John Lucke

John Locke
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John Locke participóen las luchas como filósofo, economista y escritor político que fundamenta la legitimidad de la avenencia entre las dos clases dominantes de la sociedad inglesa


John Locke. Distinguido representante del materialismo inglés. Continuador del Bacon y Hobbes y fundador del sensualismo materialista. Su actividad filosófica transcurrió en la restauración durante la Segunda Revolución Burguesa en Inglaterra y después de ella.

Vida

John Locke, uno de los más distinguidos representantes del empirismo y el padre del liberalismo político, nació en Inglaterra en 1632. Al igual que Hobbes, estudió en Oxford sin adherir a la Filosofía de los escolásticos que allí imperaba. Su trabajo al servicio de Lord Hasley le permitió visitar Francia e incluso residir por un tiempo allí, donde entró en contacto con el círculo de Gassendi (atomismo naturalista). Entre 1675 y 1679 permaneció en Francia y entre 1683 y 1689 residió en Holanda. Retornó a su patria con la llegada al trono de Guillermo de Orange, en 1689. Se estableció entonces en Essex hasta su muerte, acaecida en 1704.

Obras

Sus dos obras más importantes, “Ensayo sobre el entendimiento humano” y Dos tratados sobre el gobierno civil, fueron publicadas en 1690. A sus últimos años en Inglaterra corresponden Pensamiento sobre la educación (1693) y La razonabilidad del cristianismo (1695).

La filosofía materialista de Locke

El combate contra la escolástica iniciado por Galilei, Bacon y Hobbes llevó a primer plano la cuestión del método del conocimiento que, a su vez, guardaba estrecha relación con los problemas del conocimiento; precisamente a estos problemas dedica Locke su obra suprema “Ensayo sobre el entendimiento humano.”

Teorías de las ideas

Locke, al igual que Descartes y la mayoría de los filósofos modernos, prestó una especial atención al problema del origen y fundamento del conocimiento. Coincidía con Descartes en que el objeto de conocimiento no son las cosas sino las ideas (“lo que constituye en nuestra mente el objeto del entendimiento”) pero, a diferencia de aquél, sostenía que las ideas provienen solamente de la experiencia. Resistía las "ideas innatas" cartesianas y afirmaba que, antes de la experiencia, el entendimiento se encuentra vacío como una hoja en blanco o como una tabla rasa. No hay ideas innatas ni en el plano teórico ni en el práctico o moral. Las cualidades sensibles de los objetos son traspasadas a la mente a través de los sentidos. Ésta es la primera fuente del conocimiento, la sensación o experiencia externa. La segunda fuente del conocimiento es la reflexión, o experiencia interna, que es la percepción que la mente tiene de su propia actividad mental. Por medio de las ideas de sensación percibimos las cualidades de las cosas. Locke clasifica estas en dos clases: 1) las ideas de las cualidades primarias, y 2) las ideas de las cualidades secundarias. El filósofo inglés designa cualidades primarias a las pertenecientes a los propios objetos y presentes en ellos tal y como nos las ofrecen nuestras sensaciones. Las cualidades primarias son inseparables del cuerpo y en todas las alteraciones que el cuerpo sufre se mantienen como son. Como estas cualidades primarias se hallan en los propios cuerpos. Locke las llama cualidades reales; tales son la densidad, la extensión, la figura, el movimiento (o reposo) y el número. Las ideas de las cualidades primarias son copias de estas mismas cualidades. Locke llama cualidades secundarias a las que nos parecen que están en los objetos mismos, pero que en realidad no están en ellos. Las ideas de las cualidades secundarias son las ideas del color, el sonido, el gusto, etc. En los propios objetos no hay más que la facultad de producir en nosotros estas impresiones. Lo que en la idea aparece como agradable, azul o cálido no es en las cosas mismas sino cierto volumen, figura y movimiento de partículas imperceptibles. Con toda la diferencia entre cualidades primarias y las cualidades secundarias hay entre ellas algo común: unas y otras producen sus ideas a través de una “impulsión”. Por ejemplo mediante una “impulsión” de partículas de la materia imperceptibles y que se diferencian por el volumen y la figura, por los grados y modalidades de su movimiento, la violeta produce en el espíritu la idea de su color y su aroma. La doctrina lockoniana respecto a la diferencia entre las cualidades primarias y las cualidades secundarias es un desarrollo de las ideas avanzadas por el atomista Demócrito y reanimadas en los tiempos modernos por Descartes y Galileo, una doctrina que se asienta en una contraposición absolutizadora de lo subjetivo a lo objetivo.

