San Juancito (Municipio de Tegucigalpa)

San Juancito (Municipio de Tegucigalpa)
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Municipio de Honduras
EntidadMunicipio
 • PaísBandera de la República de Honduras Honduras
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Vista de San Juancito

San Juancito (Municipio de Tegucigalpa). Actualmente es una localidad de gran interés turístico.

Ubicación

Ubicado a sólo 12 km de Tegucigalpa y con una extensión superior a los 238 kilómetros cuadrados, este Parque Nacional La Tigra tiene vegetación propia de un bosque nublado, la cual está considerada como el tipo de vegetación tropical más rico en flora y fauna.

Existen dos vías de acceso a la Tigra, el primero es a través de El Hatillo y el segundo siguiendo la ruta de las Reales Minas de Tegucigalpa, vía Santa Lucía, Valle de Ángeles y San Juancito. La ruta de El Hatillo es la más utilizada, y ofrece entre otras cosas unas vistas de Tegucigalpa desde lo alto de la carretera. En la zona de El Hatillo, se encuentra un pequeño y muy acogedor hotel de la montaña, La Estancia, que le permite pernoctar con todas las comunidades en una zona rodeada de frescos pinares, a un paso del centro de visitantes. Existe un centro de visitante en El Hatillo así como varios senderos, uno de los cuales conduce hasta el centro de visitantes ubicado por la entrada de San Juancito. También se puede optar por seguir la ruta de las Reales Minas y visitar de paso las comunidades coloniales de Santa Lucía y Valle de Ángeles, antes de continuar a San Juancito y al acceso del parque.

Historia

La comunidad sufrió también la embestida del huracán Mitch, pero aún así conserva la mayoría de los inmuebles que fueron emblema de desarrollo Francisco Morazán. Hundida entre montañas coronadas de niebla, guarda los vestigios de una compañía minera que hablan de un pasado con matices de oro. Al irse la Rosario Mining Compañy terminó la efervescencia que producía la explotación del mineral y surgieron las reminiscencias. Aquí funcionó la primera embajada de Estados Unidos y la primera planta hidroeléctrica en Centroamérica que generaba energía para buena parte del territorio nacional. Asimismo, funcionó la primera embotelladora de refrescos gaseosos, ya que la Pepsi Cola estableció una planta es esta población.

San Juancito

San Juancito es ahora el paso obligado hacia el Parque Nacional La Tigra, donde se encuentran varias de las bocaminas por donde salía el oro que era transportado hacia Tegucigalpa a lomo de mula, a principios del siglo pasado, para luego ser exportado. El centro de informaciónn del Parque Nacional La Tigra conserva la misma fisonomía que tenía cuando funcionó allí el hospital.

Desde la carretera hacia Cantarranas la comunidad luce enigmática con las viejas construcciones que dejó la minera, la cual operó desde 1879 hasta 1954 en forma ininterrumpida. Los restos están por todos lados, como para recordar la época en que bullía el comercio al calor del circulante generado por los trabajos en la mina, cuyas operaciones se extendían por toda la serranía.

Todavía hay personas en el poblado que vivieron ese tiempo, como don Tomás Irías, quien ahora se encarga de cuidar el viejo edificio donde funcionaron las oficinas de la embajada de Estados Unidos.

“Todo esto que usted ve allí eran jardines”

Dijo don Tomás señalando los predios cubiertos de maleza que forman el amplio patio del inmueble, ahora propiedad del Estado.

“El oro y la plata lo tiraban por un tubo para que lo recogieran los vagones en la bocamina o en el nivel general”

Dijo el anciano de 91 años.

Cuando la minera recién había llegado, no había transporte vehicular, el correo era llevado a pie hasta el cerro La Leona, en Tegucigalpa, donde la compañía tenía una oficinita, recuerda Juan Ramón Silva, quien trabajó como cartero por varios años.

En varios puntos de las serranías se han construido miradores desde los cuales se aprecian lo que fueron los dominios de la minera. Más arriba de la embajada estaba el club de la compañía donde los ejecutivos jugaban boliche en sus ratos libres, mientras los niños se divertían dándose aire en los columpios.

Las minas de plata

San Juancito es un camino de tierra en excelente estado. Esta pequeña comunidad también tuvo un gran auge minero, pero a diferencia de Santa Lucía y Valle de Ángeles, que lo tuvieron durante la colonia, su auge fue muy posterior, a finales del siglo pasado y durante la primera mitad de este siglo. Fue sede de la mina de plata más rica jamás explotada en Centroamérica. Como tal, tuvo su época de oro durante la fiebre de plata que se dio entre 1880 y 1950.

Las minas de San Juancito

Se puede afirmar que sus minas jugaron un lugar preponderante en la decisión que tomó el presidente Marco Aurelio Soto de trasladar la capital de la república de Comayagua a Tegucigalpa, ya que él era uno de los accionistas de la Rosario Mining Co. y como tal, prefería estar más cerca de tan importante empresa. Las Minas de San Juancito fueron explotadas hasta la mitad del siglo, y desde entonces perdió el glamour que tenía para pasar a ser, en alguna medida, un pueblo fantasma. Esto no significa que esté deshabitado, pero su población y oferta de trabajo disminuyó notablemente, constituyéndose en la actualidad una localidad de gran interés turístico.

El edificio

Era una enorme edificación de cuatro plantas de la cual solamente han quedado los cimientos como atractivos turísticos. Cerca de allí funcionaba el hospital con su paredes blancas y sus ventanales con tela metálica, que ahora alberga las oficinas de información del Parque Nacional La Tigra.

Cementerio abandonado

Buscando lo alto de la montaña y desviándose unos metros del camino, se llega a un cementerio abandonado sembrado por ocho cruces de metal oxidado donde todavía se leen unos nombres en inglés. Forman parte de los epitafios dedicados a los ejecutivos que fallecieron allá por los años treinta, según esas inscripciones que el tiempo no ha podido borrar.

Fuentes