Lincoln (Película)

Lincoln
Información sobre la plantilla
Drama | Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
149  min
Estreno2012
GuiónTony Kushner (Libro: Doris Kearns Goodwin)
DirectorSteven Spielberg
Dirección de FotografíaJanusz Kaminski
Productora20th Century Fox / DreamWorks SKG / Amblin Entertainment / Imagine Entertainment / The Kennedy/Marshall Company / Participant Media / Reliance Entertainment / Office Seekers Productions / Parkes/MacDonald Productions
PaisBandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Sitio web
http://www.thelincolnmovie.com/

Lincoln (Filme). Nos presenta una versión sobre Abraham Lincoln que explora los turbios procesos políticos para lograr un cambio social fuerte. Muy parecido al Presidente Obama, “Abe el honesto” era difamado y considerado por sus adversarios como un cambio radical muy peligroso. Pero éste no es un retrato idealista de la figura icónica, es más bien un estudio de los últimos 4 meses de su vida, de la lucha por mantener su integridad mientras utilizaba su poder político para un bien mayor.

Sinopsis

En 1865, mientras la Guerra Civil Americana se acerca a su fin, el presidente Abraham Lincoln propone la instauración de una enmienda que prohíba la esclavitud en los Estados Unidos. Sin embargo esto presenta un gran dilema: si la paz llega antes de que se acepte la enmienda, el Sur tendrá poder para rechazarla y mantener la esclavitud; si la paz llega después, cientos de personas seguirán muriendo en el frente. En una carrera contrarreloj para conseguir los votos necesarios, Lincoln se enfrenta a la mayor crisis de conciencia de su vida.

Reparto

Daniel Day-Lewis

Sally Field

Tommy Lee Jones

David Strathairn

Joseph Gordon-Levitt

James Spader

Lee Pace

Gulliver McGrath

Hal Holbrook

Michael Stuhlbarg

Jared Harris

David Costabile

Jackie Earle Haley

Joseph Cross

John Hawkes

Tim Blake Nelson

Peter McRobbie

Jeremy Strong

Gloria Reuben

Walton Goggins

Bruce McGill

David Oyelowo

Lukas Haas

Dakin Matthews

Premios

2012: 2 Oscar: mejor actor (Day-Lewis) y dirección artística. 12 nominaciones

2012: Globos de Oro: Mejor actor dramático (Daniel Day-Lewis). 7 nominaciones

2012: Critics Choice Awards: Mejor actor (Lewis), guión adaptado, BSO. 13 nominaciones.

2012: Premios BAFTA: Mejor actor (Daniel Day-Lewis). 10 nominaciones

2012: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor actor (Day-Lewis), actriz sec. (Field) y guión

2012: Satellite Awards: Mejor dirección artística. 8 nominaciones

2012: National Board of Review (NBR): 10 mejores películas del año

2012: American Film Institute: Top 10 - Mejores películas del año

2012: Directors Guild of America (DGA): Nominada a Mejor director

Críticas

Perfectamente olvidable

De Steven Spielberg siempre se espera una soberbia puesta en escena, aspecto que en esta película se cumple a rajatabla tanto en espacios interiores como exteriores.

Se espera también que se rodee de buenos actores para una cinta con este tema, como es la aprobación de la 13ª enmienda (la abolición de la esclavitud), y en este aspecto también Daniel Day-Lewis (concuerdo con quien aconseja verla en versión original) lo borda. Los secundarios también son correctos, pero sus papeles, salvo Tommy Lee Jones a ratos, no dan para lucirse. Y poco más.

Las dos horas y media de duración se centran en las negociaciones y tretas para conseguir la aprobación de dicha enmienda, siendo la mayoría de los momentos repetitivos, con demasiados acontecidos y chascarrillos contados por Lincoln; repetitivo también es (una vez más) el tema del hijo que no está y con pocos momentos que te hagan respaldarte en el sillón mínimamente emocionado o interesado.

