Hermann Bahr

Hermann Bahr
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Nacimiento19 de julio de 1863
Bandera de Austria Austria
Defunción15 de enero de 1934
Múnich, Bandera de Alemania Alemania

Hermann Bahr. Escritor austriaco que fue un miembro activo de la vanguardia austriaca, produciendo tanto crítica como obras impresionistas, siendo el primer crítico que aplicó la etiqueta modernismo a obras literarias, y un temprano observador del movimiento expresionista. Sus papeles teóricos fueron importantes en la definición de las nuevas categorías literarias. Sus 40 obras de teatro y alrededor de 10 novelas nunca alcanzaron la calidad de sus trabajos teóricos.

Síntesis biográfica

Ya desde niño manifestó una gran viveza de ingenio, y todavía adolescente empezó a emborronar papel. Ardientemente apasionado por el teatro, soñaba con ser actor. Sin embargo, fue a la universidad y estudió leyes en Viena, Graz y Czernovitz, y luego ciencias políticas en Berlín, donde estuvo desde 1884 hasta 1887, más entregado a la literatura que al estudio.

Entabló amistad con Arno Holz, y se convirtió en escritor naturalista. A partir de entonces no dejó de interesarse vivamente por todos los nuevos movimientos literarios.


En 1888 realizó un viaje a París, que le entusiasmó; luego estuvo en España y Marruecos, y unos años después en Rusia. Mientras tanto, había sido redactor de la revista Freie Bühne (Escena libre), órgano de los naturalistas berlineses y en la cual publicó su primera novela. En 1892 se trasladó a Viena, cuyo ambiente literario animó: allí mantuvo relaciones con Hofmannsthal, Schnitzler y algunos otros autores.

Componía dramas y se dedicaba a la crítica literaria y artística, dispuesto siempre a luchar en favor de las experiencias intelectuales más modernas. Los éxitos mayores de su época vienesa fueron las comedias Tschaperl, Josephine, Franzl y El concierto.

Andando el tiempo, muchas de sus actitudes polémicas fueron debilitándose. En 1909 casó con una cantante de la ópera de Viena y se dedicó a la floricultura. Llegado a Salzburgo, fortaleza del catolicismo austríaco, su crisis espiritual asumió un matiz religioso, y en 1914 volvió a la fe católica, profesada a partir de entonces con rigor creciente.

Después de la guerra se dirigió a Munich, y allí permaneció durante el resto de su vida. No fue un verdadero espíritu creador, y sus obras nunca ofrecen motivos sustanciales; a pesar de todo, tampoco carecen de páginas brillantísimas. De Bahr dijo un contemporáneo:

"En cuanto poeta ofrece matices de periodista, y como periodista los tiene de poeta".

Fuente