John William Godward

John William Godward
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Datos personales
Nombre completoJohn William Godward
Nacimiento9 de agosto de 1861
Wimbledon (Londres)
Fallecimiento13 de diciembre de 1922
Londres
Datos artísticos
ÁreaPintura
MovimientoNeoclasicismo

John William Godward. Fue un pintor británico cuya extensa producción,[1] determinada por un extraordinario virtuosismo, coincide cronológicamente con el final del periodo prerrafaelista en Inglaterra

Síntesis biográfica

De familia adinerada, John fue bautizado en la iglesia anglicana de St. Mary de Battersea el 27 de octubre de 1861. Parece que el carácter prepotente de su padre, junto a la educación demasiado rigurosa e inflexible recibida de su madre, harán del futuro pintor un ser tímido y solitario de por vida.

La madre de Godward era terriblemente severa y religiosa. Esto puede explicar el hecho de que casi nunca pintara desnudos; recurría a túnicas vaporosas de muy distintos colores.[2]}} De su etapa escolar, se sabe que sus notas no fueron nunca sobradamente satisfactorias, si bien tenía fama de ser «el artista del colegio». Incluso en la casa no veían con malos ojos su destreza para el dibujo, mientras se procuraba introducirlo en el mundo de los negocios (su padre era empleado bursátil en la Life Assurance Society de Londres) o colocarlo en el despacho de un arquitecto amigo de la familia.

Hacia 1877, Godward comienza a trabajar a las órdenes de su padre a la vez que en el citado taller de arquitectura donde, al cabo de dos años, el joven ha adquirido ciertos conocimientos de interiorismo y, sobre todo, aprendido a representar pictóricamente el mármol, lo que será decisivo en toda su obra posterior.

Etapa inglesa (c. 1880-1911)

Entre 1880 y 1882, estudia —a escondidas de sus padres— en las escuelas de Arte de Burlington House y St. John's Wood, relacionándose con artistas del momento como Alma-Tadema, Frederic Leighton, Edward Poynter o Albert Joseph Moore. En 1887, participa en la muestra de verano de la Royal Academy of Arts, al parecer, animado por William Clarke Wontner y sus futuros colegas de Bolton Studios, cabiendo la posibilidad de que, anteriormente, hubiera presentado alguna otra obra que fuese rechazada. En este caso, la pieza expuesta fue A Yellow Turban, que pasó desapercibida.

No obstante, si se tiene en cuenta la profunda animadversión de sus padres hacia su incipiente vocación artística, el mero hecho de haber participado alentó a Godward a seguir concurriendo a sucesivas ediciones —lo que hará hasta 1905— e incluso marcharse del domicilio familiar y alquilar un taller en el n.º 19 de Bolton Studios, a finales de año. En marzo de 1892, vende la obra titulada At the Garden Shrine por 75 libras, equivalentes a unos cuatro mil quinientos euros. Si el propio Godward la describe como «una pequeña pintura vertical», se trataría de una cantidad inusualmente elevada para los patrones de la época.

A partir de 1896, aparecen una serie de desnudos totales, de gran formato —según algunos especialistas, como medio de llamar la atención a fin de lograr su deseo de ser nombrado miembro de la Royal Academy of Arts—, lo que, en perjuicio de su obra, no hace sino aumentar sus dificultades a la hora de plasmar cabezas, pies o manos. Por el contrario, piezas de reducidas proporciones en las que suelen aparecer mujeres sugerentemente vestidas y que parecen constituir lo mejor de su producción serán expuestas en contadas ocasiones. Respecto a las primeras, destacan Campaspe (1896, 223,3 x 114,1 cm), Venus Binding her Hair (1897, 227,7 x 113,4 cm) o Venus at the Bath (1901, 172,1 × 61 cm), entre otras. En cuanto a los títulos de las obras, si hasta entonces apenas unos pocos hacían referencia a mujeres de las mitólogías griega y romana, desde ese momento («Andrómeda», 1896; «Briseida»…) —evidentemente, de manera aleatoria—, su utilización se convertirá para el autor en una norma fija.