De Lincoln también se esperan buenos discursos [por supuesto, en esta película no podían poner un texto suyo muy incómodo para todos que reza:«Diré, entonces, que no estoy y nunca he estado a favor de ninguna forma de igualdad social y política entre las razas blanca y negra; que no estoy y nunca he estado a favor de votantes o jueces negros ni de cualificarlos para que ocupen cargos ni para que contraigan matrimonio con personas blancas, y diré, en adición a esto, que hay una diferencia física entre las razas blanca y negra que creó prohibirá para siempre que esas dos razas vivan juntas en términos de igualdad social y política. Y hasta donde no pueden vivir de esa forma, mientras permanezcan juntos, debe existir la posición superior e inferior, y como cualquier otro hombre estoy a favor de la posición superior asignada a la raza blanca.» (The Writings of Abraham Lincoln. Abraham Lincoln)], pero salvo dos momentos, como decía, las palabras van, vienen y se diluyen en el recuerdo, dejando esta posición incómoda de Lincoln citada justo arriba en boca de Tomy Lee Jones en una intervención en el congreso.

Para mi gusto no tiene el suficiente ritmo (y quien piensa que las negociaciones políticas no pueden tener ritmo, que qué diablos pido, le recomiendo -fervorosamente- El Ala Oeste de la Casa Blanca), se hace a muchos ratos muy lenta y te mantienen pegado a la pantalla casi exclusivamente Daniel Day-Lewis y Tomy Lee Jones.

Por supuesto, olvidaos de veracidad histórica acerca de las verdaderas causas de la guerra y de las verdaderas razones de la abolición de la esclavitud, que no están ni por asomo esbozadas en el personaje protagonista. Preparaos a asistir a una especie de hagiografía, con todo lo que la palabra conlleva.

Espero que a vosotros os guste mucho más que a mí, de verdad.

Lincoln vs. Lincoln

Euclides enuncia de este modo la primera de sus nociones comunes: “Las cosas iguales a una misma cosa son también iguales entre sí.” Si un hombre blanco y un hombre negro son, por definición, seres humanos, han de ser forzosamente iguales entre sí –concluye el Abe Lincoln ideado por Spielberg. Sobre ese axioma se construye la película.

Daniel Day-Lewis (en su enésimo “último” proyecto) toma el personaje creado por Henry Fonda en ‘El joven Lincoln’, y lo hace suyo. En la actuación de Fonda todo es primavera; en Day-Lewis el desempeño es invernal.

La doble comparación (John Ford/Steven Spielberg; Henry Fonda/Daniel Day-Lewis) es pertinente. Los dos directores ensalzan sin medida a Abraham Lincoln. Los dos actores rizan el rizo de la interpretación, con gesto, voz y maquillaje. Ford y Spielberg representan el antes y el ahora del gran cine americano comercial. Day-Lewis y Fonda encarnan la excelencia en su trabajo. Contra este póker de estrellas, apenas hay oposición.

Pero, donde Ford pone sensibilidad y poesía, Spielberg pone sensiblería y énfasis. Los negros, en ‘Lincoln’, siempre miran arrobados, con los ojos brillantes, en permanente estado de embriaguez efervescente; aguardan al Mesías blanco, que habrá de liberarlos. Se muestran fieros y orgullosos. Y, sin embargo, no nos parecen de verdad. En ‘El joven Lincoln’ un pelotón de linchamiento se deja conmover por la oratoria de Abraham y Ford consigue que aceptemos sin dudar tal pirueta.

Ford maneja el tempo y el detalle. Con un cambio de plano y una frase desarma al hombre que encabeza el pelotón. Spielberg juega al tiovivo y al efecto. Donde Ford pone respeto y reverencia, Spielberg pone propaganda. Ford recrea un pueblo, con sus habitantes, cercanos y creíbles, y nos sumerge en un cinematográfico siglo XIX. Spielberg trasplanta a dicho siglo caracteres del siglo XXI, los disfraza y los hace deambular por las calles y recintos de su fastuosa superproducción. Busca indignar haciendo que los esclavistas digan frases que hoy en día nadie (salvo nazis, racistas o descerebrados varios) tomaría en serio. Edulcora y simplifica los hechos de la historia a golpe de maniqueísmo. Respeta la parte y manipula el todo. A veces tengo la impresión de que nos toma por idiotas.

