Portal:Panorama Mundial/DE LA PRENSA/2016-01-05

Estados Unidos: Inmigración, un avispero revuelto en 2016

PL. 2 de enero de 2016. Cuba Por Luis Beatón *

El plan la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) de deportar a miles de familias que cruzaron recientemente y de forma ilegal la frontera con México, provoca alarma y sitúa el tema migratorio en la campaña por la presidencia estadounidense en 2016.

Luego de años de fracasos en conseguir una reforma integral de las leyes migratorias, los estadounidenses enfrentan en 2016 fuertes desafíos, pues, si se concreta la iniciativa del ICE a partir de este enero, el margen entre republicanos y demócratas será muy borroso, comentan analistas del tema.

El diario The Washington Post, citando fuentes anónimas, informó de esta campaña de deportaciones y, desde entonces, no cesan las críticas de organizaciones defensoras de inmigrantes que repudian la expulsión de las familias.

En noviembre de 2014, el presidente Barack Obama anunció medidas que convertían en prioridad la deportación de 'los individuos que representan una amenaza para la seguridad nacional, la seguridad pública y la seguridad fronteriza'.

Pero, alarma ahora que ICE eche en un gran saco a todos los que entraron al país recientemente y recibieron una orden final de deportación el 1 de enero 2014 o después de esa fecha, según indicaron voceros.

A cambio de endurecer la política de expulsiones para aquellos que cruzaron recientemente la frontera, Obama decidió también en noviembre de 2014 emitir otras medidas, actualmente bloqueadas, para frenar de forma temporal la salida de padres con hijos estadounidenses y de jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo niños.

Varios analistas coinciden en que, con esta supuesta campaña de deportaciones, la Casa Blanca quiere desmotivar el cruce fronterizo de indocumentados.

En realidad, provoca una revuelta entre la comunidad latina y defensores de los derechos de los inmigrantes que plantean estos deben tener derecho a comparecer ante cortes judiciales para defenderse.

Por otra parte, comentaristas políticos estiman que el plan gubernamental es hoy un verdadero dolor de cabeza para los demócratas y sus aspiraciones de mantenerse en el poder.

El tema es espinoso y puede acaparar importantes espacios de cara a las elecciones presidenciales de 2016, comentan expertos y medios de prensa.

Análisis indican que si la Casa Blanca pone en práctica la idea acuñaría la retórica antiinmigrante del puntero en las encuestas por los republicanos, Donald Trump, cuyas posiciones apuntan a expulsar del país a 11 millones de personas sin papeles.

Influyentes medios de prensa como The New York Times consideran que de consumarse sería como la explosión de una bomba para los demócratas, quienes se sienten optimistas sobre sus perspectivas con los votantes hispanos, dada la dura retórica de Trump y otros candidatos republicanos.

En 2012, Obama ganó casi el 70 por ciento del voto hispano y los del partido azul creen que su casi segura nominada, Hillary Clinton, podría mejorar en ese número si los republicanos mantienen sus posiciones contra la inmigración ilegal.

No obstante, si el Departamento de Seguridad Interior (DHS) actúa contra cientos de familias de inmigrantes que huyen de la violencia en América Central, ello supondría un duro golpe para Clinton, pese a que su mensaje no acoge la iniciativa de la Casa Blanca y trata de moverse hacia una posición que respalde las leyes sin dejar de lado el problema humanitario.

El gobierno de Obama expulsó ya a más de dos millones de indocumentados desde 2009, según activistas que preparan actos de protesta con la esperanza de frenar esta política.

Frank Sharry, director ejecutivo de America Voice, expresó su esperanza de que la prioridad no sea deportar a familias vulnerables de vuelta a la violencia de la que huyeron, sino buscar formas de protegerlas.

Observadores miran con preocupación que las protestas estarán dirigidas al DHS, a la sede del Comité Nacional Demócrata y a sus precandidatos presidenciales, para que presionen a la Administración, lo cual da una idea de la amenaza en cierne para el partido en el gobierno y la pérdida del importante apoyo de la comunidad latina.

Por otra parte, críticos de la administración de Obama estiman que las políticas de 'mano dura' contra los indocumentados no lograron concesiones de los republicanos en el Congreso respecto a una reforma migratoria ni frenaron la emigración ilegal desde Centroamérica.

