Silla eléctrica

Silla eléctrica
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Silla eléctrica. Es un cruel método de ejecución muy usado durante el siglo XX, a partir de 1890, principalmente en los Estados Unidos y hasta aproximadamente 1950 cuando cedió paso al uso de la cámara de gas.

Historia

Inventada por Harold P. Brown, empleado de Thomas Alva Edison quien ayudó en su desarrollo, usada por primera vez el 26 de agosto de 1890 en William Kemmler hace mas de 120 años, aunque en 1888 se había probado con animales.

El inicio de esta invención se debe a la resolución emitida por un comité que se reunió en Nueva York en 1886, para establecer un diferente método de ejecución que fuese más humano y que sustituyera a la horca. El diseño de Harold P. Brown utilizaba la corriente alterna (C.A) que se hacía circular a través del cuerpo de los condenados. Un par de electrodos, ubicados en la cabeza y las extremidades de la víctima, estos aseguraban que el flujo eléctrico circulase sin problemas y causar una muerte rápida y sin dolor.

La designación de la corriente alterna (C.A) no fue un hecho casual, en esos tiempos se competía por el uso de la corriente alterna por Nikola Tesla y la corriente directa (C.D) por Thomas Alva Edison, para demostrar que la corriente alterna era más eficaz a la hora de matar, Brown experimentó con varios animales.

Estos experimentos se llevaron a cabo en el laboratorio de Thomas Edison a lo largo de 1888. Posteriormente, el trabajo de Harold fue reconocido, la silla eléctrica de corriente alterna fue aprobada en 1889.

Primera ejecución

En 1890 se realiza la ejecución en la silla eléctrica del ciudadano William Kemmler, primer humano ejecutado en ella. Sus abogados apelaron, argumentando que la electrocución —muerte real o aparente producida por una descarga eléctrica— era un castigo cruel e insólito. George Westinghouse partidario del uso de la corriente alterna como estándar en la distribución de electricidad apoyó su petición, esta la petición falló, y el condenado fue llevado a la silla eléctrica.

La ejecución se llevó a cabo en la Prisión Auburn, en Nueva York, el 26 de agosto de 1890. El primer electricista estatal, Edwin Davis, revisó las conexiones de la silla. Luego, Kemmler fue atado en ella. La ejecución fue considerada un espanto. La primera tentativa fracasó, y Kemmler durante los 17 segundos que duró el intento seguía vivo y gimiendo de dolor al final de ese plazo. Se aumentó el voltaje a 2000 voltios y en el segundo intento que duró más de un minuto, la escena fue descrita por los presentes como aterradora. El olor a carne quemada era irresistible, además de salir humo de la cabeza de Kemmler. Finalmente, murió.

Funcionamiento de la silla eléctrica

El procesado se une a una silla hecha de material aislante, y se le coloca un electrodo en la cabeza y otro en una de sus piernas. Cuando todo está dispuesto, se aplican dos choques eléctricos por varios minutos, ya que el tiempo exacto de la ejecución varía de una persona a otra. La tensión inicial es alrededor de 2000 voltios y sirve para romper la resistencia de la piel. Luego, se baja el voltaje hasta unos 440 voltios para evitar que el sentenciado se queme. Se utiliza un flujo de corriente eléctrica de 8 amperes, y la muerte llega por el daño que provoca el flujo de la corriente eléctrica en los órganos internos, finalmente un médico certificaba el fallecimiento de la victima.

Actualidad

La silla eléctrica fue centro de crítica por diversas situaciones en las cuales las víctimas no murieron rápidamente, y tuvieron que ser sometidas a varios choques eléctricos, lo que trajo consigo que se pusiera fin a esta práctica ya que muchas personas la veían como un castigo cruel e innecesario.

La silla eléctrica ha caído en desuso, aunque en ocasiones se deja escoger al condenado entre la silla eléctrica y la inyección letal, aún en aquellos casos en que la ejecución se lleva a cabo correctamente, siempre queda una mala impresión. El condenado, por lo general, pierde el control de sus músculos después del primer choque eléctrico y en algunas ocasiones es necesario una segunda descarga eléctrica, por lo que este metodo ha cedido el lugar a la inyección letal como método de ajusticiamiento, aunque actualmente, en algunos estados estadounidenses aun sigue aprobado la pena de muerte utilizando la silla eléctrica.

Fuentes