Ignacio María Ruiz de Luzuriaga

Ignacio María Ruiz de Luzuriaga
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Fotografía de Ignacio María
Fecha de nacimiento1763
Lugar de nacimientoVizcaya, Bandera de España
Fecha de fallecimiento1822
Lugar de fallecimientoMadrid, Bandera de España
ResidenciaEspaña
NacionalidadBandera de España Española
CampoMedicina
InstitucionesReal Academia de Medicina
Conocido portener un papel destacado durante el inicio de la vacunación antivariólica en España

Ignacio María Ruiz de Luzuriaga tuvo un papel destacado durante el inicio de la vacunación antivariólica en España. Desde su posición como secretario de la Real Academia de Medicina, fomentó una red epistolar con médicos, cirujanos, aristócratas y burgueses de clara mentalidad ilustrada, a los que proporcionaba vacuna y consejos sobre ella y de los que recibía información sobre los progresos de la vacunación.

Síntesis biográfica

Científico español, nacido en Villaro (Vizcaya) en 1763 muerto en Madrid en 1822. Era hijo de un médico alavés, José Santiago Ruiz de Luzuriaga, amigo personal del conde de Peñaflorida y miembro de la Sociedad Vascongada de Amigos del País, que había destacado por su labor como higienista, especialmente en la difusión de la variolización en el País Vasco.

Bajo la dirección de su padre recibió una educación típicamente ilustrada. En 1777, cuando tenía quince años, ingresó en el Real Seminario Patriótico de Vergara, que acababa entonces de inaugurarse. Allí estudió humanidades, matemáticas, física y química.

Entre sus maestros figuraron el físico Francisco Chavaneau y el químico Joseph Louis Proust. Antes de abandonar Vergara, Luzuriaga presentó, como trabajo escolar, la traducción de un discurso sobre higiene naval que John Pringle había leído cuatro años antes en la Royal Society de Londres. Aparte de griego y latín, su padre le había hecho estudiar inglés, francés e italiano.

Luzuriaga permaneció en París cuatro años, y estudió junto a varias celebridades científicas de la época, como eran los químicos Pierre Joseph Macquer y Antoine Fourcroy, los naturalistas Antoine Laurent de Jussieu y Louis-Jean-Marie Daubenton, el anatomista Antoine Portal y los médicos François Chopart y Pierre Joseph Desault.

A finales de su estancia en la capital francesa, publicó su primer trabajo científico, relativo a la descomposición del aire atmosférico por el plomo, en la revista dirigida por Jean Rozier. Fue también nombrado corresponsal del Jardín Botánico de Madrid y recibió una primera ayuda oficial, gestionada por el conde de Aranda.

La medicina y la química

Desde 1785 a 1787 estuvo en Gran Bretaña como «pensionado de S.M. para la Medicina y la Química», en las condiciones que reflejan los documentos y el epistolario publicados por Juan Riera. Tras pasar por Londres, marchó a Edimburgo, en cuya universidad fue durante dos años discípulo, entre otros, del químico Joseph Black y del médico William Cullen. Obtuvo el título de maestro en artes y se doctoró en medicina con la tesis titulada Tentamen medicum, inaugurale, de Reciproca atque mutua Systematis Sanguinei et Nervosi actione (1786).

Por otra parte, visitó varias industrias escocesas relacionadas con la química, como «la fábrica de cañones de Caran, la manufactura de vitriolo, la extracción de alquitrán del carbón de tierra y blanqueo de lienzos», así como algunas minas. Fue nombrado miembro de las Reales Sociedades de Medicina e Historia Natural de Edimburgo.

Pasó a continuación una temporada en Glasgow, ocupado principalmente en cuestiones químicas relacionadas con la medicina. En otoño de 1786 se trasladó a Londres, ciudad en la que permaneció hasta julio]] del año siguiente. Asistió allí a los cursos del cirujano y naturalista John Hunter y frecuentó varios hospitales, en especial el Guy´s y el St. Thomas, en los que asistió a la enseñanza clínica y también a las lecciones de química que daban William Saunders y Adair Crawford, respectivamente. Por último, volvió a pasar por París y trabajó algún tiempo en la Facultad de Medicina de Montpellier.

Sus estudios sobre cuestiones de química fisiológica

Su primer estudio de tema químico fue una memoria acerca de la descomposición del aire atmosférico por el plomo que, como ya se ha adelantado, publicó el año 1784 en las Observations de Rozier. Expuso en él una serie de experiencias con las que intentaba aclarar el proceso de lo que hoy llamamos oxidación del plomo y sus derivados, comparándolo con el de otros metales. La base doctrinal del estudio era todavía la teoría del flogisto de Georg Ernst Stahl, dominante entonces en la comunidad científica europea. Continuó aceptándola en su tesis doctoral acerca de la interacción entre la sangre y el sistema nervioso (1786), en gran parte dedicada a investigar el mecanismo químico de la respiración mediante experimentos en animales y el estudio de la acción in vitro de los gases sobre la sangre arterial y venosa.

En 1790 Luzuriaga volvió a ocuparse del tema al presentar su Disertación química fisiológica sobre la respiración y la sangre en la Real Academia Médica de Madrid. Con algunas modificaciones y adiciones, su texto fue publicado como volumen independiente en 1796 y, al año siguiente, formando parte del tomo de Memorias de la citada institución.

En su célebre trabajo de 1780, Antoine Laurent Lavoisier y Pierre-Simon Laplace habían afirmado que la respiración era un proceso de oxidación localizado en los bronquios. La importancia de la contribución de Luzuriaga reside en que, a partir de su tesis de 1786, expuso una teoría que situaba en la sangre circulante la combinación del oxígeno con el carbono. En la historia de la fisiología respiratoria fue un primer paso en la línea que, a la larga, conduciría a la demostración por parte de Eduard Friedrich Wilhelm Pflüger de que la respiración es un proceso intracelular (1872- 1875).

Sus trabajos en torno a problemas médico-sociales

La obra médico-social de Luzuriaga tuvo como principales supuestos básicos los propios del «sanitary movement» de la Ilustración británica. Durante las dos décadas comprendidas entre los años finales de siglo y su fallecimiento, con el único paréntesis de la guerra de Independencia, desarrolló una intensa actividad en este campo, ocupándose de casi todos los problemas sanitarios centrales en esta época.

En 1797, la Real Academia Médica publicó su Tratado sobre el cólico de Madrid, estudio sobre las causas, la clínica y la prevención de las intoxicaciones por el plomo y el óxido de cobre, que cursaban con «cólicos» como síntoma principal y habían planteado un grave problema social.

En 1801 introdujo en Madrid la vacunación antivariólica, convirtiéndose a partir de entonces en uno de sus más activos propagadores a todo el país.

Publicaciones

A lo largo de los años siguientes publicó, entre otros textos, un Discurso (1803) acerca de la higiene de las cárceles que pronunció ante la Real Asociación de Caridad, una traducción anotada (1804) del libro sobre la fiebre amarilla de Benjamin Rush y un Catálogo (1812), destinado a normalizar los medicamentos en las boticas hospitalarias, que confeccionó en colaboración con Bartolomé Piñera y Eugenio de la Peña a requerimiento del Ministerio del Interior. Dejó, además, numerosos manuscritos, de los que destacan una Memoria (1817) sobre la asistencia de los sordomudos dirigida a la Sociedad Económica Matritense, una Estadística político-médica en cinco volúmenes (1817-1819) acerca de las inclusas españolas y un Dictamen (1817) sobre enseñanza clínica.

Fuente