En octubre y noviembre, la Patrulla Fronteriza arrestó a 12 mil 505 familias a lo largo de la frontera suroeste, frente a cuatro mil 577 familias durante esos mismos meses del año pasado.

Ahora los principales amenazados del primer programa de deportaciones masivas son refugiados centroamericanos, la mayoría mujeres y niños que tratan de escapar de los ataques de pandillas, la violencia relacionada con las drogas y la brutalidad por los servicios de seguridad respaldados por Estados Unidos en Guatemala, Honduras y El Salvador.

Hasta ahora no trascendió si Obama apoyará la iniciativa represiva que se inicia en 2016, aunque fuentes citadas por la publicación canadiense Global Research aseguran que el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, presiona a favor de la decisión.

En este contexto, destaca que el puntero entre los aspirantes republicanos para las elecciones de 2016, el multimillonario Donald Trump, forjó su ventaja con un mensaje basado en diatribas racistas contra los inmigrantes y refugiados.

Según Global Research la medida del DHS contra los refugiados centroamericanos es una luz verde para Trump y otras fuerzas anti-inmigrantes de ultraderecha, y perjudicaría los intereses demócratas de ganar un histórico tercer mandato consecutivo en la Casa Blanca.

A este espinoso asunto se suman los intentos del estado de Texas para que la Corte Suprema de Justicia evite la revisión de una orden de un tribunal de primera instancia que bloqueó las medidas ejecutivas de Obama en materia migratoria.

En la última semana de 2015 documentos presentados por los demandantes ante el Supremo sostuvieron que las normativas del mandatario encaminadas a evitar la salida de cerca de cinco millones de inmigrantes van más allá de las leyes establecidas y de su autoridad constitucional.

En este complejo escenario, además, desentonan las deportaciones del ICE cuando el tema migratorio reviste especial importancia para tres de cuatro hispanos en capacidad de votar el año próximo durante las elecciones presidenciales y el 56 por ciento dijo que no concibe sufragar por un candidato que quiera revocar las medidas de Obama.

Selección en Internet: Juana Calzado Jiménez

*Periodista de la Redacción Norteamérica de Prensa Latina.

La discreta construcción de us Estado policiaco

La Haine. 25 de diciembre de 2015. España Por Alejandro Nadal*

El proceso deterioro del derecho constitucional y de descomposición de los elementos esenciales de la vida republicana en el régimen de EEUU no es casualidad

EEUU vive desde hace décadas enredado en una maraña de guerras que bien merecen el nombre de ‘guerras imperiales’. ¿Cómo es posible, preguntarán algunos ingenuos, que una república 'democrática', en la que predomina la división de poderes, se embarque en varias aventuras militares interminables y simultáneas?

Las declaraciones de guerra eran antiguamente un acto de gran solemnidad. Se anunciaban en medio de un grave protocolo y de acuerdo con un ceremonial diseñado para animar sentimientos de patriotismo. Pero hoy todo ha cambiado. Las guerras aparecen en la pantalla de televisión y la gente ya ni se pregunta ¿cuándo comenzó esta guerra?

La última vez que EEUU declaró formalmente la guerra contra una potencia enemiga fue en 1941 después del ataque japonés sobre Pearl Harbor. Los conflictos en Corea, Vietnam, el Golfo Pérsico, Afganistán, Irak y ahora en contra del Estado islámico, todos ellos no son formalmente guerras.

Hoy las guerras se autorizan vía el presupuesto. Por ejemplo, el Congreso estadounidense acaba de aprobar un descomunal paquete presupuestal para el Pentágono. Se trata del presupuesto para el año fiscal 2016 que supera los 572 mil millones de dólares y si está lejos de ser el más alto en la historia de las fuerzas armadas de EEUU, sí es un mal presagio para las guerras en curso y las que vienen. Hay además un regalo de más de 111 mil millones de dólares para proveeduría y adquisiciones, además de 50 mil millones de dólares para investigación y desarrollo experimental (un incremento de más de 13 mil millones de dólares con respecto del año anterior).

En esta lluvia de dinero para el Departamento de la Defensa se incluyen 58 mil millones de dólares para un rubro con las siglas misteriosas de GWOT/OCO que significan la famosa guerra global contra el terrorismo y el renglón de operaciones contingentes en el extranjero.

El presidente del poderoso Comité de asignaciones presupuestales de la Cámara de Representantes, el señor Hal Rogers, afirma que este presupuesto proporciona los recursos y entrenamiento para que nuestras tropas puedan llevar a cabo exitosamente sus operaciones y puedan combatir a nuestros enemigos alrededor del mundo.

