La sal del Sahara

La sal del Sahara
Información sobre la plantilla
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Características
Clima:Desértico
Tipo de vegetación:Escasa
Localización
Continente(s):África del Norte

La sal del Sahara. En la región central del Níger, hasta más allá de la frontera con Argelia en la aldea de Teguidda-n-Tessoumt, un lugar remoto a 200 kilómetros al noroeste de Agadés, ahí viven cincuenta familias que con sus métodos ancestrales, extraen de la arcilla del Sahara un valioso producto: la sal.

Descripción

Montículos artificiales y charcos de colores

Por el horizonte asoman unos montículos, dichos montículos son acumulaciones de los residuos que generan las salinas.

Todo tiene el color del barro cocido: el suelo, las paredes de las casas de los techos, hasta los cercados son de barro. Destaca únicamente el verde de un par de árboles que vigilan como centinelas desde cada extremo del poblado. La monotonía cromática contrasta con los colores pastel de los cientos de charcos de agua salada. El lugar es un hormiguero donde hombres, mujeres y niños trabajan sin cesar.

Método de extracción

Hay dos clases de charcos: los grandes que llegan a medir 2 metros de diámetro, sirven para separar el agua salada –o salmuera- de la arcilla y los pequeños se destinan al proceso de evaporación. El agua de los veinte manantiales de la zona es salobre. Sin embargo la sal no se extrae del agua, sino de la tierra y por eso este tipo de extracción es tan singular.

  • El trabajo de los hombres: Un hombre deposita tierra en uno de los charcos grandes que está lleno de agua de manantial, luego pisotea la mezcla como si estuviera en un lagar. Cuando ve que la tierra ya tiene la consistencia adecuada, deja reposar el fango salobre por varias horas. Alrededor hay otros charcos como ese, repletos de la misma mezcla. Cada uno tiene si propia tonalidad café, pues todos cambian de color conforme el lodo se asienta en el fondo. Cerca de ahí, otro hombre utiliza una jícara –la cáscara de una calabaza- para sacar la salmuera de uno de los charcos grandes y vaciarla en los pequeños. Por lo regular los hombres se encargan de este trabajo y del mantenimiento de los charcos. Algunos de estos son hoyos naturales y otros han sido excavados en la roca. Cuando es imposible excavar, se levanta manualmente un pequeño muro circular con barro y se compacta dándole golpecitos con un palo. Estos muros se reparan o reconstruyen cada año.
  • Las mujeres: Por otro lado, alas mujeres les toca lo más pesado: suministrar tierra salada para el proceso. También sacan los cristales de sal de los charcos destinados a la evaporación y limpian su fondo por completo, dejándolos listos para la siguiente tanda.
  • Los niños: Los niños, por su parte, juegan cerca de los charcos pequeños y al mismo tiempo vigilan el proceso de evaporación. A medida que la salmuera se evapora, aparecen los cristales de sal en la superficie que forman una corteza que obstruye la evaporación por eso los niños la salpican con agua para que se rompa y los cristales se hundan, de este modo la salmuera se sigue evaporando hasta que solo queda la valiosa sal.

Moneda de cambio

En la aldea las mujeres transforman la sal húmeda en una especie de tortas que dejan secar al sol del desierto. Como la sal no se refina dichas tortas conservan la tonalidad del barro, las moldean de tres formas: ovalada, circular y triangular, las ovaladas y circulares son para vender las triangulares son para regalar.

Venden la sal a los nómadas y comerciantes salineros que pasan por Teguidda-n-Tessoumt para intercambiarla por comida y otros artículos pero la mayor parte de esta sal acabará en los mercados de poblaciones más grandes, en las inmediaciones del desierto.

Fuentes