A finales de 1901, se produce la disolución de la sociedad artística fundada por Thomas Miller McLean y su socio, y cuyos fondos son sacados a subasta por la prestigiosa casa Christie's de Londres el 16 de noviembre de ese año. Entre las piezas de Godward, sobresale Gypsy (1897), que fue vendida por 29,8 libras. De 1904, datan dos de sus mejores obras: una de las siete versiones conocidas de Dolce far niente (por la que más se ha pagado hasta ahora) e In the Days of Sappho (Getty Villa). En ambos casos, la modelo pudo ser la joven con la que vivirá en Italia desde 1911 y cuya identidad se ignora.

Sin duda, uno de los mayores entusiastas del trabajo de Godward en los años 90 fue Merton Russell-Cotes. Ya a finales de la década, había comprado Day dreams, de 1893, la primera versión de Dolce far niente, de 1897, cuatro piezas más… De todas ellas, dos pasarán a engrosar los fondos de su Museo y Galería de Arte Russell-Cotes, en Bournemouth, al sur de Inglaterra. También por estos años, su obra comienza a conocerse mayoritariamente a través de múltiples reproducciones destinadas a la clase media, algo debido sobre todo a la profesionalidad de su marchante, el ya citado Thomas Miller McLean. Sin embargo, por razones de salud, el pintor se ve obligado a retirarse de su incesante actividad artística en enero de 1908.

Etapa italiana (1911-1921)

Tras varios viajes al país en 1910, a mediados de 1911, se traslada «precipitadamente» a Roma, acompañado de «su modelo italiana», algo que su madre, Sarah —junto a su firme determinación de dedicarse a la pintura—, nunca habrá de perdonarle (para Swanson,Plantilla:Sfn será este continuo enfrentamiento entre madre e hijo el que adelante su «huida» a Italia). A diferencia de otros artistas de su generación, invariablemente atraídos por los tesoros renacentistas de Florencia y Venecia, Godward se siente fascinado por la magnificencia clásica de Roma y Nápoles.

Respecto al nombre (o apelativo) de la joven, hay ciertos indicios en el diario del artista William Russell Flint, quien se encuentra en Roma a finales de 1912. Tras elogiar la extrema cortesía de Godward, siempre dispuesto a hacer favores, se refiere a ella como «la modelo romana cuyo "nombre" podría traducirse al inglés como Sweetest Castaway («Dulcísima Náufraga» o «la más Dulce Náufraga»). Lee Hankey me presentó a J. W. Godward en Roma. Fue extraordinariamente amable y servicial, sabía hacer muy bien su trabajo y no le importó enseñárnoslo. Pintaba doncellas griegas vestidas con sedas vaporosas, para lo que recurría a una joven romana cuyo nombre en inglés significaba Sweetest Castaway.

La Dulcísima Náufraga era una recatada muchacha de mandíbula prominente que, sobre todo, sabía sacar el máximo provecho a su vida. Aceptaba cuantos regalos le hacían tanto los pintores viejos como los principiantes para los que posaba. De vuelta del extranjero, vino con un cuantioso botín de muebles y artículos para el hogar. Vivía con su extensa familia (padre, madre y seis hermanos y hermanas) en la única habitación de una casa tan sumamente pequeña que todos dormían —los mayores a lo largo y los pequeños en los laterales— en la misma cama: el inmenso letto matrimoniale de Italia.

Vigilaba atentamente sus pertenencias o, más bien, las guardaba lejos del alcance de su familia colgándolas del techo. Lo colgaba todo: sillas, mesas, un máquina de coser, alfombras y sábanas, cuidadosamente envueltas en papel de periódico engomado para mantener las polillas a raya, y todo tipo de bultos. El efecto debe de haber sido peculiar. Bajo ningún concepto, eran para ser usadas y estropeadas por su familia antes de que se las llevara, en un futuro, a su propia casa.