La nueva ley presupuestal contiene más de 2 mil páginas. Es difícil navegar en su interior y, por supuesto, casi imposible captar las sutilezas legales que vienen inmersas en este voluminoso texto. Es ya práctica común del poder ejecutivo en muchos países enviar documentos muy voluminosos para la aprobación del legislativo y así filtrar disposiciones que de otro modo serían rechazadas. Para fines de supervisión de las actividades del poder ejecutivo y de las fuerzas armadas, es indispensable escudriñar todo el texto, casi renglón por renglón. Muy pocos congresistas están dispuestos a realizar este trabajo.

Hal Rogers también ha señalado que el paquete del Pentágono incluye recursos para combatir la amenaza real del Estado Islámico de Irak y del Levante (ISIL). ¿Significa eso que el poder legislativo le está dando una autorización al ejecutivo para involucrar a las fuerzas armadas estadounidenses en una guerra en contra del Estado Islámico? Eso significaría que el ejecutivo tendría de hoy en adelante los poderes para hacer la guerra en contra de la extraña entidad en el norte de Irak y Siria.

En principio, el poder del presidente estadounidense para hacer uso de la fuerza militar está limitado por la constitución (el congreso es la única entidad que puede declarar una guerra). Pero a raíz de los abusos durante la administración Nixon (en especial las noticias sobre los bombardeos secretos en Camboya) el Congreso aprobó la llamada Resolución de poderes de guerra en 1973. De acuerdo con esta ley, no es posible inferir de una simple asignación presupuestaria la autorización para el uso de la fuerza, a menos que dicha asignación vaya acompañada de una autorización explícita para la introducción de las fuerzas armadas de EEUU en las hostilidades.

Pero las asignaciones presupuestales han sido interpretadas en numerosas ocasiones como una forma de consentir el uso de la fuerza o, lo que es igual, para hacer la guerra sin una declaración formal por parte del Congreso. Un precedente muy importante se encuentra en las asignaciones presupuestales para desarrollar hostilidades en Kosovo en el año 2000. Las asignaciones presupuestales fueron interpretadas por el consejo legal de la oficina del procurador como luz verde para la guerra. Hoy nadie en Washington está preocupado por la forma discreta en que se autorizan y prolongan las guerras interminables en las que ya está envuelto EEUU.

Este proceso de deterioro en materia de derecho constitucional y de descomposición de los elementos esenciales de la vida republicana en EEUU no es casualidad. Es cierto que el deterioro comenzó antes de que se instaurara el neoliberalismo, pero el proceso se ha intensificado de manera notable con la expansión del sector financiero y, desde luego, con la crisis global de 2008. Hoy la construcción del estado policíaco sigue su curso en EEUU.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris

*Economista mexicano, doctor en Economía por la Universidad de París X, actualmente es profesor e investigador de economía en el Centro de Estudios Económicos del Colegio de México. Publica habitualmente en los periódicos La Jornada de México y la revista Sin Permiso.

Ventas de armas, inestabilidad y violencia

La Jornada. 27 de diciembre de 2015. México Editorial

De acuerdo con un reciente estudio del Congreso estadounidense citado por The New York Times en su edición de ayer [sábado], las exportaciones de armas de Estados Unidos se incrementaron en cerca de 35 por ciento en 2014, en comparación con el periodo anterior, para totalizar 36 mil 200 millones de dólares. Los principales clientes fueron Qatar, Arabia Saudita y Corea del Sur. De esta forma, Washington ratificó su sitio como primer fabricante y vendedor de armas en el mundo, seguido de lejos por Rusia (que el año pasado tuvo un volumen de ventas de 10 mil 200 millones de dólares), Suecia (5 mil 500 millones de dólares), Francia (4 mil 400 millones) y China (2 mil 200 millones).

Más allá de las implicaciones económicas y comerciales de estas cifras, es claro que la compraventa de armamento constituye uno de los principales factores de tensión en el mundo y el fenómeno no puede separarse de las orientaciones geoestratégicas tradicionales de la superpotencia del norte. Más aún, sus exportaciones de armas suelen ser un instrumento de política exterior para respaldar a regímenes corruptos y autocráticos, como las monarquías petroleras del Golfo Pérsico, o bien para hostilizar a gobiernos que mantienen diferencias ideológicas con la Casa Blanca, como ocurrió hace unos años con la exclusión de Venezuela de la cartera de clientes de armamento estadounidense.

