Gobierno del Capitán General Laureano de Torres Ayala en Cuba

Gobierno del Capitán General Laureano de Torres Ayala en Cuba
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Capitán General de Capitanía General de Cuba
Gobierno
Capitán General:Laureano de Torres Ayala
País:Bandera del Imperio Español Capitanía General de Cuba
Período:4 de diciembre de 1702 - 26 de mayo de 1716
Cronología
-
Predecesor:
Pedro Benítez de Lugo
(Gobierno)
◄ • ► Sucesor:
Vicente Raja
(Gobierno)

Gobierno del Capitán General Laureano de Torres Ayala en Cuba. Es un periodo histórico comprendido en la etapa colonial de la Historia de Cuba cuando la actual República cubana era denominada Capitanía General de Cuba y estaba sujeta a las leyes y costumbres del Imperio Español. El gobierno del político Laureano de Torres Ayala está comprendido entre el 4 de diciembre de 1702, cuando le asignaron el mando del gobierno de la Isla de Cuba, y finalizó el 26 de mayo de 1716 cuando se hizo cargo del gobierno Vicente Raja.

Gobierno

Tras la muerte del Capitán General Pedro Benítez de Lugo en diciembre de 1702 asumió el poder de forma interina el gobernador Chacón, hasta que el 13 de mayo de 1706 se hizo cargo del gobierno cubano el Mariscal de Campo Pedro Alvarez Villárín, quien falleció a los pocos meses de una rápida enfermedad. Tras estos gobiernos cortos fue nombrado para dirigir la Capitanía General de Cuba el vecino ilustre de La Habana y antiguo gobernador de La Florida, Laureano de Torres Ayala, quien tomo posesión de ese nuevo cargo del 18 de enero de 1708.

Durante su Gobierno, el hacendista Orri, funcionario al servicio de España, concibió el proyecto de expender por cuenta del Gobierno, en la Península, el tabaco de Cuba, siendo esta medida origen del estanco, que llegó a constituir un recurso muy productivo a pesar de la tenaz oposición que le hicieron algunos especuladores que introducían sin darecho aquel producto en la Península y en otros puntos de América. Fue tan activa y acertada la cooperación de Torres para plantear este tributo, que se le premió con el título de marqués de Casa Torres, no siendo óbice a que se le residenciase a causa de las graves acusaciones dirigidas contra él por sus detractores; por falta de prueba fue repuesto por el Rey en su cargo el 5 de julio de 1712.

La paz de Utrecht, que puso término a la guerra de sucesión, apaciguó también las sangrientas luchas marítimas sostenidas con tanto encarnizamiento en América por ingleses, franceses y españoles. Este tranquilo período permitió a Casa Torres dedicar su atención a los asuntos administrativos, y al obispo Valdés a regularizar las cosas eclesiásticas. Jerónimo Valdés, obispo de Puerto Rico, provincial de los basilios y catedrático de Alcalá, había sucedido a Compostela el 13 de mayo de 1706, imitándole en el desprendimiento, en la severidad de costumbres y en su interés por fomentar el culto. Fundó Valdés nuevas parroquias, dando grande ensanche al convento de Belén, agregándole un espacio para hospital de convalecientes y asilo de niños indigentes y pobres mendigantes. También terminó con la cooperación de Torres el edificio destinado al hospital de lazarinos.

El 26 de mayo de 1716 se encargó del Gobierno Vicente Raja, sucesor de Casa Torres.

Fuentes

  • Don José de Alcázar (1898): Historia de España en América: Isla de Cuba. Madrid: Tipografía Herres a cargo de José Quesada. pp. 77-78.