En Roma, Godward reside y trabaja en la extravagante Villa Stohl-Fern —un original conjunto de estudios para artistas con un amplio jardín repleto de estatuas, frondosa vegetación y exóticas especies salvajes—, fundada en 1879 por el aristócrata alsaciano Alfred Wilhelm Strohl en el espacio de la Villa Borghese. En un primer momento, descubre allí el refugio perfecto para su espíritu clásico (en 1913, es galardonado con la Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Roma por su obra The Belvedere). Se sabe también que, por aquellos años, trabajan en Italia un nutrido grupo de artistas muy afines a sus planteamientos estéticos, entre los que destacan Roberto Bompiani, Luigi Bazzani, Alessandro Pigna, Vincenzo Capobianchi, Erulo Eroli, Casimiro Tomba-Aldini, Domenico Pennacchini, Enrico Nardi, Pietro Gabrini o Emilio Vasari.

Pero a medida que más y más creadores se van sintiendo atraídos por las nuevas tendencias —al tiempo que empeora su delicado estado de salud—, comienza a encontrarse cada vez más aislado. Enfermo y deprimido, regresa a Londres en mayo o junio de 1921. Para el artista, Roma había perdido su encanto (Ivy Godward, diciembre de 1979). El señor Godward se fue a vivir a Italia hace diez o más años y no volvió a Inglaterra hasta unos dieciocho meses antes de su fallecimiento.|

Final (1922)

Según dijo a la Policía, un día antes del suicidio de Godward, este le comunicó que no iba a necesitarla hasta la semana siguiente y que, con sesenta años, se era ya demasiado viejo para seguir viviendo.]] Según la Fulham Gazette (15 de diciembre, p. 5), fue su hermano menor (Charles Arthur) quien lo halló muerto la noche del 13 de diciembre de 1922, con la cabeza apoyada sobre un embalaje y la boca conectada al tubo de un hornillo de gas. Había sido visto por última vez esa misma mañana, mientras desayunaba en su estudio de Fulham Road, donde vivía solo. Sobre el caballete, se halló un lienzo, listo para comenzar un nuevo trabajo. Se descubrió también una carta por la que se pudo saber que un marchante del West End le había comprado su último cuadro (Contemplation) el día 1, por un importe de 125 libras. En el reverso del sobre, podía leerse, de su puño y letra, la palabra GAS. Fue enterrado junto a su padre (muerto en 1904) en el Brompton Cemetery, al oeste de Londres.

Parece que la última persona que vio a Godward con vida fue una tal Marietta Avico. Declaró haberlo conocido tras su vuelta de Italia, en la primavera de 1921, y pudo ser la modelo que aparece en algunas de las obras finales del pintor.

Método de trabajo

Se conocen muy pocos bocetos de Godward, lo que, a la vez que dificulta el estudio de su método de trabajo, refuerza la hipótesis de que el artista llevaba a cabo sus composiciones sin necesidad de apuntes previos, trazando sobre el propio soporte (generalmente lienzo) las líneas principales del cuadro. Tampoco los escasos estudios preparatorios que se conservan en la actualidad presentan diferencias sustanciales con las correspondientes obras terminadas, tratándose en la mayoría de los casos de auténticas primeras versiones a escala (entre 1:6 y 1:8) de las piezas definitivas (solo a veces se observa que la figura femenina que se muestra desnuda en el boceto aparece cubierta en la obra final —Preparing for the Bath, 1900—; en otras ocasiones, es en el primero donde se encuentra vestida y sin ropa en la última —In the Tepidarium, 1913—).

Los colores, que se mantienen prácticamente inalterados a lo largo de toda su producción, se aplican a base de sucesivas capas transparentes (veladuras) y toques precisos, lo que favorece la extrema nitidez del conjunto.

Fuentes

  • En sus periodos de mayor actividad, llega a firmar una media de catorce piezas por año.
  • Joseph A. Kestner: 1986, p. 338.