Poroscopía

Poroscopía
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Huella Dactilar.jpg
Concepto:examen de los poros sudoríferos de los dactilogramas.


Poroscopía: es el estudio de la situación, dimensiones, número y morfología de los poros de la piel que existen en las crestas papilares, y lo dio a conocer el criminalista francés Edmond Locard en el año 1913. Permite la identificación plena de una persona, por medio de la morfología y topografía de los poros sudoríparos ecrinos, los cuales se hallan presentes en las crestas papilares.

Introducción

Este sistema no permite una clasificación manual rápida y eficaz al estilo de la dactiloscopia, por lo que tradicionalmente se ha usado como un sistema auxiliar de los otros que componen la Lofoscopia. Así, cuando se obtiene una muestra lofoscópica escasa e insuficiente para establecer la identidad de una persona, se realiza un estudio poroscópico mediante el cual sea posible fijar dicha identidad. Este sistema resulta decisivo en aquellos casos en los cuales, sobre el lugar de los hechos, emergen únicamente algunos fragmentos lofoscópicos.
Un aspecto importante a resaltar sobre la poroscopia es que está considerada como cien veces más precisa que los otros sistemas de identificación lofoscópicos. Por lo tanto, basta un fragmento papilar cien veces menor de lo necesario para los otros sistemas, para poder establecer con él la identidad de una persona.

Clasisficación

Para proceder al estudio de los poros es necesario recurrir a grandes amplificaciones con el fin de poderlos visualizar de forma óptima, para lo cual no suele servir la tinta que habitualmente se emplea en la obtención de indubitados con la reseña dactilar, siendo preciso usar tintas especiales.

Debido a la dificultad de clasificación indicada no hay constancia de archivos poroscópicos con los que poder buscar y cotejar rastros dubitados, lo que hace necesario disponer previamente del indubitado. Quizá con el desarrollo de la ciencia informática sea factible, a corto o medio plazo, llegar a crear bases de datos con archivos poroscópicos que permitan hacer tales búsquedas y cotejos en ellos.

Morfología de los poros: Denominada técnicamente poromorfología digital, comprende los siguientes tipos de poros:

  • Circulares
  • Estrellados
  • Ovalados
  • Irregulares
  • Triangulares
  • Mixtos

Situación de los poros: Este proceso recibe el nombre de poroubicación y determina su posición a lo largo de la cresta. Los poros pueden diferenciarse en:

  • Centrales
  • Marginales internos
  • Marginales externos
  • Mixtos

Dimensiones de los poros: Su cálculo se llama porometría digital y en él se distinguen estos tamaños:

  • Pequeños: De 62 a 125 micras.
  • Medianos: Alrededor de 125 micras.
  • Grandes: por encima de las 125 micras.

Número de poros: Esta operación se denomina porocuantimetría y se calcula en el número que hay por centímetro de cresta y que suele oscilar entre 9 y 18.

La Poroscopía según Edmon Locard

Locard dejó a las futuras generaciones de forenses la Poroscopía, con la cual afirmaba se podía identificar a los sujetos. En "Les pores et l’identification des criminels" (1912) Locard concluía, según Ashbaugh (1999) que:

  1. Los poros (terminaciones de las glándulas sudoríparas) presentan la triple característica de perennidad, inmutabilidad y variedad que permiten la identificación.
  2. La identificación por comparación de los poros es una manera de confirmar la evidencia que deriva de las huellas digitales, añadiendo a la determinación de las líneas papilares, los detalles de los poros, que en una impresión típica se ven por cientos.
  3. En la mayoría de los casos en donde la impresión digital ó palmar está demasiado fragmentada para la identificación por el método dactiloscópico, que requiere un número mínimo de puntos característicos (minutae points en inglés), la comparación de poros que se pueden distinguir en el recorrido de las crestas, permite lograr una identificación positiva mucho más convincente para los magistrados.

Wentworth y Wilder en “Personal Identification” (1918) traen a colación algunos de los aspectos fundamentales de la identificación por Poroscopía según Locard:

  1. El tamaño de los poros: que oscila entre los 88 y 220 μm de diámetro.
  2. La forma individual de cada poro: redondos, elípticos, ovales, romboides, triangulares, etc.
  3. La posición del poro en la cresta: sin duda, es la característica más útil y llamativa. Sin embargo, también es la que plantea más dificultades y, al igual que las anteriores, mucho tiene que ver con la calidad de la impresión. La posición de los poros puede variar con respecto a las otras adyacentes en la misma fila.
  4. El número o frecuencia de los poros: este puede ser calculado en función del número de poros en una línea determinada ó la cantidad de poros en un área específica. Locard observó que el número de poros en un centímetro de línea papilar varía entre 9 y 18.

Pincipio de Locard

El Principio de Locard se suele expresar así: "siempre que dos objetos entran en contacto transfieren parte del material que incorporan al otro objeto". El principio ha permitido obtener indicios relevantes en numerosos lugares, desde huellas en el barro o sus restos en neumáticos y calzado, hasta huellas dactilares o restos en las uñas.
Expertos criminalistas han señalado recientemente que el llamado "Principio de intercambio de Locard", referido como tal en gran parte de la literatura criminalística y reconocido como uno de los más importantes de esta ciencia, no había sido formulado como tal por el propio Locard en su monumental obra. Locard hizo la observación "Il est impossible au malfaiteur d'agir avec l'intensit que suppose l'action criminelle sans laisser des traces de son passage", es decir "es imposible que un criminal actúe, especialmente en la tensión de la acción criminal, sin dejar rastros de su presencia".
La primera referencia encontrada del principio del intercambio de Locard aparece en la obra de Reginald Morrish, The Police and Crime-Detection Today. El principio fue reiterado por L.C. Nickolls, en 1956, atribuyéndolo a Locard, quien lo habría enunciado en 1928, y confirmándolo como principio esencial aplicable al trabajo de los microscopistas forenses de todo el mundo.

Véase también

Fuentes