La metafísica lockiana

A Locke le corresponde un papel destacado en la creación del denominado método metafísico, apuntado en todo el desarrollo anterior de la Filosofía y configurado definitivamente en la época del nacimiento del modo de producción capitalista. El desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad burguesa recababa de la ciencia análisis, división de los fenómenos de la naturaleza, clasificación de los mismos, estudio por separado de cada uno de ellos. Este aislamiento transitorio de los fenómenos es necesario también para el experimento.

F. Engels

En los primeros momentos, el desarrollo del experimento hizo que el análisis y la separación de los fenómenos estudiados prevalecieran notablemente sobre la síntesis y el examen de sus nexos e interacciones. Habituados en el marco experimental, al enfocar los fenómenos de la naturaleza fuera de su totalidad, en una partición lograda mediante el análisis, y no en su acción recíproca, sino en el aislamiento que es necesario para la experimentación, los investigadores que crearon las ciencias naturales experimentales de la Edad Moderna trasplantaron el sistema de análisis y aislamiento, que constituye sólo una de las condiciones de la investigación, a la naturaleza en su conjunto. Y sin proponérselo comenzaron a pensar que no sólo en la situación artificial que creaba para los experimentos, sino en la naturaleza se componen todas las cosas de elementos autónomos, desconectados. Este enfoque surgió de manera espontánea en la cabeza de los naturalistas, el cual Marx y Engels lo llamaron metafísico. Engels señalaba que Bacon y Locke lo transfirieron de las ciencias naturales a la Filosofía, donde imperó largo tiempo.

Según Locke las ideas adquiridas por ambos canales (sensación y reflexión) no son más que material para el conocimiento, pero no el conocimiento mismo. Para lograr éste es necesario someter ese material a cierta reelaboración, la cual es realizada por tres facultades del espíritu que difieren de la sensación y la reflexión: la comparación, la composición y la abstracción. Por medio de ellas, el espíritu transformas las ideas simples de sensación y las ideas de reflexión en ideas complejas. Por ejemplo, gracias a la comparación se forman las ideas de numerosas relaciones. Una vez que ha establecido la fuente de las ideas simples y complejas, Locke investiga el valor de las ideas para el conocimiento. No todas tienen el mismo significado. Unas son claras y distintas; otras, oscuras y confusas. Las ideas se dividen en tres clases: 1) reales; 2) adecuadas, y 3) verdaderas. Las ideas reales se basan en la naturaleza, se corresponden con la esencia de las cosas. Las ideas fantásticas no tienen fundamento en la naturaleza, no se corresponden con la esencia real. Las ideas adecuadas representan de modo cabal los modelos de que han sido abstraídas. Todas las ideas simples son adecuadas. La verdad y la falsedad, según Locke, no pertenecen propiamente dicho a las ideas, sino a las proposiciones. La verdad siempre presupone afirmación o negación.

En la teoría lockiana del conocimiento tiene importancia primordial la doctrina semántica, desarrollada en el “Ensayo del entendimiento humano”, y con la que está estrechamente relacionada su doctrina de la abstracción. Las palabras, dice el filósofo, son signos sensibles que necesitamos para nuestra mutua comunicación. La mayor parte de las voces no son designaciones singulares, sino términos generales. Según Locke, las palabras se tornan generales a causa de que se hace de ellas signos de ideas generales. A esto responde la teoría lockoniana de la abstracción. De las explicaciones de Locke resulta que en la experiencia existen gran número de cosas parcialmente semejantes por la forma, las cualidades, etc. En ello se fundamenta la posibilidad de constituir nociones generales. Estas nociones aparecen separando de la composición de varios objetos notas que son comunes a todos ellos; las notas restantes se excluyen. Así se forman las ideas generales abstractas como “hombre, “animal”, etc. Todas las ideas generales abstractas son producto del entendimiento y se basas en la semejanza de las cosas mismas. En eso fundamenta Locke su doctrina del conocimiento y sus clases.

