Segundo Gran Premio Cuba de automovilismo

Segundo Gran Premio de Cuba de automovilismo
Información sobre la plantilla
Poster-gran-prix-cuba-1958.jpg
Anuncio de la carrera
Fecha:24 de febrero de 1958
Lugar:La Habana
Descripción:
En esta ocurrieron dos hechos transcendentales primero el corredor Juan Manuel Fangio fue secuestrado por el Movimiento 26 de Julio, hecho conocido como Operación Fangio y el segundo fue fatal un lamentable accidente por que se detuvo la competencia
Resultado:
No hubo ganadores
Consecuencias:
La competencia se realizaba para ocultar la realidad cubana de la época pero los sucesos trajeron el efecto contrario
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba

Segundo Gran Premio de Cuba de automovilismo, El 24 de febrero de 1958 se celebró el II Gran Premio de Cuba de Fórmula I, que estuvo matizado por 2 sucesos que estremecieron a la opinión pública.

Este II Gran Premio de Fórmula 1, se efectuó en el mismo circuito del Malecón. En esta ocasión se inscribieron 32 pilotos de 12 países (10 más que la primera vez).

Pilotos

Vinieron prácticamente todos los famosos que corrían automóviles por esa época. La ausencia más sensible fue la del español Alfonso Cabeza de Vaca, Marqués de Pora Cuba, estaba ya retirado de las competencias Entre los pilotos se encontraba el norteamericano Roy Ruttiman, campeón de las 500 millas de Indianápolis, el inglés Stirling Moss, además participó Phil Hill, el alemán Von Tripps, de Estados Unidos: Masten Gregory, de Francia: Jean Behra, de España: Francisco Godia, de Venezuela: Piero Drogo y de Suecia: Joakin Bonnier y el notorio play boy dominicano Porfirio Rubirosa.

Recorrido

La carrera, concertada a 500 kilómetros, se efectuaba en el Malecón habanero que tenía 5 591 metros de longitud, en el tramo comprendido desde la Avenida de los Presidentes hasta el Parque de Maceo. Cada vuelta era de 5 kilómetros y había que completar cien vueltas para alcanzar la meta a este circuito se le daban 90 vueltas, para así recorrer los 500 kilómetros.

Autos

Se Inscribieron 32 Autos de las Marcas Maserati, Ferrari, Porsche, Jaguar y Osca, con motores entre 1 500 y 4 900 cc. Los autos se agruparon en tres Categorías, más de 3 litros (10), hasta 3 litros (6) y hasta 2 litros (16). Para este II Gran Premio, los cubanos compraron tres autos marca Ferrari, de nueva construcción (2 000 cc) y se organizó con ellos la Escudería Cuba. Se seleccionaron los pilotos por parejas, quedando de la siguiente forma: Auto No. 54 -Armando García Cifuentes con Santiago “Chaguito” González. Auto No. 56 -Abelardo Carreras con Modesto Bolaños. Auto No. 58 -Manuel Pérez de la Mesa con Jorge Galtés. Auto No. 32 –Alfonso Portago, campeón de España, gran animador del I Gran Premio. Portago había ganado el año anterior la “Copa de La Popularidad”, tras su duelo con el campeón mundial, el argentino Juan Manuel Fangio.

Primer suceso de la carrera

Noticia divulgada en la prensa de la época

A pocas horas de iniciarse el Segundo Gran Premio de Cuba, el domingo 23 de febrero de 1958, el mejor corredor del mundo fue secuestrado por el Movimiento 26 de Julio, comandado por Fidel Castro desde Sierra Maestra. Unas pocas horas después del secuestro de Fangio, la noticia ocupaba los titulares de los principales diarios y revistas de América y Europa. La revista cubana Bohemia señalaba:

"En París, Londres, Nueva York, Roma, Ciudad México y Buenos Aires se le dieron importantes espacios en las primeras planas. Las agencias cablegráficas especulaban con el sensacional secuestro del más afamado automovilista del mundo".

La Habana era noticia: el régimen político imperante, las motivaciones del Movimiento 26 de Julio y el estado de tensión en que se vivía quedaron bajo la lupa de todas las capitales del planeta.

Fangio de regreso a La Habana

Mientras el corredor argentino, a los cuarenta y seis años, era el piloto que más títulos había ganado en Fórmula 1, y era seguido por multitudes de espectadores, la dictadura cubana debía recurrir cada vez más a la represión ante la imposibilidad de manejar la situación pacíficamente. El secuestro fue un duro golpe para los proyectos de Batista. La situación era desconcertante. Se anunció que el propio general y su Estado Mayor Conjunto asumían la dirección de las investigaciones. Después de la carrera, con su objetivo cumplido, los miembros del grupo revolucionario se enfrentaron a un nuevo problema: cómo liberar a Fangio sin que corriera riesgos. El temor provenía de la posibilidad de que la gente de Batista matara al corredor para culpar, y así desprestigiar, a Fidel Castro.

Veintisiete horas después del secuestro, Fangio se quedó a salvo en manos de las autoridades argentinas. Una vez liberado, subrayó a los periodistas que había sido bien tratado por sus secuestradores.


Un año y medio después, con Fidel Castro al frente del gobierno, Fangio recibió la invitación oficial para visitar Cuba. Arnold Rodríguez, otro de los secuestradores, sobre todo los viajes a Buenos Aires para ver a Fangio.

Segundo suceso (Accidente)

Momentos antes del accidente

En la sexta vuelta, un tanto rezagado, el Ferrari marcado con el número 54, que conducía el cubano Alberto García Cifuentes, realizó un extraño giro y se proyectó contra la multitud que presenciaba las carreras, en aquella dantesca escena donde volaban por el aire cuerpos, cabezas y extremidades. El accidente dejó un saldo de 6 muertos y más de 30 heridos, entre ellos el propio Cifuentes. La carrera fue detenida de inmediato.

Divulgación del acontecimiento

En la Bohemia del 2 de marzo de 1958

  • “Se Inicia la Tragedia - El carro 54 se hallaba a unos veinticinco metros de la calle O. Algunos observaron que le patinaban las ruedas traseras. El carro se despisto y el driver dio un corte; entonces patinó en sentido contrario y enfilo hacia la acera de la izquierda. Hubo un nuevo corte y el vehículo, sin contén, se dirigió hacia la zona de seguridad. ¡Se iniciaba la tragedia!”
Durante el accidente
  • “El carro No. 54 se abalanzó sobre el grupo de espectadores. Estos, cogidos de sorpresa, iniciaron un movimiento defensivo, de huida ante el peligro. Pero poco pudieron hacer. El auto, a gran velocidad y sin control, se lanzó contra la masa humana, Y los hombres -como muñecos de cuerda- saltaron en el aire heridos y maltrechos. ¡Se entronizaba el pánico!”
  • “El carro no se ve, oculto tras la estela de humo que deja tras sí. Pero está ahí, a un extremo, está sembrando la muerte entre los hombres y mujeres que sólo unos minutos antes disfrutaban plácidamente del espectáculo. Ahora iban a ser ellos, no espectadores, sino actores de otro triste y doliente espectáculo. El maratón de velocidad se convertía en carrera de dolor y muerte.”

Imágenes de la carrera

Fuentes