La diferencia entre Steven Spielberg y John Ford se advierte ya en el planteamiento de sus cintas respectivas: Ford retrata los inicios de Lincoln en un modesto pueblo de Illinois. Spielberg aborda el voto de la decimotercera enmienda, que abolirá la esclavitud. Ford, con humildad, alcanza cotas de gran cine; Spielberg, mientras tanto, se instala en lo sublime y patriotero.

El Lincoln de Fonda nos gana por su profundidad emocional, de carne y hueso. La melancolía del mito se sustenta en el vacío (el hueco de la valla) que ha dejado en él la pérdida de Ann. El Lincoln de Day-Lewis es puro virtuosismo: un ídolo da vida a una leyenda. En Fonda cala el personaje.

Quisiera creer que la distancia entre ambos directores no es la distancia real entre el Hollywood de hoy y el Hollywood de antaño. Pero, en arte, no siempre las cosas iguales a una misma cosa son también iguales entre sí. Ford fue rey y Spielberg reina ahora. Sin embargo, el talento no se mide en términos de cetros, coronas y cifras de taquilla. Quizás no sea justo compararlos. El cine comercial admite múltiples categorías. ‘El joven Lincoln’ y ‘Lincoln’ juegan en ligas diferentes. Spielberg, por mucho que se afane, jamás será rival para John Ford.

La complacencia de una nación

Tanto se ha explotado la imagen heroica del presidente Lincoln, que la forma más obvia de tratar un biopic es hacer una película contando la leyenda del modo más edulcorado posible, cercano al cine deportivo o de juicios —me recuerda mucho a “El Jurado” (2003)— añadiéndole un tinte épico que pretende solemnizar el espectáculo.

La película se centra en la votación parlamentaria de la Enmienda que abolirá la esclavitud, siguiendo fase por fase el proceso político: sus motivaciones, la búsqueda de apoyos y el desarrollo de la votación. Obvia así temas fundamentales de la presidencia de Lincoln, como son las causas y consecuencias de la Guerra de Secesión, el análisis del presidente o las auténticas circunstancias que motivaron la Decimotercera Enmienda.

Es un drama completamente partidista, donde la visión de la esclavitud es antitética pero igual de sesgada a la que otorga "El nacimiento de una nación", tan criticada y a veces denostada por su extremismo. Estas dos películas tienen en común la exagerada caracterización de los bandos y el descrédito del adversario, ridiculizándolo hasta el absurdo. Mientras que en la obra maestra de Griffith los negros votaban dos veces, robaban, violaban y aparecían con música efectista para mostrar su mala intención; en "Lincoln", se muestra al ejército confederado a contraluz, como figuras oscuras y amenazadoras.

Esta vez hay un segundo enemigo, y se encuentra en el propio Capitolio de la Unión: los demócratas se muestran como gente incivilizada, ignorante, intolerante, extremadamente racista, y que en ocasiones aparece escupiendo, drogándose o bebiendo. Por otro lado, "los buenos" son el ala radical de los republicanos liderados por Lincoln, políticos comprometidos con la causa social de los negros, extremadamente patrióticos y serios. Hay una escena en el Capitolio en que un hombre declara y provoca los vítores de dos partidos más cercanos a la exaltación futbolística que política que ocurre algo así:

- El hombre declara: "odio la esclavitud", con lo que todos los republicanos estallan en aplausos.