En el aspecto de la certidumbre, Locke distingue dos clases de conocimiento: el conocimiento indudable y el conocimiento probable. Es conocimiento indudable todo saber especulativo, es decir, el saber adquirido por el examen mental de nuestras representaciones y de las relaciones entre estas. Es conocimiento probable el saber experimental en el que los juicios se demuestran invocando los hechos de la experiencia que los confirman. Por el grado de exactitud son tres las clases del saber indudable: conocimiento contemplativo, conocimiento demostrativo y conocimiento sensible. Locke aclara que el conocimiento sensible es superior a la simple probabilidad, pero inferior a los grados de certidumbres que proporciona el conocimiento especulativo (racional).

C. Marx

Con todas salvedades que confinan la esfera del conocimiento asequible, esta doctrina lockiana está muy lejos del agnosticismo característico del desarrollo posterior de la filosofía idealista burguesa de Inglaterra y Alemania. A juicio de Locke, si el entendimiento no es capaz de obtener un conocimiento claro y distinto eso no significa que el hombre esté condenado a la total ignorancia. Nuestra tarea no consiste en saber todo, sino en saber aquello que es importante para nuestra conducta, y eso está plenamente a nuestro alcance. Caracterizando la significación histórica del sensualismo de Locke,Marx dice: “Este había fundado la filosofía del bon sens, del sano sentido común; es decir, había dicho por medio de un rodeo que no puede haber filosofía distinta del buen sentido de los hombres y del entendimiento basado en él.”

Opiniones sociopolíticas

Locke expuso su doctrina del Estado, el poder público y el Derecho, que es una de las teorías del “Derecho natural” más destacadas del siglo XVII. En su estado de naturaleza – dice el autor -, el hombre es libre y dueño de la propiedad que adquiere con su trabajo.

El Estado aparece cuando el hombre libre renuncia a su derecho natural de autodefensa, al derecho de castigar a los infractores, y lo transfiere a la sociedad en su conjunto. La fuente del tránsito del “estado de naturaleza” al “estado de sociedad” es la precariedad de los derechos en el estado de naturaleza. Más como el objetivo de la formación del Estado es el de preservar la libertad y la propiedad, el poder público no puede se injusto. Mi misión es promulgar leyes, castigar a los infractores del Derecho y defender a los ciudadanos contra los ataques exteriores. Por ello, el poder público se divide en legislativo, ejecutivo y federal. Locke recababa una separación precisa entre el poder ejecutivo y el legislativo. Mientras el poder legislativo no necesita, una vez promulgada las leyes, la actividad de la asamblea legislativa, el poder ejecutivo necesita organismos permanentes.

En las opiniones lockianas acerca del ordenamiento político de la sociedad se perfila una orientación a adaptar la teoría a la forma política de gobierno que se había establecido en Inglaterra a tenor de la revolución burguesa de 1688. En conjunto, las opiniones políticas de Locke venían a ser la justificación y fundamentación teórica del programa del partido Whig (liberal).

Las ideas pedagógicas de Locke, tuvieron considerable audiencia. Como, según este filósofo, todas las ideas se adquieren por experiencia, la instrucción no puede ser eficaz sino a condición de que el enseñante reproduzca ante los alumnos la secuencia de las impresiones e ideas necesarias para una correcta formación del carácter y del entendimiento. Esta idea lockiana está unida a otra también de excepcional alcance y que envuelve la justificación de la revolución burguesa, a saber: si el orden público y el sistema político son de tal índole que el individuo que se educa en la sociedad no puede obtener las impresiones e ideas necesarias para su instrucción, las propias gentes deben cambiar ese orden y ese sistema.

Enlaces externos

Fuentes

  • Historia de la Filosofía. Tomo I. Historia de la Filosofía Premarxista. Segunda Edición. Ed. Progreso Moscú. 1983. Cap. II. Pág. 227