Sus ojos miraban a Dios

Sus ojos miraban a Dios
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Título originalTheir Eyes Were Watching God
Autor(a)(es)(as)Zora Neale Hurston
Editorial:J.B. Lippincott
GéneroNovela
Primera edición1937
PaísBandera de los Estados Unidos de América

Sus ojos miraban a Dios| Their Eyes Were Watching God (1937), es la obra más reconocida de Zora Neale Hurston (enero de 1891 - enero de 1960) escritora, antropóloga y folklorista afroamericana del Renacimiento de Harlem. La novela fue escrita en Haití, durante un estudio del folklore para una investigación antropológica.


Su autora Zora Neale Hurston

Zora Neale Hurston

Zora Neale Hurston es una de las escritoras pioneras de raza negra en Estados Unidos; es considerada como una de las grandes antropólogas y folkloristas del siglo XX, y una de las figuras más importantes del Renacimiento de Harlem. Su obra literaria, ampliamente reconocida en la actualidad, no fue apreciada mientras estuvo viva, y murió en la pobreza. “Their Eyes Were Watching God” (Sus ojos miraban a Dios, (1937), es su obra más conocida.

Los estudios en Barnard College con antropólogos como Franz Boas y Gladys Reichard y la actividad literaria de los grandes poetas afroamericanos de la época llevaron a Zora a valorar la tradición afroamericana y dedicarse al estudio del folclore negro. Armada con una pistola para defenderse de posibles ataques del Ku Klux Klan, Zora recorrió los caminos del sur recogiendo las narraciones orales de la cultura afroamericana.

Zora Neale Hurston murió de un infarto en Fort Pierce, Florida, el 28 de enero de 1960 y fue enterrada en una tumba sin marcar. Su legado fue recuperado en los años setenta por una generación de escritoras de raza negra, lideradas por Alice Walker, que promovieron la publicación de escritos inéditos o la reedición de obras antiguas.

Antecedentes de la obra

En 1936, Zora Neale Hurston obtiene una Beca de investigación Guggenheim para estudiar la práctica del Obeah (Vudú, Santería) en el Caribe inglés. Por esta razón viaja a Jamaica y Haití, donde escribe Their Eyes Were watching God, encontrando en este entorno de folklore rural, la inspiración y la energía para recuperarse de una relación fallida con un hombre más joven que ella, al que dejó atrás para continuar con su investigación.

Argumento

Janie Crawford, personaje principal y narradora de ésta obra, es una mujer de cuarenta años, afroamericana, que cuenta la historia de su vida y sus viajes mediante flashbacks, a una amiga. Las etapas de su vida son divididas de acuerdo con sus tres matrimonios.

Nanny, la abuela de Janie, era una esclava que quedó embarazada de un hombre blanco y dio a luz a una niña. Esta niña fue violada durante su adolescencia y de ahí nació Janie que crece con su abuela. La madre no está presente en la novela.

Nanny pretende evitar que su nieta acabe malgastando su vida en un hombre cualquiera, así que arregla un matrimonio con un granjero mayor, que busca una esposa para mantener la casa y la granja. El matrimonio acaba siendo un fracaso porque Janie no siente amor por ese hombre, que se ha casado con ella por conveniencia y que la golpea y fuerza a trabajar en la granja. Por esta razón se escapa con Joe Starks, con quien se instala en Eatonville.

Al llegar a Eatonville, el marido comienza a organizar la economía de la ciudad, se auto proclama alcalde, compra más tierras, y contrata a vecinos para construir una tienda. Los cambios que esto trae a su personalidad provocan que Janie se distancie, al sentir que se ha convertido en una "mujer trofeo". Un tiempo después Starks muere, dejando a Janie con sus bienes, económicamente independiente, y centro de atención para futuros pretendientes. De todos esos pretendientes, Janie se enamora de un jornalero jugador, Tea Cake, con el que marcha a Jacksonville después de vender la tienda y las tierras.

Janie por fin encuentra el amor en el matrimonio que tanto había buscado. Con Tea Cake, se trasladan a Everglades que sufre un huracán, y aunque ambos sobreviven, un perro rabioso muerde a Teacake. La rabia se le contagia y poco a poco se va volviendo loco, hasta el punto en que intenta matar a Janie con una pistola, pero ella le dispara en defensa propia y es acusada de asesinato.

El jurado, compuesto por hombres blancos, la declara inocente, a pesar de la oposición de los hombres de color, amigos de Tea Cake. Después de esto, Janie se reconcilia con la comunidad afroamericana de Everglades, que le pide que se quede, pero ella decide regresar a Eatonville, donde la esperan críticas y rumores.

Portadas de varias ediciones de la novela

Críticas más importantes

Este libro, en su primera edición, no fue valorado por los contemporáneos de la autora, aunque hoy la obra figura en las listas de los más leídos sobre literatura afroamericana en Estados Unidos.

Se criticó especialmente su representación de los acentos fonéticos de las comunidades afroamericanas de Estados Unidos y El Caribe durante comienzos del siglo XX, por ejemplo empleando "tuh" en vez de "to" y "Ah" en vez de "I").

El escritor Richard Wright dijo que Sus ojos miraban a Dios era un "espectáculo juglaresco que hacía a los blancos reír" y que no mostraba "el menor deseo de moverse en la dirección de la prosa seria" [1] y y Ralph Ellison opinaba que el libro estaba "plagado de un burlesco calculado" [2]

A muchos otros autores prominentes del Renacimiento de Harlem les molestaba que Zora Hurston mostrara las divisiones entre aquellos afroamericanos de piel más clara y los de piel más oscura, como en el caso de la señora Turner, así como las diferencias más sutiles entre el hombre y la mujer de color.

El libro, escrito en la lengua vernácula del sur afroamericano atrajo también las críticas de aquellos que creen que Zora hace una caracterización de los afroamericanos como ignorantes (aunque ella también fuera afroamericana).

Otras obras de la autora


Algunas valoraciones sobre la obra

Zora en su novela no solo denuncia el racismo de los blancos sino que critica las relaciones de poder en la cultura afroamericana, en la que la mujer cumple el papel de chivo expiatorio de las frustraciones del hombre de color.Janie la protagonista, mujer joven, atrevida, alegre, aconsejada por su abuela ex esclava, es desposada por un hombre mayor para ver cumplidas las esperanzas de su predecesora, sentarse en el porche de su casa a conversar como lo hacían sus amos blancos. [3]


Su primer esposo, educado de acorde a la jerarquía masculinista destruye la visión ilusionada que Janie tiene del matrimonio: "Yo quiero que mi matrimonio sea una cosa dulce, como cuando te sientas debajo de un peral y piensas….!Ah!" (pág 41), además de ser desprovista de su espacio propio: "Tú no tienes ningún sitio en particulá. Tu sitio está allí donde te necesito". (pag48)Sin embargo Tea Cake (tercer esposo)representa una alentadora reescritura de la masculinidad (..) es una alternativa de hombre nuevo que invita a la reflexión y la posibilidad del cambio.[4]


Referencias


Fuentes