- El hombre continúa: "pero no estoy de acuerdo con la enmienda", siendo este el turno de los demócratas para ovacionarle. (NOTA EN SPOILER, SIN SPOILER)

Spielberg traza una visión de Lincoln complaciente, acorde con la leyenda creada y aprendida por el pueblo americano. No se menciona en ningún momento cuáles fueron las causas reales de que el presidente se empeñase con tanta firmeza en aprobar la Enmienda, cuando su intención era debilitar al enemigo en tiempo de guerra, en un momento en que la Unión iba perdiendo. La abolición de la esclavitud fue, por tanto, una potente estrategia bélica para crear caos en el territorio confederado. Y no hay que olvidar que la Guerra de Secesión Americana nunca se trató de una guerra social, sino de un enfrentamiento entre el norte industrial y el sur agrario, una guerra instigada y vencida por el capitalismo.

Que el director haya tratado el tema bajo esta óptica sólo ha podido tener dos motivaciones: o bien ha querido subrayar que la leyenda de Lincoln es todo un ejemplo para el pueblo americano, pasando por alto la veracidad de la historia; o que hacer un biopic que desmitificara al héroe no acarrearía más que un rechazo general tanto social como comercial.

Fuera de la indignación y vergüenza que me produce el tratamiento de la historia en esta película, las interpretaciones de Day-Lewis y Tommy Lee Jones son realmente buenas; estoy seguro que Day-Lewis pasará a la historia por haber encarnado físicamente tan bien a Lincoln. La escenografía es muy fría pero correcta, y otros aspectos técnicos son más que aceptables. Otra cosa que me gustó como espectador morboso que soy, que exige que se muestre el asesinato de Lincoln y se muestre bien, fue el tratamiento que da Spielberg de éste, muy diferente a cualquier cosa que me esperase, bastante original. ===Abraham Lincoln: Cazador de Oscars Típica propuesta hecha con el solo objetivo de alzarse con la mayor cantidad de estatuillas en la próxima ceremonia, sobándo el espíritu patriótico estadounidense de los votantes de la Academia, al azuzar la imágen mental de la figura histórica más venerada de esos lares (y seguramente tendrá éxito, se habla de 11 nominaciones).

Cinematográficamente, su valor es escaso. Es de la clase de películas a las que Hitchcock se refería despectivamente como "fotografías de gente hablando". Si "Lincoln" fuera una película muda como "El Artista", sería un constante e interminable intertítulo que taparía todo el tiempo la cara de los actores. Poquita cosa para este maduro señor que comenzó su carrera explotando el lenguaje visual del cine al máximo con "Duel" (1971), cuando era un borrego.

El título es mentiroso. La cinta debería llamarse "La Decimotercera Enmienda", "En Busca de la Emancipación" o "Intrigas en el Capitolio". Porque de eso trata la peli, de la pelea congresista de si sale o no sale la enmienda nro. 13 de la constitución. Dentro del film, Abraham no es más que un actor más entre el resto de los que pelean y debaten por la dichosa enmienda.

Por la forma en que el estreno viene marketineado, hacía pensar equivocadamente que sería un biopic concentrado en la figura y la vida del presidente norteamericano más famoso, pero en lugar de esto nos encontramos con una sucesión de negociaciones políticas a puertas cerradas, en torno a mesas de conferencias dentro de habitaciones lúgubres y oscuras, porque parece que a mediados del siglo XIX, el sol no brillaba nunca en ningún lado.

Como ya sabemos de antemano que la enmienda sí salió, no hay mucho suspense que digamos, y "Lincoln" se hace más aburrida que chupar un clavo. Recién cuando la acción (por llamarla de alguna manera) se muda al congreso entre gritos y muchos papelitos escritos siendo intercambiados de mano en mano, el film cobra un poco más de vida y color.

Las subtramas que podrían haber añadido un poco emoción a la historia, como la tensa relación del presidente con su hijo, no son aprovechadas. La revelación sorpresa final del personaje de Thaddeus Stevens(* ver spoilers) - que me llevó hasta la wikipedia para sorprenderme con que era un hecho histórico cierto y no un desvarío del guionista- podría haber sido desarrollada por Spielberg desde el comienzo, para añadirle una capa interesante de dramatismo y humanidad a la historia, en lugar de terminar como un simple detalle final.

