Queratoconjuntivitis infecciosa

Queratoconjuntivitis infecciosa
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La queratoconjuntivitis infecciosa del ganado bovino, ovino y caprino se caracteriza por blefarospasmo, conjuntivitis y lagrimeo.
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Queratoconjuntivitis infecciosa. La queratoconjuntivitis infecciosa del ganado bovino, ovino y caprino se caracteriza por blefarospasmo, conjuntivitis, lagrimeo y grado variable de opacificación y ulceración corneales.

Características

En el ganado bovino, Moraxella bovis es la única causa de queratoconjuntivitis infecciosa que suele ser reconocida. La mayoría de las infecciones oculares en el ganado vacuno se caracterizan por conjuntivitis y por queratitis mínima o ausente. El diagnóstico diferencial primario es una rinotraqueítis bovina infecciosa (la RBO, causa de conjuntivitis y de edema graves de la córnea cerca de la unión coro neoescleral, no siendo corriente otra afección corneal. Otros organismos que pueden causar conjuntivitis del ganado bovino, bien sea en solitario o conjuntamente con M. bovis, incluyen especies de Mywplasma y especies de Neisseria. La infección por RBI u otros microorganismos puede aumentar la gravedad de la infección con M. bovis.

En las ovejas, la infección con Chlamydia psittaci es más común. Las infecciones que no son producidas por clamidobacterias pueden ser consecuencia de microorganismos parecidos a las rickettsias (Colesiota conjunctivae), Mycoplasma spp, y bacterias aeróbicas, particularmente Neisseria ovis. En las cabras, las infecciones por micoplasmas son las más comunes, aunque se han aislado también bacterias aeróbicas. Aunque gran parte del síndrome en cabritos es causado por Mycoplasma agalactiae (véase AGALACTIA CONTAGIOSA, P 1124), es también causado por otros micoplasmas, particularmente M. conjunctivae.

Hallazgos clínicos

La enfermedad es normalmente aguda y tiende a difundirse rápidamente. Uno o ambos ojos pueden resultar afectados. En el ganado bovino, el medio ambiente seco, polvoriento, el estrés del transporte, la luz solar brillante y los agentes irritantes como polen, hierbas y moscas, tienden a predisponer al animal a contraer las enfermedades y a exacerbarlas.

Las moscas sirven también como vectores. En todas las especies, los animales jóvenes son los afectados con más frecuencia, pero los animales de cualquier edad son propensos a ello. Los signos iniciales son fotofobia, blefarospasmo y lagrimeo excesivo; más tarde la exudación ocular puede volverse mucopurulenta. Siempre está presente la conjuntivitis, con o sin un grado variable de queratitis.

Puede manifestarse una poliartriris relacionada en las ovejas y las cabras. En las cabras se puede también producir una infección mamaria y uterina simultáneamente con la queratoconjuntivitis. El apetito puede estar deprimido debido a las molestias oculares, o bien a una alteración visual, cuyos resultados son una incapacidad para localizar la comida. El curso clínico varía de pocos días a varias semanas, a menos que se complique con otras enfermedades.

Lesiones

Las lesiones presentan una gravedad variable. En el ganado bovino se producen una o más úlceras pequeñas cerca del centro de la córnea (aunque a veces cerca del limbo), las cuales están prececlidas por una opacificación del centro de la córnea. Inicialmente la córnea está clara alrededor de la lesión, pero pocas horas después aparece un enturbiamiento leve que posteriormente se vuelve más denso.

Se puede producir una regresión de las lesiones durante las etapas iniciales de la enfermedad, o bien las lesiones pueden continuar evolucionando. Al cabo de 48 a 72 horas, en los casos graves, toda la córnea puede estar opaca y el animal está ciego de ese ojo. Alrededor de una semana después de la aparición de la primera lesión, los vasos sanguíneos comienzan a invadir la córnea (vascu-larización adventicia) dirigiéndose desde el limbo hacia la úlcera. Rara vez se puede producir la rotura de la córnea debido a la continua ulceración activa. En las ovejas y cabras es raro que la enfermedad avance más allá de una opacificación cornealleve con la consiguiente úlcera y conjuntivitis. En cualquier etapa de la recuperación puede producirse una recidiva, pero las lesiones tardías no son tan graves como las iniciales.

Diagnóstico

En todas las especies, el diagnóstico precoz se basa en los síntomas oculares y en la enfermedad sistémica concomitante. Es importante diferenciar que las lesiones no sean consecuencia de cuerpos extraños o de parásitos (véase MICROFILARlAS [gusanos del ojo] EN GRANDES ANIMALES, arriba).

