José María Cayetano Arteaga Magallanes
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José María Cayetano Arteaga Magallanes. Fue un destacado militar mexicano que combatió en la Guerra con los Estados Unidos, en la Guerra de Reforma y en la Intervención Francesa.
Biografía
Capitalino de origen, vino al mundo un 7 de agosto de 1827, y siendo todavía pequeño, su familia se trasladó a Aguascalientes, donde José María realizó sus primeros estudios para después dedicarse a la sastrería. En 1846, a raíz de la invasión estadounidense a México, Arteaga, de 19 años, se fue a San Luis Potosí y sentó plaza de soldado en la Guardia Nacional, y al firmarse los Tratados de Guadalupe Hidalgo, Arteaga se pronunció junto con otros partidarios que deseaban continuar la guerra, pero cuando el movimiento fue derrotado por las tropas federales, Arteaga regresó a su hogar y abrió un taller de sastrería.
Cuatro años después, en 1852, Arteaga regresó a las armas como sargento primero del batallón activo de Aguascalientes, y al año siguiente fue promovido al grado de subteniente y a fines de año a capitán. En 1854 se puso a las órdenes del general conservador Félix María Zuloaga para combatir a los sublevados del Plan de Ayutla, y en el sitio de Nazco las tropas conservadoras fueron derrotadas y rendidas, y algunos de los oficiales y soldados se unieron a los revolucionarios, entre ellos Arteaga.
Arteaga se puso a las órdenes del general Ignacio Comonfort, con quien llevó a cabo la campaña en Michoacán, siendo ascendido a teniente coronel, y al triunfo de la Revolución de Ayutla fue ascendido a coronel. Dos años después en 1857, Arteaga fue electo gobernador de Querétaro, y como tal llevó a cabo la puesta en vigor de la Constitución de 1857, además de que tuvo que hacer frente a las tropas conservadoras del general Tomás Mejía, que peleaban en la sierra de Querétaro. Peleó en Tunasblancas en enero de 1857 a las órdenes del general Anastasio Parrodi, y en La Magdalena en febrero, en las cuales logró el aniquilamiento de los pronunciados, al igual que en San Luis Potosí.
De regreso en Querétaro la ciudad fue sitiada en noviembre de ese mismo año, resultando Arteaga herido, siendo salvado por un fraile que lo ocultó en una celda del Convento de San Francisco, donde Arteaga tenía su cuartel general. La ciudad fue capturada por las tropas de Mejía, hasta que un ejército dirigido por el general Manuel Doblado entró en la ciudad y obligó a Mejía a escapar, siendo Arteaga reinstalado en el cargo. En noviembre de 1859 participó en la batalla de Estancia de las Vacas, con los ejércitos de Michoacán y Querétaro, pero fue derrotado por las fuerzas al mando de Miguel Miramón. Participó en Michoacán secundando la actividad del Gral. Epitacio Huerta, fabricando municiones, cañones y armamento; en septiembre de [[1859 le fue concedida la ciudadanía de Michoacán y de diciembre de 1860 hasta enero de 1862 ocupó nuevamente la gubernatura de Querétaro.
En marzo de 1862 Arteaga se puso a las órdenes del general Ignacio Zaragoza, quien le encomendó capturar al general Manuel Robles Pezuela, quien se pasó al bando conservador y se dirigió a Tehuacán para entablar pláticas con el alto mando francés, cosa que no pudo lograr, ya que Arteaga se le adelantó y lo llevó prisionero a Zaragoza, quien ordenó que Robles Pezuela fuera fusilado por la espalda como traidor.
El 28 de abril de 1862 Arteaga participó en la Batalla de las Cumbres de Acultzingo, en la cual resultó herido en la pierna izquierda, por lo que fue retirado del campo de batalla, y el ejército de Oriente se replegó hacia la ciudad de Puebla, por lo que Arteaga no llegó a participar en la célebre batalla que tuvo lugar en Puebla el 5 de mayo de 1862, en la cual las tropas republicanas vencieron al ejército francés. Aún recuperándose de su herida, Arteaga fue enviado a Jalisco para ocupar el cargo de gobernador que había dejado el general Manuel Doblado el 20 de junio de 1863, permaneciendo en el cargo hasta julio de 1864, tras el avance de las tropas francesas dirigidas por el mariscal Achilles Bazaine. Siendo gobernador, Arteaga fue ascendido a divisionario.
El 21 de julio de ese año Arteaga reemplazó a su antiguo superior José López Uraga como comandante en jefe del Ejército del Centro, y teniendo a su mando a los generales Carlos Salazar y Vicente Riva Palacio. El 12 de octubre de 1865 Arteaga y sus oficiales recibieron informes de que el general imperialista Ramón Méndez no se movilizaba, por lo que se dirigieron a Santa Ana Amatlán, llegando el día 13, y tanto los oficiales como la tropa se dispusieron a descansar. A las 11 de la mañana llegaron las tropas de Méndez y Arteaga fue apresado de inmediato, y Salazar trató de defenderse, pero cuando se le acabaron las municiones, se rindió ante los imperialistas; solamente Vicente Riva Palacio logró escapar. Después se supo que dos de los oficiales, Julián Solano y Pedro Tapia, habían sido comprados por los imperialistas para entregarles a los oficiales del ejército del Centro. Cabe mencionar que Méndez recibió el grado de general por esta acción.
Conforme a la ley del 3 de octubre de 1865, recién promulgada por el emperador Maximiliano, todos aquellos que se rebelaban en contra del Imperio serían pasados por las armas sin juicio alguno. Méndez les comunicó a los prisioneros que serían trasladados a Uruapan y ahí serían fusilados. El día antes de la ejecución, Arteaga le escribió una carta a su madre, diciéndole que su único delito había sido pelear por la independencia de su patria y que sería fusilado.
Muerte
A la mañana siguiente, Arteaga le pidió al general Salazar que lo ayudara a ponerse de pie frente al pelotón con valentía, a lo que Salazar le respondió: “No se preocupe general, ahora mismo les mostraremos cómo mueren los hombres”. Fueron llevados a la plaza principal de Uruapan, y ahí se colocaron Arteaga, Salazar, los tenientes coroneles José Trinidad Villagómez, Jesús Díaz Ruiz y el capitán Juan González. Arteaga se dirigió al pelotón diciéndoles: Muero defendiendo la integridad de mi patria, no como general, sino como ciudadano. En tanto Salazar se desabrochó la camisa, indicando dónde debían disparar diciendo: Voy a enseñar cómo muere un leal republicano asesinado por traidores. Inmediatamente a la voz de “¡Fuego!”, los cinco cayeron al suelo atravesados por las balas; era el 21 de octubre de 1865.
Fueron sepultados en Uruapan, y al término de la Intervención francesa, se decidió que los cuerpos de Arteaga y Salazar fueran trasladados a la Ciudad de México y fueron sepultados en el Panteón de San Fernando. Posteriormente serían conocidos con el sobrenombre de los “Mártires de Uruapan”. Varios municipios de México llevan el nombre o apellido Arteaga. Fue declarado Benemérito de la Patria.
Fuentes
https://callesdemonterrey.wordpress.com/page/2/
http://wikivisually.com/lang-es/wiki/Jos%C3%A9_Mar%C3%ADa_Arteaga_Magallanes
http://biografias-mexicanos-celebres.blogspot.com/2013/08/jose-maria-arteaga.html