(Por cierto, he visto los retratos del tipo en la Web; que bién que esta elegido Tommy Lee Jones para él papel: la misma cara baqueteada).

Coincido con lo que dijeron otros: una película elogiada por portación de apellido, tanto el del título como el de quién la firma. Para escuchar las transcripciones de los discursos y los debates, mejor me hubiera comprado el libro en el que se basa la película. Yo esperaba ver algo de cine. Me temo que habrá que esperar a Django Sin Cadenas para ver una pintura más interesante sobre el tema de la esclavitud.

El mejor Lincoln para mí, sigue siendo el interpretado por Rex Hamilton, que se defiende a los tiros en el palco del teatro en la intro de "Police Squad" =)

El hombre sin edad. La sombra glorificada

Después de una introducción aparentemente belicosa para consolidar los traseros de la gente en sus respectivas butacas, el director de “La lista de Schindler” y de “Salvar al soldado Ryan” pronto nos apaciguará y se emprenderá en un mundo sin violencia notoria donde los matices políticos, los diálogos y su placidez narrativa serán las bazas fuertes de una producción moralista con gran poder de sugestión.

La atmósfera oscura y asfixiante de “Lincoln” esgrime ideas conceptuales como el fundamentalismo humano, y se sitúa en una realidad supuestamente lejana pero análoga a cualquier tiempo y lugar. Como creador de este escenario gubernativo se haya Tony Kushner (Munich), con una puesta en escena perspicaz, sutil, pero sistemáticamente correcta y cautelosa, sin que en ningún momento corra riesgo alguno.

En contraste de muchos biopics, “Lincoln” renuncia al personaje (no literalmente) y se centra en los hechos, en un momento concreto a partir de su reelección hasta el asenso de la decimotercera enmienda que abolió la esclavitud en Estados Unidos. Pero es cierto, que el quid del éxito radica en la maravillosa interpretación de Daniel Day-Lewis.

Esa oportunidad de haberlo visualizado en el idioma original y percibir una voz cálida y suave, humana, agotada por su pesadez vital (o de la guerra), y transmitida con suma seguridad y delicadeza,… es una delectación para los sentidos.

Con un sello de identidad propio, Lincoln posee una gran capacidad de conmoción humana. A través de anécdotas e historias, comunica su saber con pulcritud y con auténtica sapiencia. Un hombre ligeramente encorvado, sin edad, de apariencia lánguida pero con una destreza oradora intuitiva poco habitual.

Ídem Tommy L. Jones. Si en 2011 nos deleitaba en un interesante coloquio sobre la religión y la existencia (“The Sunset Limited”), en “Lincoln” vuelve a demostrar que posee maestría para el diálogo.

Steven Spielberg ha rodado una obra que se tambalea entre el pseudo-documental y que se nutre de ideas comunes a modo de una producción teatral, con un intenso poder coloquial, que desde mi punto de vista, en ningún momento aburre y que permite al espectador sumergirse en una historia de 2 horas y media gracias a positivas donosuras en un guión relativamente serio. Y para bien o para mal, sin apartarse de su carácter emotivo y convencional.

Después de la insuficiente “War Horse” y de la interesante “Las aventuras de Tintín”, Spielberg regresa en 2012 con una crónica que creará controversia y discusión. Una obra que gustará en la academia de los Oscars y que será suspendida por parte de la crítica.

Fuentes

  • Artículo Lincoln. Disponible en: www.filmaffinity.com, visitado el 26 de febrero del 2013.
  • Artículo Lincoln. Disponible en: cinepremiere.com.mx, visitado el 26 de febrero del 2013.
  • Artículo Lincoln. Disponible en: www.sensacine.com, visitado el 26 de febrero del 2013.