En la RBI predominan los síntomas de las vías respiratorias altas y de la conjuntivitis, siendo rara la queratitis acompañada de ulceración. En la fiebre catarral maligna del bovino, los síntomas respiratorios son importantes, junto con la uveítis primaria y la queratitis asociada. El cultivo microbiano puede ser útil para confirmar las infecciones causadas por M. bovis en el ganado bovino, Chlamydia en las ovejas y Mycoplasma en las cabras. Sin embargo, debido a que el aislamiento de Chlamydia y Mycoplasma spp requiere medios de cultivo y técnicas especiales, el laboratorio se debe consultar antes de someter las muestras. Además, la evaluación citológica de portaobjetos teñidos, preparados a paltir de raspados conjuntivales, puede revelar organismos de Chlamydia o Mycoplasma en las infecciones de ovejas y cabras.

Prevención y tratamiento

El tratamiento adecuado es de suma importancia para reducir o prevenir la propagación de la infección en el ganado bovino, ovino y caprino. Cuando es posible, resulta beneficiosa la separación de los animales afectados de los normales. Puede ser útil el aislamiento temporal y el tratamiento preventivo de los animales de reciente introducción en el rebaño, porque algunos de éstos pueden ser portadores asintomáticos.

La radiación ultravioleta de la luz solar puede empeorar la enfermedad (particularmente en el ganado bovino); por consiguiente, los animales afectados deben estar provistos de sombra. Se pue" den utilizar bolsas de basura o etiquetas insecticidas para reducir el número de moscas de la cara (Musca autumnalis), un vector importante de M. bovis.

Las bacterias de Moraxella bovis están disponibles y se pueden administrar antes del inicio de la estación de las moscas. La eficacia de estas bacterinas es polémica, y aunque probablemente no evitan las infecciones por M. bovis, la vacunación puede reducir la gravedad y la duración de la infección en los animales afectados. La infección por la REI puede predisponer al ganado bovino a la infección por M. bovis. De esta manera, la vacunación de rebaños contra la RBI puede reducir los brotes de M. bovis. Sin embargo, el ganado no debe ser vacunado durante un brote con M. bovis.

Moraxella bovis es sensible a una variedad de antibióticos, que incluyen la ampicilina, penicilina, gentamicina y kanamicina; todos se pueden inyectar sub-conjuntivamente. La sensibilidad a los antibióticos puede variar según las diferentes localizaciones geográficas, y por ello se recomiendan los cultivos bacteriales y las pruebas de sensibilidad. La oxitetraciclina suele considerarse como el fármaco de elección para el tratamiento sistémico porque se concentra en el tejido corneal.

No se puede, sin embargo, inyectar en la subconjuntiva porque producirá una necrosis conjuntival. El tratamiento de elección es de dos inyecciones (20 mg/kg, vía intramuscular) de una fórmula de oxitetraciclina de acción prolongada (200 mg!ml) a intervalos de 72 horas. Las sulfonamidas (por ejemplo sulfadiacinas y sulfametacinas) pueden resultar también eficaces cuando se administran sistémicamente porque la mayoría de éstas pasan fácilmente en la capa del líquido lagrimal.

El tratamiento sistématico se puede incrementar con el uso tópico de antibióticos, con una inyección subconjuntival, o ambos. Las preparaciones oftálmicas de uso tópico deben aplicarse al menos tres veces al día para que sean eficaces y, por consiguiente, el uso tópico a menudo no es ni económico o práctico.

Los antibióticos eficaces en e, uso tópico incluyen el antibiótico triple, la gentamicina y una combinación de oxitetraciclina y polimixina B en forma de ungüento. En los animales gravemente afectados podría ayudar un tarso palpebra. adicional, es decir, una tarsorrafia parcial que protegerá la córnea de la luz solar, del tiempo que se administra una inyección subconjuntival.

En las ovejas y las cabras, cuya infección por clamidobacterias y micoplasma, sea más probable, el tratamiento de eleciónes, respectivamente, tetraciclina tópica, oxitetraciclina/polimixina B, o los un güentos de eritromicina. Estas preparaciones son todas eficaces contra Chlamydi o Mycoplasma y se deben aplicar de 3, 4 veces al día. Si la terapia tópica no es práctica, puede entonces resultar benefciosa una inyección de oxitetraciclina de acción prolongada 00-20 mg/kg, vía itramuscular) o la adición de oxitetraciclina en el alimento (80 mg/cabeza/día).

Los animales con una uveítis importante, secundaria a una queratoconjuntivitis que es particularmente dolorosa del cuerpo ciliar y reducirá la probabilidad de formación de una sinequia posterior que se manifiesta con miosis. Debido a la midriasis causada por la atropina, los animales tratados deben ser provistos de sombra.

Fuente

  • El Manual Merck de Veterinaria Quinta Edición, 2000