Orlando Fernández Montes de Oca

Orlando Fernández Montes de Oca
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Combatiente revolucionario cubano de la clandestinidad en Santiago de Cuba
NombreOrlando Fernández Montes de Oca
Nacimiento23 de enero de 1927
San Luis, Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento18 de octubre de 1958
Provincia Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteAsesinado por los lacayos de Fulgencio Batista
CónyugeMaría de la Corona Losada Mariño
PadresEzequiel Fernández
Juana Montes de Oca

Orlando Fernández Montes de Oca. Combatiente de la lucha clandestina en la ciudad de Santiago de Cuba. Férreo opositor a la dictadura de Fulgencio Batista. Realizó tareas que lo comprometieron con la causa revolucionaria, poniendo al servicio de esta sus recursos económicos. Fue asesinado en el año 1958 por los lacayos de la tirania de Batista.

Datos biográficos

Infancia y juventud

Nace el 23 de enero de 1927 en el poblado Dos Caminos, en el municipio San Luis, provincia Santiago de Cuba. Hijo del matrimonio formado por Ezequiel Fernández García natural de Santa Cruz de la Palma, Islas Canarias y Juana Montes de Oca Benítez, natural de San Luis, Oriente. Ezequiel era hijo de Gerónimo Fernández y María García, naturales de Canarias y residentes de Dos Caminos; mientras Gerónimo se dedicaba a la agricultura, María, como era costumbre, se dedicaba a los quehaceres domésticos. Juana, dedicada también a la atención de la casa, era hija de Antonio Montes de Oca de profesión agricultor y Marta Benítez, ambos procedentes de Canarias. Buscando mayor prosperidad vive en diferentes casas, en 1928 en General García, que es donde nace el segundo hijo el 31 de abril y que nombran Ezequiel, en 1929, en Coronel Chávez 15 y nace la primera hija el 4 de julio a quien nombran Marta de los Milagros; en 1931 residen en la Avenida Barceló donde nace Douglas Gabriel el 4 de mayo, es precisamente en este año en 1931 en que Ezequiel hace oficialmente su solicitud para que se le concediera la ciudadanía cubana. En 1935, el 28 de diciembre, nace el quinto hijo al que nombran Alberto.

La familia ocupa una posición económica holgada, pues los padres eran dueños de un bar-café y de un cine. Su niñez transcurre en este poblado, desde pequeño da muestras de inteligencia y avidez por los estudios, que alternaba con la ayuda que prestaba a su padre en el negocio. En 1939 la familia se traslada hacia Santiago de Cuba. En esta ciudad continúa sus estudios en diferentes escuelas públicas o privadas.

Comienza a trabajar en octubre de 1946 como dependiente de la Cafetería “Las Columnas”, situada en la Calle Enramadas, en Santiago de Cuba.

Por su seriedad y amor al trabajo, así como por las habilidades mostradas en su desempeño para el comercio, goza de la estimación de los dueños del negocio, hasta llegar a convertirse en el encargado del establecimiento. En este local conoce a la joven María de la Corona Losada Mariño, que meses más tarde se convertiría en su esposa y con la cual tiene cuatro hijos.

Trayectoria revolucionaria

A mediados del siglo XX la heroica ciudad de Santiago de Cuba vive momentos de tensión, ya que desde junio de 1956 se estaban gestando los planes para la expedición del Yate Granma. A raíz del desembarco y del alzamiento armado del 30 de noviembre por el M-26-7, las fuerzas de la tiranía desataron una lucha abierta y encarnizada contra los revolucionarios.

Fidel Castro concibe un plan general de alzamiento, que tiene como objetivo distraer a las fuerzas armadas de la tiranía para consolidar el establecimiento de la guerrilla en las estribaciones de la Sierra Maestra, neutralizar a los efectivos militares de la provincia de Oriente y obtener armas para intensificar la lucha. Era necesario, por tanto, localizar lugares seguros para proteger la vida de valiosos compañeros, tarea que se le dio al movimiento a través de sus células.

Dando cumplimiento a esta orden, Enzo Infante, responsable de la célula P, se dirige a la casa de Luis Martínez y Marta Fernández (hermana de Orlando) quienes habían brindado su colaboración. Inmediatamente, esta hermana se dirige a Orlando y le explica la tarea encomendada; es a partir de ese momento que se establece el vínculo de cooperación entre este comerciante y el Movimiento 26 de Julio.

Como miembro de este movimiento asume diversas tareas clandestinas, que simultanea con las orientadas por el Movimiento de Resistencia Cívica, institución secreta que agrupaba a ciudadanos responsables, preocupados por los problemas de la patria.

