocultistas occidentales retomaron la terminología gnóstica en mayor o menor medida, incluyendo a Helena Blavatsky (1831-1891), quien cofundó la Sociedad Teosófica. Ella escribió mucho acerca de las ideas del gnosticismo original. Una recopilación de sus textos acerca del gnosticismo tiene unas 270 páginas de longitud (según Hoeller, 2002, pág. 167).[3] En su texto Isis develada, Madam Blavatsky citó abundantemente la primera edición del The gnostics and their remains, de Charles W. King.

George R. S. Mead

En 1884, el escritor y traductor británico G. R. S. Mead (George Robert Stow Mead, 1863-1933) se convirtió en miembro de la Sociedad Teosófica de Madame Blavatsky. En 1889 abandonó la profesión docente para convertirse en secretario privado de Blavatsky, hasta la muerte de ella en 1891 (según Goodrick-Clarke, 2005, pág. 8).[2]

En 1890, Mead publicó en varios artículos en la revista Lucifer la primera traducción al inglés del texto Pistis Sophia. En un artículo publicado en 1891 ―en un momento en que la teosofía se dirigía principalmente a los textos de Oriente―, Mead argumentó a favor de recuperar la literatura y el pensamiento de Occidente. Él consideraba que esta recuperación de perdidas tradiciones occidentales antiguas sería un trabajo de interpretación y haría una tardía justicia a los «paganos» y «herejes», los denostados y perseguidos pioneros del progreso» (según Goodrick-Clarke, 2005, págs. 56-57).[2] Esta sería la dirección que tomaría su propio trabajo.

En 1896 apareció la primera edición de su traducción del Pistis Sophia. Entre 1896 y 1898, Mead publicó otra serie de artículos en el mismo periódico, «Among the gnostics of the first two centuries», que sentó las bases para su monumental compendio Fragments of a faith forgotten (‘fragmentos de una fe olvidada’) en 1900. Mead publicó una serie de traducciones del Corpus herméticum entre 1900 y 1905. Al año siguiente publicó Thrice-Greatest Hermes (Hermes Trimegisto, tres veces más grande’) un enorme tratado completo de tres volúmenes. Su serie Echoes of the gnosis (‘ecos de la gnosis’) se publicó en 12 libritos en 1908. Cuando dejó la Sociedad Teosófica en 1909, había publicado muchas influyentes traducciones, comentarios y estudios de textos gnósticos antiguos. «Mead hizo accesible el gnosticismo para el público inteligente fuera de la academia» (según Hoeller, 2002, pág. 167).[3] El trabajo de Mead ha tenido y sigue teniendo gran influencia (según Goodrick-Clarke, 2005, págs. 31-31).[2]

El renacimiento de la Iglesia Gnóstica en Francia

En otoño de 1890, un bibliotecario francés llamado Jules Doinel (Jules-Benoît Stanislas Doinel du Val-Michel, 1842-1902), estableció oficialmente en París (Francia) la Eglise Gnostique (‘iglesia gnóstica’ en francés).

Se basó en sus propias «visiones», en hallazgos documentales de los cátaros, en el Evangelio de san Juan y en la cosmología simoniana (supuestamente basada en Simón el Mago, personaje semilegendario del siglo I) y valentiniana (basada en el religioso egipcio Valentino el Gnóstico, del siglo II). Doinel declaró que comenzaba la «era de la gnosis restaurada». Sus rituales litúrgicos se basaban en los rituales cátaros. El clero era tanto masculino como femenino, teniendo varones obispos y mujeres «sofías» (Pearson, 2007, pág. 47[4] y Hoeller, 2002, págs. 176-178).[3]

En 1895, Doinel fue una de las víctimas del bulo (engaño) antimasónico del escritor ocultista marsellés Léo Taxil (1854-1907), que hizo creer tanto a católicos como a masones que estos en realidad estaban adorando al Demonio. Doinel abandonó la masonería, se convirtió al catolicismo y escribió Lucifer desenmascarado, un libro que atacaba la masonería. Dos años después (1897) Leo Taxil realizó una conferencia de prensa en la que confesó el fraude y agradeció al papa León XIII (a quien también había embaucado) por su apoyo económico. En 1900 Doinel fue readmitido en la Iglesia gnóstica como «obispo».

Siglo XX

Algunos movimientos espirituales, místicos y esotéricos que retomaron total o parcialmente los postulados de los antiguos gnósticos.

Tipo de iconografía que se utilizaba el colombiano Samael Aun Weor (Víctor Manuel Gómez, 1917-1977).

Escritores como el británico Aleister Crowley (1875-1947) ―fundador de la Eclessia Gnóstica Cathólica (‘iglesia gnóstica universal’)―, el germano-mexicano Arnold Krumm-Heller (1876-1949) ―fundador de la Fraternidad Rosacruz Antigua―, el francés René Guenón (1886-1951), el ruso Borís Muraviov (1890-1966) y el colombiano Samael Aun Weor (Víctor Manuel Gómez, 1917-1977) ―fundador del Movimiento Gnóstico Cristiano Universal― utilizaron las ideas del gnosticismo para crear religiones de las que fueron gurúes.