Otro aspecto relevante en el comercio de materiales bélicos es el conjunto de prácticas corruptas y corruptoras a las que los países vendedores suelen recurrir, a fin de cerrar contratos de compraventa, especialmente cuando se trata de equipos aéreos, marítimos o terrestres de alto costo y tecnología de punta, como aviones de combate, embarcaciones, transportes de superficie y sistemas antiaéreos.

Por añadidura, es sabido que para impulsar sus ventas de armas al exterior, Estados Unidos y otros exportadores suelen atizar o crear conflictos bélicos con el propósito de crear mercados con alto potencial lucrativo y a costa de la vida y el bienestar de millones de personas.

Este comercio ha sido uno de los componentes en la gestación de guerras internas, como la que destruyó a la extinta Yugoslavia y como la que ahora causa estragos en Siria.

En el caso de nuestro país, las ventas estadounidenses de fusiles de asalto y armas aun más destructivas –como las ametralladoras Barret .50– han contribuido a hacer más devastadora la ola de violencia que se desató a raíz de la estrategia de seguridad pública adoptada por el gobierno anterior y que aún persiste en el actual.

En términos generales es claro que, a mayor fabricación y venta de armamento de todas clases, mayores y más graves resultan la inestabilidad, la violencia y el sufrimiento de poblaciones en el mundo. Por esa razón, para la nación vecina el lugar de primer exportador planetario de armas no debe ser motivo de orgullo, sino de vergüenza.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris

De película

La Jornada. 21 de diciembre de 2015. México Por David Brooks*

Tal vez la mejor manera de explicar hoy día a Estados Unidos sea a través de una serie de películas en cartelera.

Chi-Raq (derivado de Chicago e Irak), del director Spike Lee, explora el tema de la violencia mortal en Chicago hoy día, que se manifiesta tanto entre bandas de la comunidad afroestadounidense como la ejercida contra ella por las autoridades. Lee se inspira en la antigua obra griega Lisístrata, donde las mujeres de Troya y Esparta, cansadas de la incesante guerra entre sus pueblos, proclaman una huelga de sexo y se niegan a tener relaciones con sus hombres hasta que dejen de matarse y reine la paz.

Chicago es una de las ciudades con mayor violencia –sobre todo con armas de fuego– en este país, y más aún, está en medio de una crisis política por la brutalidad policiaca casi siempre impune, donde ya fue despedido el jefe de la policía y siguen los llamados a la destitución del poderoso y arrogante alcalde Rahm Emanuel. Pero Chicago no es excepcional, y estos fenómenos son nacionales.

Trumbo se basa en la vida del gran guionista de cine Dalton Trumbo (su obra incluye Espartaco y Éxodo, entre otras), quien fue víctima del macartismo como uno de los llamados 10 de Hollywood, y quien se negó a ceder –con inteligencia, pero sobre todo con integridad moral– ante la persecución política que se desató en este país a fines de los 40 y los 50. Hoy día, por un lado la persecución política contra inmigrantes, musulmanes, mujeres, afroestadounidenses y latinos impulsada por ultraconservadores y candidatos de tinte fascista, y por otro, la expansión de la vigilancia masiva de esta población por el sector de seguridad nacional de este país a niveles sin precedente, alimentando la paranoia conveniente de los otros y los enemigos internos.

The big short trata del fraude financiero más grande de la historia, que llevó a la gran recesión detonada en 2007, cuando millones de trabajadores perdieron sus empleos y millones perdieron sus viviendas como resultado de la especulación tramposa de Wall Street. El economista premio Nobel Paul Krugman escribe en el New York Times que esta es una película que Wall Street y los enemigos de mayores regulaciones prefieren que nadie vea, para que no se enteren de la verdad.

A esta lista de películas que no necesariamente serán éxitos comerciales también se pueden añadir dos más que sí lo son. El último capítulo de The hunger games continúa con la historia de resistencia y rebelión contra una élite que concentra el poder político, social y económico, y que se divierte y entretiene a las masas obligando a representantes de sectores sujetos a su poder a participar en un juego mortal, un reality show extremo. Con el famoso 1 por ciento más rico del país controlando no sólo la economía, sino en gran medida la política en este país, con un cotidiano concurso de gente pobre matándose entre sí, casi todo transmitido por televisión y video, y con un Donald Trump –famoso en parte como protagonista en un reality show– en medio del escenario del espectáculo electoral aquí, esta película se rehace cotidianamente.