Orlando, realiza actividades que cada vez más lo comprometen con la causa revolucionaria, poniendo al servicio de la misma sus recursos económicos. Entre estas acciones están la distribución de víveres a diferentes casas de personas humildes que tenían escondidos a revolucionarios, pero no podían asumirlos económicamente; envío de alimentos a familiares de revolucionarios que subían para la Sierra Maestra, reparto de la propaganda del día, donación de grandes sumas de dinero al M-26-7, compra y reparto de armas, abastecimiento del Ejército Rebelde. Asimismo, en su casa funcionaba una radio clandestina, propiedad de Frank País.

En medio de su quehacer revolucionario, muestra constante preocupación y sensibilidad humana por su familia y por la situación de otras familias de revolucionarios o gente humilde, a las cuales ayuda económicamente. Las utilidades de su negocio eran todas para la lucha, en más de una oportunidad se le oyó decir:

"no me importa tener que empezar de vendedor ambulante de frutas con tal de ver a mi patria libre y feliz"
Orlando Fernández Montes de Oca

Muerte

El 18 de Octubre Orlando le planteó a su familia la necesidad que tenía de hacer un viaje a la Habana y que regresaría el día 21, para celebrar su aniversario de bodas. Una vez que el avión procedente de Santiago de Cuba tomó pista en el aeropuerto de la Habana, alrededor de las 10:30 pm. Y antes de dejar bajar a los pasajeros, fue llamado por los altoparlantes, diciéndole que se presentara en información. Al llegar a las puertas del edificio se vio de pronto acorralado por hombres del Servicio de Inteligencia Militar (SIM). Testigos de este episodio aseveran que fue llevado ante un teniente llamado Pérez Linares, bajo el mando de Pilar Irenaldo García. Aquella actitud no era una sorpresa. La tiranía acostumbraba a detener ciudadanos y desaparecerlos en un momento. Los actos de sabotajes, unidos a detenciones, desapariciones y crímenes, venían alimentando cada vez más un clima de inseguridad nacional. La familia de Orlando desconocía este suceso y al no regresar el 21 de Octubre como había dicho, ya que cumplía un aniversario más de boda los alarmó a todos, pero la tardanza se justificaba de momento por un telegrama en clave, recibido el día 19, que decía: Inocencio en Cuba, rumbo a las Villas. Creyeron que Orlando sabia de la llegada de Pachungo y que lo estaba protegiendo.

A los pocos días, en nombre del movimiento, Elvio Corona llamó por teléfono a Ezequiel Fernández, su hermano, y le dijo que Orlando estaba preso. Marta casualmente recibió la noticia en la calle y junto a María de la Corona, su esposa, con solo 15 días de parida, se dirigieron a la Habana, acudieron a todas las estaciones de policías, al Castillo el Príncipe, al Buró de Investigaciones SIM la esposa vio a un esbirro que vestía una camisa de Orlando y su reloj pulsera, no pudo contenerse y le gritó: Asesinos.

Pachungo, que se encontraba en las Villas al enterarse de la desaparición de su hermano regresa a la Habana para gestionar su paradero pero todo fue inútil.

En Santiago el padrino de Orlando, Antonio Benítez, fue a ver a ventura para ofrecerle lo que fuera necesario para que lo soltaran y el asesino le respondió: esa mercancía no existe.

Ante esa muestra que probaba el crimen cometido, iniciaron la búsqueda de sus restos en los archivos de varias necrópolis de todo el País, pero fue en vano; los sicarios habían desaparecido el cadáver de Orlando. Luego, en una de las oficinas del SIM apareció un telegrama que decía: detengan al comerciante.

Había dejado de existir un pilar del trabajo de propaganda, abastecedor de refugios clandestinos y un valiente y desinteresado luchador por la libertad de nuestro pueblo. Su muy querida ciudad de Santiago de Cuba sintió su muerte, lo supo torturado, vejado, pero también lo supo estoico para guardar los secretos que hubiera costado la vida a infinidad de personas. Orlando Fernández se llevó a la tumba el dolor de sus torturas y los nombres de todos con quien mantenía relaciones revolucionarias.

Duro como el mármol era el carácter de aquel hombre que solamente dejaba de existir físicamente, pues se había ganado el derecho de vivir eternamente.

Busto dedicado a Orlando Fernández en Plaza de Marte

Cada día su labor clandestina se hace más difícil, ya que su establecimiento era chequeado diariamente. Debido a la actividad revolucionaria de este luchador, la dictadura tiene ya implementada su captura, que se efectúa el 18 de octubre de 1958. Nunca se supo el paradero del cuerpo de Orlando, solo quedó su actitud como revolucionario.

Al cumplirse el primer aniversario de su desaparición física, en la ciudad de Santiago de Cuba se realiza un acto de recordación, en la Plaza de Marte. A esta conmemoración acudieron todos sus hermanos, la viuda, y todo un pueblo, en el homenaje hizo uso de la palabra el comandante Ernesto Che Guevara. Posteriormente fue develado un busto en el mismo parque.

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