El psicólogo suizo Carl Gustav Jung (1875-1961) y el escritor germanosuizo Hermann Hesse (1877-1962) también usaron una vasta influencia gnóstica en sus escritos.

Sectas gnósticas

Existen varios grupos modernos que dicen representar las ideas de un cierto «cristianismo gnóstico original»:

  • La Lectorium Rosicrucianum (Escuela Internacional de la Rosacruz de Oro), fundada en 1924 en Países Bajos por el neerlandés Jan van Rijckenborgh quien designó a su organización como la Joven Fraternidad Gnóstica.[5]
  • La Comunidad Jesenia de Estudios de los Misterios Espirituales Gnósticos, con sede en Belo Horizonte (Brasil), afirma ser el eslabón de la tradición esotérica cristiana, asumiendo un dualismo moderado.[6]

Movimiento Gnóstico Cristiano, del colombiano Víctor Gómez

A lo largo de la historia del Movimiento Gnóstico Cristiano ―la secta creada por Víctor Manuel Gómez Rodríguez (que se hacía llamar «Venerable Maestro Samael Aun Weor»)― sus seguidores líderes lo abandonaron, llevándose a decenas de discípulos cada uno.[7]

Los primeros misioneros en separarse fueron Ernesto Barón y Fernando Salazar, en 1983. Así gradualmente se formaron la Iglesia Gnóstica ―creada por Julio Medina Vizcaíno (que se había autonombrado «Venerable Maestro Garga Kuichines»)―, la AGEACAC (Asociación Gnóstica de Estudios Antropológicos y Culturales de América Confederada) ―creada por Joaquín Amórtegui (que se había autonombrado «Venerable Maestro Rabolú», 1926-2000)― y la Sede Mundial de las Instituciones Gnósticas.

El 22 de junio de 1977, Víctor Gómez Rodríguez, viendo que no iba a lograr reunir a sus líderes otra vez bajo su égida, creó una Confederación de Instituciones Gnósticas, el cual era un intento de unificar las varias facciones en que se había dividido su movimiento. Se nombró a sí mismo el «patriarca» de todas las instituciones gnósticas.

Víctor Gómez falleció el 24 de diciembre de 1977. Ese día, Hipatía Gómez Garro ―hija de Víctor Gómez (el «Venerable Maestro Samael») y Arnolda Garro (la «Venerable Maestra Litelantes»)― anunciaba que la sucesora sería su madre.

Joaquín Amórtegui («Venerable Maestro Rabolú», 1926-2000).

A principios de 1978, debido a las quejas de muchos seguidores, se formó un «triunvirato» integrado por Arnolda Garro («Venerable Maestra Litelantes»), Julio Medina Vizcaíno («Venerable Maestro Garga Kuichines») y Joaquín Amórtegui («Venerable Maestro Rabolú).[8]

En octubre de 1978, en el Congreso Internacional celebrado en Caracas (Venezuela) el triunvirato se dividió debido a que cada uno quería mandar a los demás. Julio Medina se autonombró sucesor del «Venerable Maestro Samael» y por lo tanto, el nuevo «patriarca» de las instituciones gnósticas (aunque en la práctica solo siguió siendo gurú de su propia Iglesia Gnóstica). Rabolú (Joaquín Amórtegui, 1926-2000) también se retiró con su iglesia, quedando Arnolda Garro como líder única del despoblado Movimiento Gnóstico.

Existen otras organizaciones fundadas por Víctor Gómez, que también se independizaron, cada una con su reyezuelo: el Patriarcado Gnóstico, la Coordinación Internacional de Misiones, los Concejos de Orientación y Disciplina.

En 1990, Hipatía Gómez finalmente también desconoció la autoridad de su madre, Arnolda Garro, y se autonombró «suprema autoridad de AGEACAC

Arnolda Garro formó el IGA (Instituto Gnóstico de Antropología), llevándose a muchos misioneros que estaban inconformes en AGEACAC.

En 1995, Oscar Uzcátegui se separó de AGEACAC, llevándose a decenas de seguidores, y se convirtió en misionero independiente, sin crear ninguna nueva iglesia.

Hans Jonas

El filósofo alemán Hans Jonas (1903-1993) escribió extensamente acerca del gnosticismo, interpretándolo desde el punto de vista del existencialismo. Durante algún tiempo, su estudio The gnostic religion: the message of the alien God and the beginnings of christianity (la religión gnóstica: el mensaje del Dios extranjero y los inicios del cristianismo), publicado en 1958, se consideró como una obra fundamental; como resultado de sus esfuerzos, la división del gnosticismo en sirio-egipcio y gnosticismo persa llegó a ser ampliamente utilizada en el campo. La segunda edición, publicada en 1963, incluyó el ensayo Gnosticismo, existencialismo y nihilismo.

Hans Jonas fue el primer autor en escribir una historia detallada del gnosticismo. También fue uno de los primeros autores que lo relacionó con cuestiones éticas en las ciencias naturales.[9]

La biblioteca de Nag Hammadi

En 1977 se pudo acceder a la traducción al inglés de la biblioteca de Nag Hammadi (que se había encontrado en 1945 en el sur de Egipto (en Nag Jamadi). Esto aumentó considerablemente la cantidad de textos originales disponibles y dio lugar a una amplia difusión.

Véase también

Fuentes