Y ni hablar, el fenómeno del momento: el regreso de La guerra de las galaxias, que continúa resucitando el antiguo mito de un personaje común que se vuelve héroe en la eterna batalla de las fuerzas de luz contra un imperio del mal. Desde su estreno aquí la noche del jueves pasado, la película ha inundado todos los ámbitos de la vida cotidiana. Al concluir la última conferencia de prensa de la Casa Blanca, el viernes, se despidió el vocero de Barack Obama, Josh Earnest, acompañado de dos guardianes y el robot R2D2. Y al concluir el tercer debate entre los precandidatos presidenciales demócratas, la favorita Hillary Clinton concluyó: "que la fuerza los acompañe", la famosa frase de la serie.

La realidad está, pues sí, de película, y uno no sabe a veces de qué lado de la pantalla se encuentra. Torrentes de noticias parecen ser guiones (malos): que Disney implementará nuevas medidas de seguridad en sus parques de fantasía para enfrentar posibles amenazas (pero, ¿y qué tal si el enemigo ya está adentro? ¿Mickey Mouse podría ser un musulmán extremista radicalizado? ¿O un anglosajón encabronado con acceso fácil a armas legales? Todos son sospechosos); que un distrito escolar en Texas aprobó que los maestros y otros empleados de sus escuelas estén armados; que más ataques contra mujeres y sus derechos; que organizaciones musulmanas estadunidenses se vean obligadas a enviar a sus miembros guías sobre cómo protegerse si son atacados por sus conciudadanos; que si se lanzarán más bombardeos que matarán a más niños en el nombre de…. Entre tantas otras.

Y para confundir aún más las cosas, casi todos parecen necesitar filmar todo, en videos, selfies, cámaras que ya están instaladas en cualquier aparato, y distribuirlo por el ciberespacio al público anónimo universal. No hacerlo es no existir. Estamos constantemente filmando nuestra propia película.

Pero tal vez el cine como arte puede ofrecer algo que ni las noticias ni otro arte pueden. John Berger, en su extraordinario ensayo Ev’ry time we say goodbye, afirma que el cine es el arte narrativo de este último siglo, en parte porque el cine transporta a otro lugar, es movimiento, y eso captura la experiencia moderna definida por el desplazamiento humano sin precedente –voluntario e involuntario– en el mundo, en este que es un siglo de desapariciones donde nunca tanta gente ha tenido que decir adiós. Pero el cine, cuando es arte, mientras nos lleva a otro lugar, también nos regresa a algo compartido, a algo en común.

Berger concluye que “lo que el cine salva cuando logra ser arte es una continuidad espontánea con toda la humanidad. No es un arte de príncipes o burgueses. Es popular y vagabundo. En el cielo del cine las personas aprenden qué podrían haber sido y descubren qué les pertenece más allá de sus vidas singulares. Su tema esencial –en nuestro siglo de desapariciones– es el alma, a la cual le ofrece un refugio global”.

Es refugio popular, pero ojalá el cine ayude a cambiar esta película que se exhibe en Estados Unidos todos los días.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris

*Columnista de La Jornada; corresponsal de ese diario en Nueva York.

Nueve cosas que se deben saber sobre los “refugiados” cubanos en América Central

Investig'Action. 2 de enero de 2016. Francia Por Marc Vandepitte

En los últimos días 8.000 cubanos se han quedado bloqueados en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua. Estos cubanos tratan de entrar en Estados Unidos a través de ambos países. Son el juguete de una política cínica, incluso criminal. Es lo que nos desvela Marc Vandepitte

1. Que los más pobres emigren a las zonas más ricas es lo más normal del mundo. En Puerto Rico, muy cerca de Cuba, más del 40 % de la población total se ha ido y se ha ido a Estados Unidos. Cada año un cuarto de millón de centroamericanos atraviesan ilegalmente la frontera entre México y Estados Unidos. Después de la crisis financiera de 2008 abandonaron su país dieciséis veces más irlandeses que cubanos. Cuba, el país que ha conocido el bloqueo más largo de la historia mundial, no es una excepción a este respecto.

