Prensa presupuestada no estatal (Cuba)

Prensa presupuestada no estatal (Cuba)
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Medios dependientes del cibernegocio contra Cuba

Prensa presupuestada no estatal (Cuba). Conocida como Prensa independiente o Prensa alternativa, son medios que se articulan alrededor de Cuba y forman una prensa dependiente del dinero de una organización o un magnate que desde fuera de la isla dice y dicta cómo y para qué se hace. No son medios alternativos al modelo hegemónico mundial, no buscan un cambio de las condiciones materiales del mundo actual, ni son revolucionarios (en el sentido más literal del término). Cumplen y dicen exactamente lo mismo que los medios hegemónicos, dueños de la comunicación mundial, sobre el proceso político cubano.

Antecedentes

La creación de una neo contrarrevolución cubana se remonta a inicios de la década de los 2000, específicamente el 14 de mayo de 2004, en una reunión de oficiales de la CIA realizada en la residencia de uno de los funcionarios de la entonces Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, cuando se planteó por primera vez la idea de dar a la contrarrevolución tradicional hasta entonces financiada y utilizada en Cuba un papel secundario, teniendo en cuenta su notorio desprestigio, y crear una contrarrevolución con un rostro y un discurso nuevo.

Esta nueva contrarrevolución debía encontrar sus recursos humanos entre personas, principalmente jóvenes, que tuvieran vínculos profesionales y sociales con la propia institucionalidad cubana que se pretende derribar, esto garantizaría determinado prestigio y afinidad con sectores, que si bien son demográficamente minoritarios dentro de la población cubana, ejercen una importante influencia social al ser generadores de ideología: Periodistas, académicos y artistas.

De la misma forma reclutar, capacitar y poner a trabajar en sus objetivos a varios blogueros, quienes fueron identificados en Cuba a partir de una “cartografía” de la blogosfera cubana, como se le llama al universo de páginas webs personales o grupales en Internet, un trabajo de identificación realizado en el año 2011 por Ted Henken, estudioso del tema digital cubano enviado desde Estados Unidos, y que por supuesto no incluía a los blogueros verdaderamente revolucionarios, concentrando su trabajo en aquellos cuya ambigüedad podía hacerlos proclives a la aceptación reiterada de invitaciones a eventos en embajadas y en el extranjero – de cada vez más evidente intención- , inicialmente en Europa y luego ya en los propios Estados Unidos, becas en universidades europeas o estadounidenses, como las de Harvard y Columbia, para crear o mantener proyectos políticos y mediáticos digitales en Cuba a partir de fondos recibidos como parte de estas.

Paralelamente se trabajó en convertir en figuras mediáticas a un pequeño grupo de personas que respondieran a sus intereses desde los sectores académicos e intelectuales. Estos se encargarían de ser ideólogos para la organización de una contrarrevolución "de izquierda" en Cuba, -siendo realmente una derecha disfrazada- con una plataforma socialdemócrata, anti comunista y anti fidelista, pero que inicialmente no actuaría abiertamente contra el socialismo o contra la Revolución, ni contra el Estado, ni el Partido Comunista de Cuba y demás organizaciones políticas.

Lo que hizo años después el presidente estadounidense Barack Obama en su alocución para el anuncio de relaciones diplomáticas con Cuba del 17 de diciembre del 2014, fue expresar lo que ya había sido asumido por la propia CIA en esa reunión de mayo del 2004: El uso de una línea dura y agresiva contra Cuba había fracasado, y era necesario buscar el logro de los objetivos por otros métodos.

Esto vuelve a ser explícito en la Directiva Presidencial firmada tiempo después por el presidente Obama en la que se hace notoria la intención de trabajar con la sociedad civil cubana. Obviamente no se trataba de las organizaciones e instituciones públicas existentes en Cuba, sino de la sociedad civil virtual, entiéndase la neo contrarrevolución, que se venía fomentando en Internet y las redes sociales, inicialmente de forma paralela a las organizaciones sociales cubanas, y luego ya abiertamente contrapuesta a estas, como parte de la estrategia en marcha desde el 2004.

En la citada reunión de 2004, el plazo de madurez para que esa neo contrarrevolución fuera funcional fue calculado en unos 15 años.

Esta madurez debía traducirse en que esta nueva contrarrevolución, cultivada intensamente en forma de sectores o burbujas aisladas en las redes sociales pudiera comenzar a realizar acciones de convocatoria fuera del espacio virtual, o sea en las calles en forma de manifestaciones. Que estuviera lista para aprovechar cualquier situación que pudiera propiciarlas, y lograr que llegaran a formar parte de estas, inconscientemente, personas realmente honestas que para nada comparten las intenciones reales, movidas por la sensibilidad e insatisfacción con temas como la censura en el arte, la tolerancia a un pensamiento diverso, los derechos de la comunidad LGBTIQ+, la protección al bienestar animal, las violencias de género.

Los llamados medios digitales “independientes” estarían igualmente listos para crear las condiciones de acumulación y manipulación, magnificar las convocatorias, y promocionar mediáticamente los sucesos.

En gran medida la madurez a la que aspiraban los oficiales de la CIA reunidos en la lejana reunión del 2004 consistió en el momento en el que una parte significativa de estos sectores, aun sin conexión unos de otros, pudieran ser movilizados, no ya hacia eventos de temática propia, sino hacia una concentración masiva común. Una situación lo suficientemente particular como para que los movilizara, pero al mismo tiempo lo suficientemente general y abstracta como para que pudiera ser promovida como una defensa del derecho a "pensar distinto" o a la "libertad de pensamiento", la tolerancia, etc, y de esta forma crear un ambiente inicialmente pacífico, atractivo y promovible en una mezcla entre lo festivo y contestatario, que lograra sumar a una mayor cantidad de personas diversas, no importa si ajenas a las verdaderas intenciones.

Financiamiento

El Departamento de Estado, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el Fondo Nacional para la Democracia (NED) de esa nación, financian esta maquinaria mediática.

En este diseño sobresale desde la NED, el cubanoamericano Aimel Ríos Wong. Como Jefe del Programa Cuba, distribuye los fondos aprobados para desmontar paradigmas ideológicos y culturales desde afuera y dentro de Cuba.

Fuentes públicas del propio Gobierno estadounidense han mostrado el incremento de estos fondos durante los últimos años, justo cuando el Estado cubano avanza en las transformaciones del nuevo modelo económico y social.

Así lo confirma una convocatoria de la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado norteamericano para financiar propuestas relacionadas con los derechos civiles y políticos en Cuba. Junto a la imposición de medidas económicas restrictivas y el complejo escenario epidemiológico de la COVID-19, los medios de prensa enemigos se alinearon para desacreditar la gestión del Gobierno cubano y deslegitimar el sistema social.

Todo ello tiene que ver con la fabricación de matrices de opinión, que tienen dos características esenciales: primero que están creadas para administrar los descontentos que existen, relacionados con determinados temas, y dirigirlos en contra del Gobierno, del socialismo, del sistema político; y segundo, intentar promover en Cuba un pensamiento liberal, basado en el liberalismo, que es la ideología del capitalismo.

La NED y la USAID, ponen a Cuba en la lista de países en los que actúa la entidad financiera internacional Open Society Foundations, creada por el multimillonario George Soros, que se dedica a la organización de proyectos grupales, que utilicen las causas sociales y de derechos humanos para trabajar por el derrocamiento de gobiernos y cambios de régimen, bajo el nombre de "revoluciones de colores". Con una experiencia en países de Europa del Este como Serbia, Georgia, Ucrania, y Bielorrusia, y utilizada igualmente en las llamadas Primaveras Árabes y contra procesos de izquierda en América Latina. Open Society no actúa por sí sola, sino que lo hace como parte de la agenda de injerencia internacional de los Estados Unidos.

Igualmente se trabajaría con la contrarrevolución venezolana, donde crearon el proyecto PROVEA, que con lucidez los medios bolivarianos rápidamente denunciaron.

En el caso de Cuba organizaron en 2014 el llamado "laboratorio de ideas" Cuba Posible, una página web con financiamiento de Open Society y otras entidades estadounidenses, bajo el camuflaje del debate y el ejercicio de la crítica popular impulsada por el propio Gobierno Cubano como parte de la redacción e implementación de los Lineamientos y la actualización del modelo económico. Igualmente aprovechando el ambiente de distención y acercamiento en ese entonces entre la isla y Estados Unidos, organizando varios eventos dentro y fuera de Cuba.

En el entramado comunicacional se encuentran los llamados influencers con tendencias hipercríticas, creados para generar empatías y tendencias ideológicas en miles de seguidores, a través de las redes sociales.

Los proyectos de prensa enemigos, en este escenario, se identifican como instrumentos del Gobierno de Estados Unidos en su estrategia de guerra no convencional contra la Mayor de las Antillas.

Con el fin de recibir de modo expedito los financiamientos, varias de estas publicaciones digitales contrarrevolucionarios se han registrado en otros países como organizaciones no gubernamentales (ONG).

El financiamiento, la capacitación y la asistencia técnica son pilares, a partir de los cuales se aprovechan las condiciones que existan en las sociedades que puedan ser objeto de intervención, para promover movimientos de resistencia que puedan fomentar el cambio deseado por Estados Unidos.

Quienes dirigen y colaboran en estos espacios, lo hacen a través de organizaciones radicadas en territorio estadounidense, europeo o latinoamericano.

Al funcionar como una organización privada reciben fondos privados, puede ser de cualquier individuo, de cualquier corporación a nivel internacional, lo que hace más difícil poder vincular a una entidad con un gobierno específico, y con los objetivos de política exterior de este en un país determinado.

Contratistas

Entre los contratistas de estos proyectos de prensa se encuentran:

Como estrategia seleccionan a sus futuros líderes, los capacitan, premian, financian, estimulan, visibilizan, aglutinan, empoderan, orientan y les dan espacios y tribunas.

Acciones

Este entramado de medios de comunicación intenta legitimar en Cuba la visión hegemónica estadounidense sobre democracia y libertad. Con su estrategia anexionista intoxican constantemente las redes sociales con informaciones tergiversadas sobre casi todo lo que ocurre en Cuba.

La llamada "prensa independiente" basa sus trabajos en la crítica y burla de las coberturas, enfoques, géneros y hasta de los titulares de la prensa estatal cubana. Prácticamente sus trabajos dependen, en gran medida, de lo que publica la prensa estatal para hacer sus réplicas a página entera o, aunque sea en un párrafo. Esperan ansiosos, a cualquier circunstancia de la que puedan sacar lascas y quedar como mejores periodistas frente a los de la prensa estatal.

Los directores editoriales de la mayoría de estos medios viven fuera de Cuba, principalmente en Estados Unidos, y se regodean de reflejar el día a día de Cuba.

Los periodistas, autodenominados alternativos, promueven el odio, la división y el descrédito hacia los periodistas de los medios estatales. Muchos de estos cobran dinero de una organización extranjera al servicio del Congreso de los Estados Unidos.

Fuentes

  • Cibernegocio contra Cuba y los medios dependientes que le hacen el juego. Disponible en:Cubadebate. Consultado el 31 de diciembre de 2020.
  • Se acabó el pan de piquito. Disponible en:Cubadebate. Consultado el 31 de diciembre de 2020.
  • Los ideólogos del golpe blando: Open Society en Cuba y la articulación contrarrevolucionaria. Disponible en:Diario Granma. Consultado el 8 de enero de 2021.