2. Para los cubanos existe una razón añadida. Gracias al alto nivel de la enseñanza, el cubano medio supera desde el punto de vista escolar claramente a la gran mayoría de los latinos, que a menudo son analfabetos. A modo de comparación: en Cuba hay dos veces más estudiantes superiores que en Bélgica (con población equivalente). Por consiguiente, los migrantes cubanos son económicamente interesantes y, por lo tanto, tiene mejores perspectivas que sus colegas del resto del continente. A menos de 200 kilómetros de su casa los cubanos pueden ganar diez veces más. Supongamos que ese fuera el caso de médicos, enfermeros, ingenieros, profesores belgas… Veríamos vaciarse los hospitales, las empresas y las escuelas. Ya ahora tenemos que emplear en nuestras clínicas a mano de obra médica de Rumanía y de Líbano.

3. La migración de Cuba hacia Estados Unidos se hace en el contexto de una política cínica de Washington. Los cubanos son los únicos ciudadanos del mundo que reciben automáticamente un permiso de residencia y asistencia en Estados Unidos. Los demás latinos detenidos en la frontera son deportados. Los cubanos, por su parte, son recibidos con los brazos abiertos y reciben un permiso de trabajo. Esta política migratoria de lo más cínica fue instaurada por Washington después de la victoria de la revolución en 1959 para acoger a los criminales de guerra y a los funcionarios corruptos del régimen anterior, pero también para favorecer la fuga de cerebros de Cuba. La ley estadounidense Cuban Adjustment Act sigue en vigor actualmente, a pesar de la supuesta normalización entre ambos países. Cuando los deportistas de alto nivel, universitarios o músicos célebres de Cuba están en el extranjero se les proponen contratos muy ventajosos para que abandonen su país.

4. Los médicos cubanos son sobre todo el objetivo de Estados Unidos. Más de 30.000 médicos cubanos trabajan en 66 países diferentes en el marco de programas internacionalistas. La Casa Blanca hace cuanto puede para atraer a la mayor cantidad posible de estos médicos a Estados Unidos. Es lo que hace desde 2006 con su “Parole Program” lanzado por Bush y mantenido por Obama.

5. Curiosamente, esta invitación estadounidense se acompaña de la negativa a conceder un visado. Desde 1984 existe un acuerdo entre ambos países por el que Washington promete conceder 20.000 visados al año (sobre todo en el marco de la reunificación familiar) y La Habana se compromete a no autorizar las “huidas en barco”. Pero en la práctica cada año solo se conceden 3.500 visados. En otras palabras, se seduce a los cubanos con un trato diferente pero, al mismo tiempo, se les corta la vía legal. Estos 3.500 visados se distribuyen por medio de un sorteo, sin ironía. El azar y no la motivación humana es lo que determina si un cubano puede reunirse con su familia…

6. Por una parte, Estados Unidos trata de atraer a los cubanos, por otra les impide llegar ahí por la vía legal. Este tipo de política fomenta la migración ilegal y el tráfico de seres humanos. Esta política criminal también incita a los delincuentes cubanos a cometer actos temerarios y criminales para abandonar la isla. A su llegada a Florida los piratas del aire y del agua pueden contar con la impunidad y a veces son acogidos como héroes.

7. El año pasado se restablecieron las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. A finales de noviembre habían tenido lugar unas negociaciones entre ambos países para discutir unos acuerdos sobre migración. Los cubanos que quieren abandonar la isla temen que en un futuro cercano desaparezca el trato preferencial hacia los cubanos. Por ello varios miles de cubanos se precipitaron a querer entrar en Estados Unidos. Pero Nicaragua decidió no concederles más visados de tránsito. Esa es la razón por la que varios miles de cubanos esperan en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua.

8. Desde hace varios años los cubanos pueden viajar libremente a Estados Unidos, pero no a la inversa. Los habitantes de la «land of the free» [tierra de las personas libres] corren peligro de recibir una multa de 25.000 dólares si visitan Cuba.

9. Cada año miles de emigrantes cubanos vuelven definitivamente a su patria. Decenas de miles querrían hacer lo mismo. El sueño americano, sobre todo después de la crisis de 2008, se convierte a menudo en pesadilla para los emigrantes cubanos. En su situación muchos de ellos, incluso en Europa, añoran el excelente sistema de seguridad social que han dejado atrás. Hasta los llamados “disidentes políticos” consideran volver a la isla. La prensa dominante nunca dirá ni pío sobre ello.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris